Autor: Christian Rodiek, socio fundador de Firma Virtual
Fe pública en la era digital: más seguridad y trazabilidad
En plena revolución digital, millones de personas continúan resolviendo trá: mites que dependen de la presencialidad, el papel y la firma manuscrita. Sin embargo, también es cierto que la pandemia comenzó a cambiar el enfoque.
Debidoalacontingencia, un número no menor de chilenos disfrutar delosbeneficiosqueofrece la firma electrónica, regulada por la Ley 19.799, Hablamos de más de un millón de firmantes únicamente en Junto conello, la figuradelnotario— lejos de volverse obsoleta=se reafirmó. Y es que el ministro de fe hace mucho más que estampar una rúbrica: entrega garantiajuridica, protegiendo aciudadanos, organizaciones y al mismo Estado de fraudes y controversias. En este sentido, ningúnsistemaautomatizado puedereemplazar a quien constituye un pilar fundamental del derecho registral, lo que no quita que deba modernizarse y respondera losdesafíosde la era digital. Ciertamente, el costo de notariales hagenerado legítimas tensiones, pues, las tarifas fijadas por decreto en 1998 la realidad económica del año 2025. En un país donde contratos, arriendos y salariosse calculanen UF, no parecerazonablequelosnotarios establecidos hace 27 años, en pesos. El debateesválido. Pero, debe hacerse serlamente, sin populismo ni caricaturas, procurando mejorar la profesionalización vla digitalización de quienes garantizan la veracidad de tantos documentos públicos y privados.
En este sentido, hay que reconocer que no son pocos los notarios que avanzan a paso firme haciala transformación digital al autorizar, protocolizar y certificar documentosen línea, cumpliendo con toda la normativa vigente, pero de manera y accesible para todos. Igualmente, para aquellos actos en losquelaley exige la presencia del ministro defe, como casode una escritura de compraventa, los notarios han jugado un rol indispensable. Muchos inclusosetrasladan hasta los domicilios de personas con movilidad reducida; o visitana quienes están privados de libertad para que puedan hacer aquellos trámites puntuales queexigen la firmaante su presencia. Nose trata, entonces, de eliminar a los notarios sinoreconocerlos como piezaestratégica del sistemaregistral. La firma electrónica, debidamente regulada en Chile, permite simplificar procesos sin perder la validez jurídica de cientos de documentos. La tecnología no vinoá amenazar la fe pública, sinoa fortalecerla dándolemás seguridad y trazabilidad.