Reflexiones y propuestas para que el 11 de septiembre no genere un clima de profunda división en los próximos años
"Eléctrico". "Tóxico". "Crispado". La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado estuvo lejos de enmarcarse en el ambiente de unidad y visión de futuro que se planteó en un primer momento. ¿Cómo volver a encauzar el debate? Destacadas figuras hablan sobre los desafíos que deben enfrentar el Estado, el mundo político y la sociedad civil en esta materia. ¿Qué medidas pueden tomarse para que en una próxima conmemoración del 11 de septiembre, por ejemplo, en 10 años más, el ambiente no esté tan cargado de tensión y desconfianza como el que acaba de pasar? "El Mercurio" planteó la interrogante a los rectores de las universidades de Chile y Católica, Rosa Devés e Ignacio Sánchez, además de la ensayista Adriana Valdés y el exembajador David Gallagher, quienes dieron sus puntos de vista con reflexiones que ponen la mirada en el Chile de hoy, pero también en el del futuro.
Y surgieron propuestas que apuntan a lograr un clima de mayor amistad cívica, mantener una férrea defensa de los derechos humanos, avanzar en la búsqueda de los detenidos desaparecidos, contar con una educación de mayor calidad desde la infancia y retomar el crecimiento económico del país, entre otros.
La mirada de académicos convocados por "El Mercurio": Reflexiones y propuestas para que el 11 de septiembre no genere un clima de profunda división en los próximos años La rectora de la U. de Chile y bioquímica, Rosa Devés. CARLA PINILLA El exembajador y empresario David Gallagher. ATHENALAB El rector de la U. Católica y pediatra, Ignacio Sánchez. CRISTIAN CARVALLO La ensayista y académica Adriana Valdés.
CHRISTIAN ZUÑIGA JAVIERA HERRERA Según plantea la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, muchos ciudadanos, entre los que se incluye, anhelan "vivir en un ambiente menos polarizado, que permita una convivencia solidaria y respetuosa de los distintos proyectos de vida, donde primen valores compartidos en torno a la superación de las desigualdades.
Alcanzar los consensos necesarios requiere de disposiciones personales, así como de amplios acuerdos sociales". En ese sentido, dice que como "el debilitamiento de la educación pública es uno de los más tristes legados de la dictadura, su fortalecimiento es esencial para un Chile más tolerante, porque es en la educación pública donde se puede ejercitar mejor la libertad de expresión y el pluralismo.
Para promover la convivencia pacífica es fundamental fomentar la diversidad soc i a l e n l o s c e n t r o s educacionales, de manera que reflejen la complejidad de la sociedad, y cada historia individual pueda aportar a construir la historia colectiva.
Asimismo, debemos comprometernos con una educación que estimule la creatividad, para que niños, niñas y jóvenes adquieran confianza en su propio valer y puedan desarrollar sus capacidades en un ambiente de cooperación, preparándose para enfrentar la incertidumbre y la complejidad del futuro. Este aprendizaje debe darse en el marco de una pedagogía centrada en el cuidado, inclusiva y responsable.
Complementariamente, debemos asegurar un acceso inclusivo a la cultura, para que todas las personas, independientemente de sus orígenes o identidades, tengan la oportunidad de participar plenamente en la vida cultural, y a la vez apreciar los beneficios de la multiculturalidad, lo que contribuirá a reducir los prejuicios y estereotipos". Para la ensayista Adriana Valdés, la "primera prioridad" es "infancia y niñez. Las bases para vivir, para ser personas de bien, ilustradas en lo posible, capaces de ejercer la ciudadanía en condiciones de igualdad, inicial, por lo menos. Hará de Chile un lugar más propicio a la inversión, claro. Pero en términos de ciudadanía y de política, tendríamos electorados más responsables, mejor informados. Podríamos aspirar a que existiera un espacio público, ciudadano, en gran medida ya telemático, y no una acumulación de burbujas tribales incapaces de entenderse entre sí. Podríamos aspirar a aprovechar las tecnologías que vienen, si vinieran también cubiertas, antes, las necesidades mínimas de los aprendizajes y de la vida. De aquí a diez años, la espera y la esperanza habrán sido ya muy útiles para renovar la educación y nivelar la cancha del ejercicio de la ciudadanía. El largo plazo siempre parece utópico, pero sin él no hay políticas de Estado.
