Editorial: Trazabilidad de productos agrícolas
Editorial: Trazabilidad de productos agrícolas animal, entre otros aspectos. La trazabilidad o historia de un producto o servicio desde su origen a su destino final, está transformando los mercados y la forma de hacer negocios, principalmente en los productos de exportación. Para Ñuble este no es un tema que se pueda pasar por alto, ya que para el sector agroalimentario, la trazabilidad se ha vuelto fundamental.
Permite generar productos con características únicas y diferenciadoras y verificar el uso eficiente de los recursos naturales -sobre todo del aguaconvirtiéndose en un punto de valor para consumidores (as) conscientes y preocupados del medioambiente y del respeto de los derechos laborales y del bienestar animal, entre otros aspectos. Países como Japón, Estados Unidos, Israel, México, Nueva Zelanda y Corea del Sur, exigen un sello de trazabilidad o certificación que dé garantías de seguridad a los productos y servicios.
Por otra parte, el usuario está cada vez más informado y, por ende, necesita mayor conocimiento acerca de si lo que está consumiendo es confiable para su salud, lo mismo que información veraz que le dé seguridad de que lo que dice la etiqueta, por ejemplo, es efectivo, o que la forma cómo se elaboró el bien o producto cumple con las normativas internacionales en el país de origen.
Por esa razón se han creado estos sellos de trazabilidad, que por un simple número de registro, inscrito en un código de barra del empaque, permite acceder a toda esa información almacenada en un centro de trazabilidad global.
Este seguimiento almacenado en un banco de datos, también permite conocer el impacto medio ambiental que se ha generado al elaborar el producto y al transportarlo, como la huella de carbono y los elementos químicos utilizados en su proceso de crecimiento e incluso el tipo de semilla plantada. En la región la mayoría de las industrias que venden sus productos al exterior tienen incorporado el sello de trazabilidad. En el caso de la fruta, encontramos a empresas productoras que también han certificado sus huertos, lo mismo que los packing donde se seleccionan y envasan.
Si bien podría pensarse que estas regulaciones y exigencias afectan la competitividad de nuestros productos, ya que encarece los costos, en definitiva también contribuyen a mejorar la gestión y ordenan los procesos productivos, lo que a la larga implica mayor productividad y por ende, mejores precios, compensando el costo de la certificación y entregando valor agregado al producto final.
Esta nueva forma de hacer negocios, que nació para entregar seguridad al consumidor, principalmente en los alimentos, también sirve para identificar de manera simple y rápida las eventuales fallas que en el proceso pueden afectar al producto terminado, ya que al poder identificar cada una de las etapas por las que este ha pasado, se puede rastrear rápidamente el origen del problema y al responsable, y solucionar el problema en forma oportuna, sin que afecte a todos quienes exportan ese producto.
Para la principal actividad económica de Ñuble, la trazabilidad representa no solo una exigencia reglamentaria de muchos países, sino que también ayuda a optimizar los procesos de producción y a la eficiencia operativa, fortaleciendo su posición como un proveedor confiable en el mercado global de alimentos. EDITORIAL.
Para Ñuble este no es un tema que se pueda pasar por alto, ya que para el sector agroalimentario se ha vuelto fundamental: permite generar productos con características únicas y diferenciadoras y verificar el uso eficiente de los recursos naturales, sobre todo del agua, convirtiéndose en un punto de valor para proveedores que quieran adquirir el producto y por otro lado, un plus para consumidores (as) conscientes y preocupados del medioambiente y del respeto de los derechos laborales y bienestar EDITORIAL