Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC
Enrique Brahm: “La historia de Chile no se puede entender sin la Gran Guerra”
Enrique Brahm: “La historia de Chile no se puede entender sin la Gran Guerra” Doctor en Historia del Derecho por la Universidad de Frankfurt (Alemania), el abogado e historiador Enrique Brahm García (Puerto Montt, 1956) es autor, entre otros títulos, de “Hitler y la Segunda Guerra Mundial” (Editorial Universitaria) y “Las puertas se cierran.
El cuerpo consular y la inmigración judía a Chile durante el Tercer Reich” (Centro de Estudios Bicentenario). Miembro de número de la Academia Chilena de la Historia, desde hace cuatro décadas ejerce la docencia, primero en Derecho en la U. Católica y en el Colegio Tabancura, y desde inicios de los 90 y hasta hoy, en distintas carreras de la U. de los Andes. Numerosas generaciones de estudiantes han vibrado con sus clases y, en particular, con su atractiva y pormenorizada manera de relatar los más cruentos conflictos mundiales. Un nuevo ejemplo de su interés por ese período es “La Gran Guerra.
La perenne actualidad de la Primera Guerra Mundial”, recién publicado por Tirant Humanidades ($34.900 ). Con un estilo ameno, el historiador aborda en este trabajo los antecedentes del combate (el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austríaco); las razones que llevaron a que fuera mundial; su sorpresivo final en 1918, y las negociaciones de paz en París, un año después.
Brahm explica que optó por elaborar un buen resumen que permita al lector no especializado entender sus líneas esenciales y hacerse “una idea lo más vívida posible de la misma”. El académico Uandes recuerda que en su ciudad natal solía comprar memorias y relatos históricos. Una vez terminado el colegio, se inscribió en Derecho en la Universidad Católica, pero al poco tiempo comenzó a estudiar de manera paralela la carrera de Historia. “A mí me gustaba la historia, pero no sabía si me podía dedicar a ella.
Tuve la suerte de que en el Campus Oriente de la UC, en un piso estaba Derecho y en otro Historia, y ahí conocí a Ricardo Krebs (19182011) y Mario Góngora (1915-1985), entre otros grandes profesores”. UNA PASIÓN DE TODA LA VIDA Enrique Brahm detalla que fue ayudante de Joaquín Fermandois y también ayudante de investigación del propio Góngora en una de sus publicaciones clave: “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”. Luego, de manera natural, fue derivando a la enseñanza y “empecé a hacer clases sobre las dos grandes guerras mundiales y Hitler: los temas a los que me he dedicado toda mi vida.
Siento que me he ido forjando una mirada personal sobre la Gran Guerra y que quise rescatar en este libro”, apunta. ¿Qué papel jugó Chile, tomando en cuenta que el país fue neutral? “La obra está escrita por un chileno y eso explica por qué está presente nuestro país. Efectivamente, Chile fue neutral. A diferencia de otros países como Perú y Bolivia, que sí se involucraron en la guerra para sacar ventaja y recuperar territorios. Lo más conocido y que nos vinculó con la Gran Guerra fue la explotación del salitre. Alemania era un gran importador del salitre chileno para su industria bélica, pero el bloqueo significó que se desarrollara el nitrato sintético que nos complicó la vida. Pero la batalla también se libró en las costas de Chile. Hubo un combate naval en Coronel donde terminó hundiéndose un buque insignia de la flota inglesa. Eso significó la muerte de mil 600 marinos ingleses. Se trataba de la primera derrota que sufría la Armada británica en más de un siglo, por lo que la euforia de Alemania fue máxima.
Pero también está toda la gesta del buque alemán Dresden que se hundió y sigue en el archipiélago de Juan Fernández y hoy es un objetivo predilecto de los fotógrafos submarinos”. Enrique Brahm recuerda que uno de los marinos del “Dresden”, quien sobrevivió, vivía a una cuadra de su casa en Puerto Montt y que algunos alemanes que llegaron durante la Gran Guerra se quedaron en Chile. Otros consiguieron regresar a Europa. “El más famoso que navegó en el Dresden fue el teniente Wilhem Canaris. Fue el primero en fugarse. Para la Navidad de 1915 ya estaba en Buenos Aires y se embarcó a Holanda ocupando un pasaporte chileno.
Durante la Segunda Guerra Mundial sería parte del contraespionaje alemán, en resistencia a Hitler, y fue ejecutado en 1945”. Enrique Brahm afirma que la Gran Guerra trajo consigo una escalada de violencia y muerte que marcaría con su impronta “al siglo que recién se iniciaba y terminó con la autodestrucción de Europa”. ANEVARAROTCÉH El historiador señala que la Primera Guerra Mundial y los tratados de paz que siguieron con el Presidente estadounidense Woodrow Wilson despertaron tremendas ilusiones democráticas que llegaron a todo el mundo y a Chile. “De esta manera, no se explica la intervención militar del ruido de sables de septiembre de 1924 y el fin del régimen parlamentario chileno, si no es por la Gran Guerra. Tampoco se entiende que los gobiernos, a partir de la intervención militar de Carlos Ibáñez del Campo, impulsaran políticas intervencionistas y de control, con un fuerte papel del Estado.
La Gran Guerra como fue de desgaste, significó un problema económico gigante que llevó a que los estados tomaran fuertemente el control de la economía”. Brahm sentencia que “no se puede entender la historia de Chile sin la Gran Guerra”. ¿Por qué se habla de una perenne actualidad? “Esa fue una de las motivaciones del libro. A la Primera Guerra se la ve un poco en menos, pero hoy no entenderíamos nada sin ella. Ahora estamos viviendo dos conflictos importantes en Ucrania y en Gaza que se relacionan con este enfrentamiento. Ucrania fue independiente en la fase final, después del Tratado de Brest-Litovsk, en 1918. En el caso del mundo árabe, la situación es más compleja, porque el pueblo era parte del Imperio Turco Otomano y buscando un apoyo de Inglaterra, realizaron una rebelión contra los turcos. La esperanza que tenían los árabes era que, después de la batalla, iban a alcanzar la independencia y eso no ocurrió. Inglaterra y Francia se pusieron de acuerdo para repartirse los territorios árabes, y eso despertó un nacionalismo fuerte que se ve hasta el día de hoy. Si no hubiera habido una Primera Guerra Mundial, Lenin no habría llegado al poder.
El imperio del Zar cayó, Lenin se tomó el poder y el comunismo dejó de ser una entelequia y se convirtió en un actor real”.. Especialista en conflictos clave del siglo XX, el historiador acaba de publicar “La Gran Guerra. La perenne actualidad de la Primera Guerra Mundial”.