"El problema de Evelyn es con ella misma, enfrentar su propia historia"
"El problema de Evelyn es con ella misma, enfrentar su propia historia" El exdiputado Gonzalo Ibáñez.
A punto de cumplir 80 años, Gonzalo Ibáñez Santa María --abogado, académico y exdiputado-sigue interviniendo en el debate público con la misma firmeza que lo caracterizó en sus años en el Congreso (1998-2006) o en la rectoría de la Universidad Adolfo Ibáñez (1989-1997). Vive en Viña del Mar, en una casa donde conviven la memoria y la vida familiar: en su escritorio abundan las fotos de sus seres queridos y una estatua de Santo Tomás destaca entre los libros.
Hijo de Pedro Ibáñez Ojeda, exsenador y fundador de la Escuela de Negocios Adolfo Ibáñez en Valparaíso (posteriormente UAI), mantiene una presencia activa en redes sociales y no ha dejado de expresar su preocupación por el rumbo de una derecha que, a su juicio, ha perdido el vínculo con su propia historia. De aquello algo sabe: fue uno de los fundadores del antiguo Partido Nacional en 1966 y representó a la UDI en la Cámara de Diputados.
Es parte de una derecha tradicional que aún no se va con José Antonio Kast, pero que se lo está pensando. --¿ Algo que extrañe de la política del pasado? --Tengo malos recuerdos de la política anterior al gobierno militar, a pesar de que mi padre fue un político muy importante durante todo ese tiempo. Precisamente por esa mala política que vivió Chile durante tantos años, terminamos en el descalabro que significó el Gobierno de Salvador Allende. Hay toda una historia de cómo Chile fue decayendo hasta llegar a esa situación tan dramática, tan espantosa, que nos causó tanto daño. Después vino el gobierno militar, que fue una etapa muy distinta, bajo una política diferente.
Fue, sin duda, una situación excepcional, hay mucho que reconocer y también mucho que criticar respecto a ese período; sinceramente espero que haya sido una excepción en nuestra historia, y que no tengamos que volver nunca más a algo así, ni siquiera pensar en ello. --¿ Qué valora de la política actual? --Lo que me queda de la política de hoy son preocupaciones. No valoro nada de quienes están en política, ni tampoco veo grandes avances en términos de cambios sociales vinculados a la política.
Pero si hay algo que rescato: me parece que la comunidad nacional empieza a tomar conciencia de que no se puede volver a ciertos extremos que ya se probaron --y de forma muy clara-como extraordinariamente negativos para el país. Y esos extremos hoy, están encarnados en el actual Gobierno.
Creo que hay bastantes señales de que la ciudadanía tiene claro que por ese camino no podemos seguir. "¿Qué es lo que llamamos extremo?" --¿ Cómo se explica que, cuando todo apuntaba a un triunfo cómodo de la derecha, haya irrumpido una candidata del PC como Jeannette Jara, que al menos será competitiva en un balotaje? --Hay una lección importante que sacar de todo eso, y es que no se pueden sostener posiciones contradictorias. Carolina Tohá representó lo que fue la Concertación, que hizo un muy buen Gobierno, al país le fue estupendamente bien. Pero, ¿sobre qué bases se logró eso? Sobre las que dejó el gobierno militar. Lo que no es aceptable --ni en la Concertación ni en figuras como Carolina Tohá-es pretender que ellos fueron los magos que transformaron a Chile de un día para otro.
Los Gonzalo Ibáñez: "El problema de Evelyn es con ella misma, enfrentar su propia historia" El exdiputado y exrector de la UAI, un hombre histórico de la derecha, critica a Chile Vamos: "Ha sido una derecha acomodaticia y muy preocupada de su cuota de poder más que de servir al país". F O T OGR AFÍA : CL A UDIO COR TÉ S V Mane Cárcamo. "El problema de Evelyn es con ella misma, enfrentar su propia historia" mejores 30 años de nuestra historia se deben, en gran medida, a los 15 años anteriores. De alguna manera, esa contradicción también está presente en Evelyn Matthei. Porque ella quiere continuar con esas políticas, pero cuando llega el momento de reconocer de dónde provienen, guarda silencio.
