Autor: Juan Luis Cordero Vicerrector de Educación Online de Universidad UNIACC.
¿Y si estudiar no fuera tan lejano?
¿ Y si estudiar no fuera tan lejano? Opinión Juan Luis Cordero Vicerrector de Educación Online de Universidad UNIACC. Online de Universidad UNIACC. Online de Universidad UNIACC. Online de Universidad UNIACC.
Online de Universidad UNIACC. ¿Y sí estudiar no fuera tan lejano? 6 6 Aún está oscuro cuando salgo de la casa". Así comienza 9 KM", el libro infantil de Claudio Aguilera, ganador de múltiples premios literarios. En la historia, un niño recorre todos los días esa distancia para llegar desde su casa, en una zona rural, a su escuela.
En el trayecto, pájaros, árboles, flora y fauna chilena se entrelazan con el anhelo central del niño: aprender, la promesa de un futuro mejor plasmada en las paredes de su escuelita. ¿Egresará de IV medio ese niño? ¿ Logrará llegar a la universidad? En un país como Chile, considerando nuestra geografía y la alta concentración de población en zonas urbanas, la distancia surge como el peor enemigo para quienes desean acceder a la educación superior y, al fin, hacer realidad el manoseado dicho "Emparejar la cancha"... Pero ¿ no es la educación en sí la mejor, o quizás la única, herramienta real que tienen las personas para cambiar su trayectoria de vida? ¿ Será que, al sesgo que ya impone el origen social, el nivel educativo de los padres o incluso la etnia, al cursar estudios secundarios, se suma la distancia como una barrera aún más difícil? La modalidad online surge como una oportunidad para quienes, como decían los prisioneros, viven "pateando piedras". La educación online no sabe de discriminación, de orígenes ni de barreras geográficas. Se burla de la rigidez de los horarios y del tiempo perdido en prolongados traslados. Ese niño que caminaba 8 km al día, con un computador en casa y las herramientas para conectarse, no habría tenido que salir cuando aún estaba oscuro ni caminar bajo la lluvia o el sol.
La adopción creciente de la modalidad online en la educación superior responde a la necesidad de formatos que se adapten a ritmos de vida diversos, cierren brechas de acceso y refuercen las competencias digitales requeridas por el mercado laboral.
Según datos de la Subsecretaría de Educación Superior, la educación online se ha consolidado como un pilar del sistema de educación superior chileno al crecer del 1,7% al 12,4% de la matrícula en la última década. Este crecimiento se traduce en un aumento de 201,2% en cinco años y refleja la consolidación de una modalidad que supera sus niveles iniciales de adopción.
Las cifras no son sorpresa para nadie: frente a la velocidad de cambio en tecnologías y procesos, la oferta online facilita el perfeccionamiento permanente, con programas de corta duración y especializaciones que responden a demandas emergentes.
No hay que dejar de lado las problemáticas que la modalidad soluciona: además de las evidentes barreras geográficas, la rigidez de horarios y la desigualdad de acceso, la modalidad online parece ser un futuro esplendor... pero ¿ estamos preparados? Todo depende de los estándares de calidad y los marcos referenciales que se utilicen. No es lo mismo dictar clases por una plataforma de videollamadas, que ofrecer un modelo de aprendizaje asincrónico, con recursos digitales interactivos y evaluaciones diseñadas para el entorno virtual. O bien una combinación de lo mejor de ambos mundos. Si no logramos ese punto de equilibrio, emparejar la cancha no será más que un eslogan de tantas campañas que han quedado grabadas en la retina de millones de chilenos.
El crecimiento y la expansión de la educación online en Chile plantean la oportunidad de prepararnos y crecer, de proyectar la cantidad de profesionales cuyo aprendizaje ocurre bajo ese formato, con modelos creados de tal forma que lo virtual y lo presencial se complementen y enriquezcan recíprocamente, cambien rutas formativas y consoliden competencias académicas.
Según el último informe del SIES, en Chile actualmente la matrícula de personas con discapacidad en educación superior es de 13.099, lo que representa el 0,95% de la matrícula total de educación terciaria. ¿Cuántos chilenos más podrían desafiar las barreras físicas si contaran con la posibilidad de estudiar en modalidad online? Continuar el avance en modalidad online exige alinear políticas públicas, mantener estándares de calidad exigentes y asegurar el acceso a tecnologías y conexión para los nuevos profesionales. Si no contamos con esas herramientas, será difícil garantizar una formación adecuada de profesionales competentes y preparados ante las demandas del mercado. Sin esas garantías, difícilmente lograremos que los niños del cuento de Claudio Aguilera no tengan que caminar 9 km hasta la escuelita rural de su pueblo..