Columnas de Opinión: Comprender y respetar los desafíos de la niñez
Comprender y respetar los desafíos de la niñez Mary Taylor Montoya a niñez es una etapa de constantes desafíos emocionales y sociales, frecuentemente desestimados. La transición entre la niñez temprana y la adolescencia está llena de procesos internos que, aunque esenciales, suelen ser ignorados. Cuando los niños dejan el preescolar, muchas veces se espera que actúen como “grandes” y autónomos, pero a la vez se les exige ser obedientes, sin cuestionar las normas del entorno adulto. Esta dicotomía genera una tensión constante, entre la necesidad de cumplir con expectativas ajenas y el proceso de definir su propia autonomía. Ensuproceso de desarrollo, niños y niñas deben aprender a pasar de la heteroregulación, que depende de las figuras significativas de su entorno, a la autoregulación emocional. Esto implica un trabajo constante en el manejo de sus emociones, donde los desafíos van más allá de las tareas cognitivas y requieren un acompañamiento cercano. Ademós, deben integrar habilidades como la lectura de las intenciones y deseos de los demás, un aspecto clave para el establecimiento de relaciones interpersonales. Este desarrollo, sin embargo, no ocurre de manera uniforme entre todos los niños, ya que los contextos familiares y sociales influyen directamente en cómo logran gestionar y resolver conflictos. A medida que crecen, sus miedos cambian de forma. Inicialmente, el temor a lo abstracto, como la oscuridad, va dando paso a preocupaciones más concretas, como el miedo al fracaso escolar, la crítica o el rechazo. La intensidad con la que estos miedos se viven depende en gran medida del contexto emocional en que se encuentren, no únicamente de sus capacidades cognitivas.
Este periodo de la niñez, cuando la plasticidad neuronal es aún alta, es ideal para fortalecer habilidades fundamentales como la planificación, el autocontrol y la simbolización, siempre que el entorno ofrezca las experiencias adecuadas para su desarrollo. Los factores sociales uy culturales también definen cómo vivimos y comprendemos la niñez. Cada sociedad asigna roles y expectativas alos niños, loque varía dependiendo de la idiosincrasia cultural. Y los determinantes sociales. En algunas culturas, las familias presionan por una mayor autonomía y rendimiento desde una edad temprana, lo que afecta la manera en que las y los niños se desarrollan emocionalmente.
En Chile, por ejemplo, políticas públicas como la Ley N* 21.430 buscan asegurar el bienestar y los derechos de los niños, pero el cambio cultural aún enfrenta resistencia, especialmente en generaciones que siguen considerando que la niñez debe ser gobernada por los adultos. Luego comienza la transición hacia la adolescencia, seobserva un cambio en las relaciones sociales. Lo que antes era una convivencia grupal en juegos reglados se convierte een una interacción más selectiva, donde el interés por ciertos temas o actividades colectivas define las relaciones. La sexualidad también sufre una transformación. La curiosidad por el cuerpo y la exploración se traslada a un interés por el otro, primero dentro de la dinámica grupal y luego en relaciones más íntimas. Sin embargo, existe una tendencia a adultizar la sexualidad adolescente, demandando una responsabilidad que no siempre es adecuada para su etapa de desarrollo. El fin de la niñez se ha ampliado en las sociedades donde la adolescencia y la juventud han adquirido una relevancia creciente.
Esto ha dado lugar a una redefinición de los conceptos de maduración, autonomía y participación social, que ya no dependen únicamente de la edad o de los cambios físicos, sino de la capacidad de los individuos para asumir responsabilidades e implicarse en su proyecto de vida desde el comienzo.