Creo que esa contradicción, al final, le ha pasado la cuenta. --Usted dice que esos 30 años fueron los mejores de Chile, con las bases del régimen militar. ¿Cuál fue el mejor Gobierno de la Concertación? --Me parece que el Gobierno de Ricardo Lagos fue el más favorable. Pero también el de Eduardo Frei fue importante, porque se atrevió a desarrollar con más fuerza la iniciativa privada, a confiar más en las personas y en el emprendimiento.
Al final, diría que ambos estuvieron más o menos en la misma línea, con matices, pero dentro de un modelo que le hizo bien al país. --Los partidarios de Jara recuerdan que, cuando Ricardo Lagos fue candidato, la derecha apeló al miedo diciendo que su triunfo significaría volver a la Unidad Popular. --Eso no ocurrió, gracias a Dios, en parte porque se hizo esa campaña. Es decir, se le advirtió a Ricardo Lagos que, si seguía la línea de Salvador Allende, podía terminar mal. Y existía ese temor porque hay que recordar que Ricardo Lagos, en la época de Allende, fue un fervoroso ideólogo marxista. Después eso se fue olvidando, porque con los años él cambió mucho.
Pero para quienes lo conocimos o lo observamos desde antes del 11 de septiembre de 1973, el recuerdo que estaba era el de un ideólogo marxista muy firme, muy extremista en ese tiempo. --Usted ha sido crítico no solo de la izquierda, sino también de la derecha. Incluso ha señalado que la derecha ha olvidado su historia. ¿En qué lo ha visto concretamente? --Me refiero a la derecha actual.
Por supuesto que ha olvidado su historia. ¿Quién los vio? Muchos de ellos fueron altos funcionarios del gobierno militar, se abrazaban con el general Pinochet, participaban en todas las reuniones posibles, se sacaban fotos y ahora prácticamente abominan de ese pasado. Me refiero especialmente a la UDI y también a Renovación Nacional que han querido separarse completamente de su origen, prácticamente han negado que tengan pasado. Eso a mi juicio, le hace un daño enorme a la política nacional. Porque ahí lo que se percibe es un afán de estar en el poder a cualquier costo. Ha sido una derecha acomodaticia y muy preocupada de su cuota de poder más que de servir al país.
En ese sentido, los grupos que siguen a personas como José Antonio Kast o Johannes Kaiser son mucho más coherentes con nuestra historia. --¿ No considera a Kaiser un político de extrema derecha? --Es que, ¿qué es lo que llamamos extremo? Aquí se trata de reconocer --como le decía antes-que el éxito de estos 30 años se debió en gran medida a las medidas adoptadas por el gobierno militar. Eso no es extremo, es simplemente decir la verdad. Lo mismo con defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural; tampoco es una postura extrema, al contrario, es algo muy sano. Por eso, más que hablar de extremos o de centros, yo prefiero hablar de cuán acertadas o desacertadas son las ideas y afirmaciones que se plantean. Y en ese sentido, tanto Kast como --en menor medida-Kaiser, han mostrado una coherencia que mucha gente valora y quiere seguir.
Porque viene de ellos una claridad y una convicción que falta en otros sectores. "Me gustaría que Matthei ordenara un poco sus ideas" --¿ Comparte lo que dijo Evelyn Matthei sobre que ella fue víctima de una campaña "asquerosa" en redes sociales, en la que incluso se dijo que padecía Alzheimer? Ella fue muy dura con Kast y republicanos. --La política siempre ha tenido ese ingrediente. Recuerdo que en 1970 a Jorge Alessandri lo afectó mucho una campaña basada en detalles mínimos, como una grabación en televisión donde se veía su mano temblando un poco. Eso fue un factor importante en su derrota. Pero creo que los temas de Evelyn Matthei son otros. Ella está atrapada en una contradicción interna, y eso es lo que la aleja del electorado. En este momento, Chile está bajo una dictadura, pero no una dictadura política tradicional, sino la dictadura del narcotráfico, de la delincuencia, del terrorismo. Todos tenemos miedo de salir por las tardes, miedo cuando nuestros hijos viajan, miedo por nuestros nietos cuando van al colegio. Estamos viviendo una situación extremadamente grave, y eso requiere soluciones muy fuertes.
