Autor: Michel Junod médico veterinario
COLUMNA DE OPINIÓN: Perros comunitarios
COLUMNA DE OPINIÓN: Perros comunitarios e confundi. Conversaba con la dueña de un negocio de IVbarrioy le preguntaba por la gran cantidad de perros que rondaban su local. Me insistió en que ninguno teniaduefio, a lo cual le dije que eran perros vagos, al no tener domicilio conoddo. Me retruco, entre risas, que no son vagos, son comunitarios. Epa, aquí se está fraguando algo complejo y, lejos de ser gracioso, puede condenarnos a ver las calles plagadas de perros transmitiendo enfermedades, parasitosis y agresiones a transeuntes desvalidos. Esa sola modificación en la calificación de perros vagos a peros comunitarios ya habla de pertenencia, y al tener esta característica pasan a ser una obligación de cuidado para administradores o alcaldes. El embobamiento es de tal impacto que algunos alcaldes los han denominado vecinos de cuatro patas, subiendo su callficación de mascotas a vecinos.
Al respecto, circula una encuesta propiciada por la Subdere para actualizar el reglamento de la Ley Cholito, que induce a que la mayoría de la población esté de acuerdo con el cambio de trato a las mascotas, limitando a las personas su derechoa vivir en un ambiente libre de animales vagos y amarrando las manos a alcaldes y productores agrícolas, que tienen que lidiar con un problema tremendamente serio.
De continuar esta espiral de humanización de los animales, se complejizará a tal punto la normativa que será imposible sacar a los perros vagos de las calles de Chile, continuando el decadente espectáculo de miles de cuadras infestadas de garrapatas y fétidas por excrementos y orines. Así es, muchos de los que pregonan en favor de perros vagos y asilvestrados jamás van a reconocer el atroz daño a los rebaños de ovejas o de vacunos.
Jamás van a reconocer el dantesco espectáculo que cada cierto tiempo tienen que presenciar los pequeños agricultores cuando se enfrentan a sus ovejas descuartizadas por jaurías, y menos reconocerán la muerte de pudues y aves silvestres, que son diezmadas por perros asilvestrados que depredan lo que esté a su Por ello, y siendo un amante de los animales, jamás estaré de acuerdo enque las calles de mi ciudad estén atestadas de perros sin dueños, transmitiendo enfermedades a las mascotas que pasean con correa Tampoco estaré de acuerdo con atarle las manos a un agricultor que ve que las mayores pérdidas de su explotación no son los abligeatos ni las enfermedades del rebaño, sino los frecuentes ataques de jaurías, con millonarias pérdidas en producción y potenciales accidentes, que cada cierto tiempo ocurren por las estampldas de animales luego de persecuciones por parte de perros vagos y asilvestrados. Asi es, perros vagos o asilvestrados, con todas sus letras.