Es indispensable revertir la tendencia al deterioro de la educación pública y gratuita, que fue antes en Chile, y será en el país del futuro, un camino abierto a la igualdad, donde ojalá nadie quede atrás". "Un país meritocrático de verdad" David Gallagher, en tanto, aborda el gasto en educación. "Con los magnos ingresos fiscales que se darían al retomar el crecimiento, (hay que) invertir fuertemente en educación. También en salud y pensiones, claro, pero sobre todo en educación.
Hacer un esfuerzo como nunca se ha hecho en mejorar la educación pública --no puede ser que se quede tan atrás en relación con la privada o la particular subvencionada--. Un esfuerzo que incluya no solo aportes económicos, sino también modernización de currículo y de los métodos de enseñanza que permitan que los jóvenes del futuro puedan batirse en un mundo cada vez más tecnologizado. Que en la educación pública haya disciplina.
Que se logre un buen equilibrio entre enseñanzas científicas que miran hacia el futuro, y las humanísticas que dan profundidad, espiritualidad y dim e n s i ó n é t i c a a l o s alumnos". Postula que es "importante también que se vaya valorando a los profesores, tanto en las remuneraciones como en el prestigio que la sociedad les concede. Sobre todo, que ningún chileno sienta que de niño no se le dio oportunidad. Que todo chileno sienta que somos un país meritocrático de verdad. Porque si no lo somos, no solo perdemos valiosísimos talentos repartidos estadísticamente en la población.
Más bien seguimos siendo una sociedad injusta, una en que la cancha está inclinada, y eso es inmoral, produce rabia, tristeza, desconfianza, la sensación de que, a las élites, sean de izquierda o de derecha, les da lo mismo". Destacar la importancia de la educación y "nivelar la cancha" Según David Gallagher, se debe valorar a los docentes en general, en cuanto a sus remuneraciones y prestigio.
Darles prioridad a los niños: Para el exembajador David Gallagher, una de las principales medidas que se deben tomar para que el panorama sea distinto la próxima década está relacionada con la llamada "verdad histórica". "Los historiadores chilenos deberían unirse para mejorar la tradición historiográfica del país. Que la historia sea búsqueda de la verdad fáctica, no un arma en una lucha política, religiosa o de clases. Que la historia deje de ser propaganda. Solo al tratar de averiguar qué de verdad pasó, nos guste o no, podremos superar conflictos que demasiadas veces se alimentan con medias verdades, cuando no flagrantes mentiras.
Aquí tienen responsabilidad las universidades, los centros de estudio y sobre todo nuestros eximios historiadores. ¿Cómo no van a querer emprender la aventura de averiguar qué fue lo que realmente pasó? Tal vez ese esfuerzo redunde en que haya más entendimiento en 10 años más, que logremos admitir que todos somos culpables de algo, nadie es inocente, nadie tiene el derecho de pretender superioridad moral o de tirar la primera piedra". La idea es, de hecho, recogida por los rectores de las principales universidades del país.
Rosa Devés, máxima autoridad de la U. de Chile, asegura que "la sana convivencia requiere también sanar las heridas de nuestra sociedad y para ello debemos comprometernos con la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición respecto de las violaciones de los derechos humanos.
Esto nos compromete a apoyar transversalmente el Plan Nacional de Búsqueda (presentado el 30 de agosto por el Presidente Gabriel Boric) en los próximos años, porque este dolor no es solo de las víctimas y no podemos desconocer nuestra responsabilidad moral y los efectos de estas violaciones sobre la sociedad en su conjunto". En la misma línea, el rector de la U. Católica, Ignacio Sánchez, expone que "en 10 años más, cuando podamos conmemorar los 60 años del golpe de Estado, espero que enfrentemos ese día de manera diferente comparado a lo vivido este año. Debemos poner foco en lo principal, en una fecha de esta relevancia. Dentro de estos aspectos, varios ya se han debatido este año.
Se cuenta el análisis de los hechos que llevaron al quiebre democrático, tratar de entender el golpe de Estado, no de justificarlo; el esfuerzo por educar en la valoración y cuidado de la democracia; la condena del Golpe; la reiteración de que el Golpe se debiera haber evitado, la defensa irrestricta de los derechos humanos, el compromiso de no repetición, con actos de memoria y reparación de estos hechos". Añade que "con todos estos aspectos expuestos como una plataforma amplia de consenso, hay varias acciones y medidas en que debiéramos avanz a r p a r a p r e p a r a r n o s c o n tiempo y dedicación para esa futura fecha". Y coincide en que la primera es "avanzar en una búsqueda activa de los detenidos desaparecidos, ya que esta es una herida abierta que afecta y duele a todos los habitantes de nuestra patria. Es necesario colaborar de manera decidida con el llamado Plan Nacional de Búsqueda que está liderando el Ministerio de Justicia. En esta magna tarea, nuestra universidad ha manifestado su voluntad de colaborar de manera activa e interdisciplinaria desde sus diferentes facultades y centros de investigación.