No se puede entregar la historia de Chile así nomás en estos momentos. --¿ No podría ser válido que una persona que haya sido afín a la dictadura luego pueda decir "me equivoque"? ¿ No es válido cambiar de opinión? --Ya lo creo. Puede ser válido reconocer distintos puntos de vista, pero hay que aceptar tanto las cosas positivas como las negativas. No niego los problemas graves que hubo durante el régimen militar, pero tampoco podemos actuar como si ese período no hubiera existido o como si hubiera sido mejor que jamás hubiera ocurrido. Hay que entender que la política tiene un límite: no se puede jugar con ella. El principal factor para la paz social es que haya un buen Gobierno. No como el que tenemos ahora, que ha generado muchos problemas, Dios mío.
Entonces, por ejemplo, no me extraña que la gente empiece a desarrollar actos de autodefensa que van más allá de lo normal. ¿Por qué? Porque la situación a la que se enfrentan no es normal. --Deduzco que su candidato es Kast. --Estoy pensando. --¿ No está seguro? --Estoy pensando.
Primero veamos cómo quedará la negociación parlamentaria. --¿ Y a Matthei le cree más allá de esa contradicción con su historia que usted menciona? --Tengo algún grado de conocimiento con Evelyn Matthei, podría decir que incluso algo de amistad.
Creo que realmente ella tiene condiciones personales para ser Presidente de un modo notable, especialmente por su experiencia y su vida que ha transcurrido en el mundo de la política, pero me gustaría ver que pueda ordenar un poco sus ideas.
Más que una "campaña asquerosa" creo que el problema de Evelyn Matthei, es con ella misma, en la dificultad para tomar decisiones y enfrentar su propia historia. --¿ Qué opina que la Democracia Cristiana haya formalizado su apoyo a una candidata del Partido Comunista? --El momento que vive la Democracia Cristiana es muy congruente con su historia, que para mí ha sido una historia de falsos valores y un gran engaño, especialmente porque se hizo bajo el nombre de "cristiano". En esencia, la Democracia Cristiana fue una fórmula creada para ofrecerle al mundo cristiano, de alguna manera, algo parecido al comunismo.
Como dijo Eduardo Frei Montalva en 1947: "Si hay algo peor que un comunista, eso es un anticomunista". Por eso, que ahora haya una candidata comunista respaldada por su partido me parece muy congruente con esa postura.
La Democracia Cristiana nunca se comprometió realmente con los valores propios de nuestra cultura, y hoy representa prácticamente la nada misma. --Desde la izquierda, argumentan que el comunismo actual ya no representa un riesgo porque ha cambiado, y que basta con mirar a China para entender que hoy convive con el mercado y la globalización. --Si ya no se identifican con esas ideas, entonces que se cambien el nombre.
Porque para mí el comunismo sigue siendo lo que está en el «Manifiesto Comunista» de Karl Marx, en las obras de Lenin, en la dictadura de Fidel Castro, etc. ¿Cómo se supone que uno debe pensar algo distinto si siguen llamándose comunistas? Bueno, el movimiento se prueba andando.
Si de verdad sus ideas han cambiado, que formen nuevos partidos y que digan claramente: "Esto ya no es el «Manifiesto Comunista», esto no es «El Capital» de Marx". --¿ Qué le parece la desafección actual que hay en la ciudadanía respecto de la política? --Es muy razonable, porque los partidos políticos parecen vivir en otro mundo. Están más preocupados de repartirse el poder que por generar ideas que saquen al país de la crisis. Entonces la gente empieza a buscar alternativas. Los partidos tienen la responsabilidad de ser sólidos y cumplir su función; si no lo hacen, el país comienza a mirar hacia otros horizontes, y eso es muy, muy peligroso. Más que hablar de extremos o de centros, yo prefiero hablar de cuán acertadas o desacertadas son las ideas que se plantean.
Y en ese sentido, Kast y Kaiser, han mostrado una coherencia que mucha gente valora". El momento que vive la Democracia Cristiana es muy congruente con su historia, que para mí ha sido una historia de falsos valores y un gran engaño"..