COLUMNAS DE OPINIÓN: Crónica de una rendición anunciada
COLUMNAS DE OPINIÓN: Crónica de una rendición anunciada « No cambiaré una coma de mi programa ni por un millón de votos». Así porfiaba Eduardo Frei Montalva ante presiones internas y de la derecha que buscaban moderar su programa de gobierno que lo llevó al poder. Durante muchos años, la Falange Nacional --el partido que antecedió a la Democracia Cristiana-solo supo de derrotas en el plano electoral: en sus primeros 15 años, nunca superó el 5% de los votos. Pero eso a sus fundadores parecía no importarles.
Preferían, al decir del mismo Frei Montalva, ser «un partido chico con ideas grandes, a ser un partido grande con ideas chicas». El apoyo de su Junta Nacional a Jeanette Jara los convierte, no obstante, en un partido chico de ideas inexistentes.
La DC y su partido previo siempre se autocomprendieron como una alternativa al comunismo. «Creemos muy seriamente que la Democracia Cristiana es la única alternativa que pueden oponer al comunismo los pueblos que quieren obtener la justicia sin sacrificar su libertad» dijo un tal Patricio Aylwin en 1959. Años antes, en 1948, otro joven DC, Radomiro Tomic, declaró que «la Falange Nacional es contraria al comunismo, en el plano de la concepción antropológica de la persona, de la sociedad civil y del Estado.
Son dos mundos del pensamiento, entre los cuales no hay conciliación posible: el mundo ateo y materialista del marxismo, y el mundo espiritual del cristianismo». El sometimiento de la DC al PC es una rendición voluntaria ante una visión omnicompresiva que nace para superar su propio ideal.
Lo peor de este apoyo no es ni la evidente deslealtad a sus fundadores por un par de cupos electorales que no están siquiera asegurados, ni la paupérrima argumentación que hace su nuevo presidente para justificar su traición (dijo Francisco Huenchumilla que el comunismo en el mundo ya cayó, y que se transformó en capitalista... en circunstancias que el PC chileno sigue declarándose, hoy, marxista leninista). Lo más grave de esta decisión es que refleja que no saben para qué quieren llegar al poder. El mejor ejemplo es lo que ocurrió ayer con el aborto.
En lugar de anteponer su visión antropológica sobre el derecho de la vida como condición intransable para apoyar al PC, anuncian que si hay aborto libre en el programa de Jara harán «reserva» de esta medida. ¡Enorme tranquilidad! Mientras tanto, el apoyo no se toca.
Este penoso cuadro confirma su propia desorientación y evidencia su desesperación por alcanzar el poder, vendiendo lo más elemental que debieran tener --su propia identidad-por menos cupos que las monedas por las que Cristo fue entregado.
Como dice Max Weber, hoy en la DC son «cazadores de cargos», fieles solamente a su fama de seguir al lugar donde caliente el sol (que hoy se llama conservación del poder). Desconocen que, con este autoengaño, su vigencia se remite exclusivamente a los libros de historia. Crónica de una rendición anunciada Cristián Stewart IdeaPaís "La DC vende lo más elemental su propia identidad por menos cupos que las monedas por las que Cristo fue entregado"..