Es una tarea de largo plazo y de gran relevancia para el país". Avance en el Plan de Búsqueda y entender las causas del Golpe El pasado 10 de septiembre, como parte de los actos conmemorativos, hubo una "velatón" frente a La Moneda. EFE Propuestas de los académicos: Reflexiones y propuestas para que el 11 de septiembre no genere un clima de profunda división en los próximos años. De acuerdo con Gallagher, hay otras tres medidas que son igualmente importantes que se deben tomar para llegar en un buen pie a la próxima conmemoración.
Una dice relación con un paquete que reimpulse el crecimiento. "El descontento en Chile fue creciendo a partir de 2014, cuando en el segundo gobierno de Bachelet se paralizó el crecimiento, bajando a un módico promedio de 1,8% para el cuatrienio. Sin crecimiento se congelan los ingresos fiscales y por tanto el gasto social, y hace imposible que suban los salarios reales. La gente que veía mejorar sus vidas las ve deteriorar. Cunde el descontento. Provoca estallidos como el de octubre de 2019". También, dice, se debe potenciar la amistad cívica. "Promover que la sociedad civil haga esfuerzos para que haya cada vez más amistad cívica en el país. Es un esfuerzo en que deberían trabajar unidos los gremios empresariales, los colegios profesionales, los sindicatos, las iglesias, las universidades. Un gran programa de educación cívica. Que la gente aprenda a tratarse bien. Que haya trato más igualitario en un país que ha sido demasiado jerárquico. Que aprendamos a descongelar las jerarquías no con rabia, más bien humor, afecto, empatía. El ejemplo obviamente lo tienen que dar las élites. Que no pidan tanta deferencia. Que traten de ponerse en los zapatos del otro.
Que en los ministerios y las dependencias que ofrecen servicios públicos se trate a la gente con cariño y con respeto". Asimismo, propone, se debe contar con barrios seguros y bonitos. "Un esfuerzo gigantesco para combatir la criminalidad, una tarea cada vez más difícil por la llegada de peligrosos carteles. Pero también un esfuerzo para mejorar los barrios más duros y pobres. Que tengan más parques, más facilidades deportivas. Que sea un agrado vivir allí.
No puede haber tanta disparidad entre los barrios". Mayor inclusión A juicio de la rectora Devés, en tanto, "para sostener una buena convivencia se debe profundizar la democracia, asegurando la inclusión de todos los grupos sociales en la esfera pública y ampliando la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Pensar el Chile de la próxima década debe ser con todas y todos. Trabajar para acortar las brechas y dignificar la vida de todas las personas ayudará a crear una sociedad más pacífica y segura.
No debemos abandonar la esperanza de que --en el proceso constitucional en curso-se logre redactar un texto que represente a una amplia mayoría y se funde en el concepto de un Estado democrático y social de derechos, lo que sería un gran logro de la política". También postula que como "la formación en valores es un proceso que involucra a toda la sociedad, es importante que los medios de comunicación cumplan su rol de mediadores de la convivencia con mayor conciencia de su responsabilidad, presentando los hechos de manera equilibrada para promover el diálogo y la comprensión en lugar de estimular la polarización" "Por último, la preocupación por la convivencia en el largo plazo nos exige participar en conjunto con la comunidad internacional en el abordaje de los desafíos globales, impulsando el desarrollo sostenible y contribuyendo a través de una acción coordinada a mitigar y adaptarnos al cambio climático". Sin improvisar La máxima autoridad de la UC, Ignacio Sánchez, también expone que "las actividades de conmemoración deben ser inclusivas, convocantes, bien planificadas, con suficiente tiempo de organización, de manera interdisciplinaria, abordando todos los hechos de manera integrada, con la participación amplia de todos los sectores de la ciudadanía.
Se debe evitar la improvisación que hemos visto este año, afectando la relevancia y profundidad que requieren estas actividades". "Otro aspecto fundamental se refiere a la prudencia en las declaraciones que debe venir desde las principales autoridades de la nación. Es la única manera de atraer, convocar y no distanciar a los diferentes grupos de la sociedad.
Es evidente que nunca tendremos una posición común, ni menos una verdad oficial en este tema, por lo que se deben acercar posiciones, avanzar en lo que nos une y dejar por separado lo que nos confronta y desune.
