Oscar Godoy: en búsqueda de la amistad cívica
Oscar Godoy: en búsqueda de la amistad cívica L e costaba leer y escribir, porque la vista lo estaba abandonando, aunque se las arreglaba gracias a ingenios computacionales. A principios de abril de 2023, una operación le devolvió la mirada a un ojo y lo puso alegre. El 20 de abril, él y su colega Andrés Alonso Martos trabajaron en los contenidos y cuestiones administrativas del seminario que le dedicarían a Tocqueville. El 21 de abril, el filósofo y politólogo Óscar Godoy murió a los 85 años. Fue profesor en universidades como la UC de Santiago y la de Valparaíso, en la de Georgetown (EE.UU. ) y en La Sorbona de París. Trabajó en la OEA.
Fue parte del directorio fundador del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, embajador en Italia y miembro de la Academia de Ciencias Sociales y del Centro de Estudios Públicos. "Dejamos cerrados todos los aspectos organizativos y temáticos del evento", recuerda Alonso Martos, investigador de la Cátedra Alexis de Tocqueville de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), fundada por Godoy, y editor de Cuadernos Tocqueville. "Y por eso pudimos realizar el evento tal y como lo habíamos diseñado, incluyendo un primer homenaje a Óscar". Además de estar trabajando en Tocqueville, la muerte encontró a Godoy cuando casi tenía listo un libro. Luego de su ensayo sobre Aristóteles --"La democracia en Aristóteles. Los orígenes del régimen republicano"--, quizás a modo de continuación, puso su atención en ese tópico de nuestro tiempo que es la crisis de la democracia representativa. De los siete capítulos de "Sobre la representación política", Godoy dejó listos seis, además de los apuntes para el séptimo.
A la vez ensayo filosófico-político e historia, eso es lo que publican ahora el Fondo de Cultura Económica y la UAI, editado por Alonso Martos. "Hoy día tenemos una idea somera y superficial tanto de la democracia representativa como de su génesis y evolución en el tiempo", advierte Godoy. "Y quizás por esta razón su eventual crisis nos resulte difícil de comprender y explicar". Libertad y república En una nota, el editor resume la filosofía de Godoy: "Un gobierno representativo, que por definición es un gobierno moderado, constituía un lugar adecuado de cruce entre el liberalismo y el republicanismo. Libertad y República eran, por tanto, los dos conceptos y los dos valores que coronaban sus inquietudes". Hombre de derecha, su afán fue abrir y asentar una senda liberal y democrática para su sector.
En 1985, apoyó el Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia, un documento firmado por opositores a la dictadura y en menor medida por partidarios del régimen. "Intuyo", dijo Godoy, "que a través del texto es posible discernir, claramente articulado, un proyecto liberal de sociedad.
Es efectivo que todos los partícipes del Acuerdo han cedido, con el ánimo de asociarse entre sí, pero esa cesión involucra la definición de un espacio social, político e ideológicamente mínimo, pero común". Arturo Fontaine conoció a los 18 años a Godoy, en una conferencia que este daba sobre Aristóteles; de ahí en más fueron amigos. En el prólogo que hizo para "Sobre la representación política", el escritor e intelectual lo define como "pensador liberal de la república" y lo recuerda como alguien jovial y reivindicador de la amistad cívica. Que, aclara ahora, no es lo mismo que renegar del conflicto ni de las diferencias. "Una sociedad abierta supone que el conflicto y el disenso son connaturales. Se busca canalizar el conflicto para evitar la violencia. Pero no suprimirlo.
Godoy pensaba que eso requiere ciertos consensos mínimos, por ejemplo, el respeto a la libertad de los demás, a los derechos humanos, el aceptar los resultados electorales, lo que implica hacer una oposición real, pero que no busque crear una situación de ingobernabilidad", explica. "Creía también que, en la práctica, esos consensos se nutren de una cierta amistad cívica.
La suspicacia insistente, permanente e indiscriminada corroe esa amistad cívica y, al fin, conduce a fórmulas autoritarias". Alonso Martos complementa: "La amistad cívica es una sutil capa de reconocimiento mutuo, de cooperación y compromiso compartido que impregna las interacciones sociales y políticas, y que se sitúa entre la competencia económica y la amistad personal. Se ejerce no entre competidores ni entre amigos, sino entre ciudadanos.
Representación política y amistad cívica son, por tanto, dos pilares de la obra de Óscar". La crisis de la democracia representativa es un fantasma que ronda el libro póstumo: la complejidad e interconexión de los asuntos públicos, la política devenida en gestión técnica y hasta mecánica, la corrupción y falta de probidad, la fragmentación parlamentaria y la consiguiente desafección política, todas ellas eran la preocupaciones que tenía y de las que hablaba Godoy, cuenta Alonso Martos. "También se preocupaba por la fuerte irrupción de las redes sociales", agrega el editor, "tanto por sus contenidos cuanto por el lenguaje que en ellas se introducía, el tipo de intervención pública que ellas conllevaban". Menos ciudadanos Godoy enmarca su libro en estos términos: "hacer un balance del debate teórico sobre las virtudes y carencias de la democracia representativa contemporánea, la eventual crisis que parece afectarla y las reformas que se proponen para corregir sus falencias y ponerla a la altura de los tiempos presentes, o bien para considerar su posible extinción y sustitución por otro régimen". Se trata, entonces, no solo de dar cuenta de la representación política, de su historia y presente, sino de volver a pensar y discutir las distintas aristas de ese concepto. Según Alonso Martos, "Óscar estaba preocupado por dos falsas salidas a la crisis de la democracia representativa.
