La Yareta reduce la diabetes pero existen alternativas más sustentables
Aun con crisis climática, se puede conjugar la salud con la protección de la naturaleza. Por eso mismo, muchas personas se inclinan por la medicina ancestral y las infusiones para manejar enfermedades crónicas. Los científicos recomiendan mirar la opción del arrayán, especie que no atraviesa los peligros ecológicos que afectan a la yareta. AMBIENTAL Muchos hábitos de generaciones pasadas eran bastante más saludables que los actuales. La información que ahora maneja la población es más amplia y sabe que algunas soluciones de la industria farmacéutica salen muy caras, tanto para el bolsillo como al organismo. El tema surge, además, de la dia que puso a prueba a muchos grupos de la población. Por ejemplo, los varones adultos y jóvenes descubrieron que eran candidatos a ocupar una Cama UCI debido a su sobrepeso, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, presión alta y diabetes.
Fue de esa experiencia desde donde surgió la nue va tendencia de ocupar la oferta herbolaria existente; vale decir, las personas están interesadas en conocer qué plantas y yerbas son eficaces para el tratamiento o prevención de todos esos trastornos que tomaron la palestra con el coronavirus.
BAJAR El AZÚCAR En esa revisión, volvieron a salir los atributos de la yareta (o llareta) porque es una excelente opción para controlar o reducir la diabetes, junto con ser un recurso eficaz para atacar las infecciones de ciertos parásitos.
Familiar cercano del apio, el cilantro y perejil, la yareta crece de manera endémica -sin necesidad de plantarse solamente a grandes alturas del cordón cordillerano de Tarapacá y las regiones vecinas, extendiéndose también a la zona montañosa centro-sur de Chile.
Conscientes de este valor medicinal, la Universidad de Antofagasta comenzó en un minuto a sistematizar su estudio y la ciencia hoy considera a la yareta como un tesoro vivo, ya que algunos ejemplares pueden alcanzar hasta los 3.000 años de antiguedad.
Esa casa de estudios superiores fue la que estableció que la yareta contiene Azorellanol, un compuesto capaz neutralizar la acción de parásitos como la Toxoplasma Gondii, el que afecta a animales y aves Su vinculación con la salud humana radica en que ese particular parásito unicelular a nivel doméstico ataca a los gatos y éstos pueden trasmitirlo a nuestra especie.
Sin embargo, la ingesta de yareta añade otros cios y la medicina popular la emplea en el tratamiento de afecciones biliares, urinarias, como depurador de la sangre, como laxante suave y hasta para mitigar el dolor de muelas.
EN PELIGRO Si todo lo anterior suena beneficioso, la realidad es que la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y las regulaciones chilenas tienen prohibido extraer y recolectar esta “planta sagrada” cuando está en situación vulnerable y escasea.
Este riesgo en todo caso no comenzó ayer, sino que proviene de una antigua sobreexplotación cuando la yareta se ocupaba como combustible para alimentar el fuego de hornos y cocinas, a modo de leña nativa de uso doméstico. En esa época había tanta yareta en el entorno que nadie pensó en su futuro.
Tanto los expertos de la Conaf y el mundo académico sostienen que existen otras alternativas y sugieren usar infusiones de bayas de arrayán para controlar la diabetes de manera más sustentable, especie que tiene un potencial terapéutico muy promisorio. Un relevante estudio nacional ¿ un en pleno desarrollo indica que el pequeño fruto del arrayán es un superalimento, ato en minerales y antimódantes que retardan el envejecimiento.
Pero, esas investigaciones también tuvieron su punto de partida en la experiencia ancestral: En la tradición chilena se usan infusiones de arrayán para tratar diarreas, malestares estomacales y problemas reumáticos como la gota que sufren los adultos mayores.
Para efectos de las enfermedades crónicas contemporáneas, la ciencia afirma que el uso de bayas de arrayán ayuda a sanar aquellas lesiones vasculares causadas por la diabetes, ya que tener la azúcar alta en la sangre es muy dañino para riñones, venas, arterías y corazón de las personas que la padecen. Aunque diabetes o sin ella lo decisivo es que se puede cuidar la salud sin afectar ni el sistema vascular ni el medioambiente.