No es necesario que tengamos la misma mirada del golpe de Estado, lo que realmente importa es que podamos consensuar en mínimos comunes que hemos definido para el presente y en especial para el futuro de nuestra vida en común.
El cuidado de la democracia, la defensa irrestricta de los derechos humanos y el respeto por la vida en común están entre esos mínimos". "Por último, uno de los aspectos más importantes es que debemos tener mayor generosidad en la forma en que enfrentemos esta nueva fecha de conmemoración.
La conversación abierta entre los diferentes, aprender de las experiencias ajenas, conocer lo que han vivido las familiares de las víctimas, tener una actitud de escucha activa, nos va a preparar el camino para una mirada de futuro que sea de consenso, respetando nuestras legítimas diferencias, que surgen de las historias de vida que nos han tocado enfrentar.
Las acciones y medidas descritas nos ayudarán a vivir de manera más integrada al interior de nuestra comunidad nacional y a conmemorar de manera inclusiva y respetuosa un nuevo aniversario del quiebre de la democracia en Chile. Es necesario trabajar de manera unida para lograr estos objetivos". Otras urgencias: Mayor crecimiento, amistad cívica y evitar descalificaciones El crecimiento aparece como una de las prioridades, para evitar el descontento de la ciudadanía.
Apuntan a la promoción del diálogo Adriana Valdés, quien fue la primera mujer elegida como directora de la Academia Chilena de la Lengua, también reflexiona cómo será el país del futuro, si es que la infancia y la niñez son la "primer prioridad" durante los próximos años. "En 10 años más, espero, veremos las asperezas actuales como algo relativamente lejano. No estaremos tropezando con la misma piedra, habremos aprendido a evitar el camino que nos ha llevado hasta ahora a una situación deplorable en cuanto a niñez y educación. Prefiero centrar estas palabras en lo que podría evitarlo. Imagino lo que podría ser un futuro. "Espero una ciudadanía nueva y mejor.
Espero que lleguen a ejercer su deber cívico personas cuyos progenitores (en Chile, muchas madres solas) las hayan podido cuidar con dedicación exclusiva hasta los seis meses, por lo menos; que hayan recibido todo lo necesario para su buen desarrollo físico y mental; que hayan vivido en ambientes familiares emocionalmente tolerables, ojalá más que eso; que no estén en contacto con las drogas; que hayan aprendido a trabajar en conjunto; que hayan experimentado lo que es una comunidad, en fin.
Todo lo que hace que considere la educación cívica como un asunto abstracto hasta que no recaiga en un sujeto (el niño, la niña) que esté en desarrollo, abierto al futuro, sin trancas ni traumas (o con algunos, manejables), física y espiritualmente apto para aprender, coexistir, opinar responsablemente y transformarse en persona de bien, responsable de sus actos y de su libertad. "El enfoque de `Chile crece contigo' se habrá prolongado hasta abarcar todos los años de la educación parvularia. Y gran parte del enfoque de la educación parvularia hasta los de básica. Los niños y niñas han aprendido imitando y jugando; cantando; actuando; inventando, leyendo, durante la mejor etapa neurológica que tendrán en la vida. Se les ha enseñado a leer bien, y a la mayoría, con gusto; a escribir lo mejor posible; dominan las cuatro operaciones. Los niños de Chile se han capacitado uniformemente, y muy bien, en estos mínimos. Se ha dejado a la creatividad los aprendizajes específicos de todo el resto de la educación básica, para adaptarla a las circunstancias del ambiente de cada grupo y para aventurarse a ejercer la libertad. Se ha enseñado a trabajar en conjunto, a respetar los derechos del otro.
La educación cívica no habrá sido un curso de educación media, sino una práctica del civismo desde el comienzo de la educación. "Para que entiendan otros, diré que se habrá revertido la tendencia a deteriorar el capital humano; que tendremos estudiantes de niveles superiores capaces de aprender, trabajadores capaces de capacitarse. Esto no se logra con un cursillo rápido de alguna consultora. Se logra con programas convergentes de educación y salud que empiezan desde antes del nacimiento. La política pública es esencial. Puro largo plazo. Enorme rendimiento para el país, aunque los indicadores no están todavía a la altura de reflejarlo". ¿Cómo se ve el futuro? "Espero una ciudadanía nueva y mejor", plantea la ensayista Adriana Valdés. ALEX MORENO Los anhelos de Adriana Valdés: Reflexiones y propuestas para que el 11 de septiembre no genere un clima de profunda división en los próximos años.