Por un lado, la salida clásica del despotismo tiránico o totalitario", repetida en diversas formas a lo largo de la historia. "Pero también una falsa salida contemporánea a esa crisis, más sutil y menos visible, que Óscar había estudiado en detalle a partir de Alexis de Tocqueville, como es el denominado despotismo democrático.
Se trata de la omnipresencia centralizada de la administración del Estado en todos los órdenes de la vida de los individuos, que sin duda hace la vida más fácil y cómoda a los ciudadanos, pero con ello los hace menos ciudadanos y solamente más individuos", explica Alonso Martos. Además, dice Fontaine, "Godoy se oponía a la democracia directa. La idea de elegir representantes es lo que hace viables las democracias modernas `realmente existentes'. Su libro es, en parte, una historia del concepto de representación.
Discute si el representante es un delegado de la fracción de la ciudadanía que votó por él o, por el contrario, si los representantes son elegidos por el pueblo para tomar las decisiones políticas en el contexto de poderes limitados. Probablemente en la práctica democrática de hoy se entremezclan ambas visiones.
Es una cuestión muy actual". El capítulo que Godoy no alcanzó a escribir es, justamente, el que le dedicaría a la crisis de la democracia representativa, y a las posibles salidas del problema. "Estaba a punto de abordar esta cuestión cuando lo sorprendió la muerte", lamenta Fontaine.
Sin embargo, entre lo que dejó apuntado, y en general lo que hizo y pensó, es posible inteligir qué rutas habría indagado Godoy. "Hacia el final del libro se examina con crudeza el mal estado de los partidos en general: la poca militancia, los riesgos del financiamiento empresarial, la burocratización si el financiamiento es público, su dificultad para elaborar una visión común en oposición a un mero agregado de demandas sectoriales... ", apunta Fontaine. "Creo que Godoy pensaba que la crisis de la democracia representativa actual es, al fin, una crisis de los partidos". Para Godoy, según Alonso Martos, la democracia representativa no se reduce al Parlamento, es el elemento más importante, claro, pero no el único. "La discusión pública, el rol activo de la sociedad civil, etcétera, también lo son. Esas mediaciones, que implican una participación en la vida pública, también transforman las preferencias de los ciudadanos. Para Óscar había en ese sentido una cosa clara: representar no es reflejar, como tampoco es suplantar.
Representar es deliberar, formar una discusión pública, donde se elucidan y eventualmente se transforman las preferencias, aunque sea solo porque ofrece una mejor justificación a las ya existentes". Encuentro y reconocimiento Y deliberar, claro, supone amistad, al menos la amistad cívica, ese mínimo común del que habló en 1985; y encontrarse. Probablemente por eso otra de las preocupaciones de Godoy era la disgregación que fomentan las redes sociales digitales. Habría que preguntarse si ahí es posible la amistad cívica. Fontaine vio a Godoy tiempo antes de morir: "Pasó un momento por mi departamento para dejarme un libro. Fue un encuentro muy breve. Unas semanas después me llamó por teléfono. Fue una conversa larga. Le gustaba conversar por teléfono.
Al final me dijo una frase que me pena: `Tenemos que vernos luego, los amigos tienen que encontrarse'". En 2022, Godoy y Alonso Martos fueron juntos a la presentación de un libro sobre teoría política: "Íbamos como meros espectadores, con la curiosidad intelectual que Óscar siempre atesoró. El evento comenzó.
Y cuando le llegó el turno a uno de los expositores, exalumno de Óscar y que ocupó un importante papel en una institución estatal, el expositor dijo, nada más tomar la palabra: `Hoy nos honra con su presencia el profesor Óscar Godoy, que fue mi maestro y que tanto ha luchado por la educación y la libertad en Chile'. Los asistentes aplaudieron. Fue algo espontáneo, inesperado, muy emotivo. Óscar quedó visiblemente conmovido.
Fue, sin duda, un lindo reconocimiento en vida". LIBRO PÓSTUMO "Sobre la representación política" Óscar Godoy: en búsqueda de la amistad cívica SOBRE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA Óscar Godoy Arcaya Edición de Andrés Alonso Martos Prólogo de Arturo Fontaine FCE/UAI, 2025,284 páginas, $17.900. FILOSOFÍA `` Le gustaba conversar por teléfono.
Al final, me dijo una frase que me pena: `Tenemos que vernos luego, los amigos tienen que encontrarse'"... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ARTURO FONTAINE. `` La amistad cívica es una sutil capa de reconocimiento mutuo, de cooperación y compromiso compartido que impregna las interacciones sociales y políticas"... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ANDRÉS ALONSO MARTOS Óscar Godoy fue embajador de Chile en Italia. CLAUDIO CORTÉS JUAN RODRÍGUEZ MEDINA El filósofo, muerto en 2023, piensa el gobierno representativo y su crisis.
Arturo Fontaine, amigo de Godoy, y Andrés Alonso Martos, editor del volumen, hablan de la importancia que le dio el autor, en su obra y práctica, al reconocimiento mutuo como pilar de la vida social y política..