Matinales
Matinales "Es curiosa la relación entre la realidad y los matinales, mijito", espeta tía Waverly una de estas tardes de fines de abril. Y prosigue: "¿ Te acuerdas? Hasta antes del `estallido social' todo era pura alegría, consejos varios, cocina, chacota, etc. Entretención total. Después vino el horror apocalíptico que nadie entendía muy bien... Tras ello la pandemia, muy pronto, y todo fue eso, pandemia: hospitales saturados, últimas camas, vacunas, muertos, etc. Hoy, y desde hace ya mucho tiempo, son programas acerca de portonazos, asaltos, comercio ilegal, comida callejera, búsqueda de delincuentes, controles, autos con patentes alteradas, personas con todo vencido y otro largo etcétera. En resumen: todo malo y negativo. Te lo digo desde el fondo de mi alma, mijito: no es justo para una dueña de casa, de Arica a Punta Arenas, partir el día de manera tan negativa y enfermiza. Y no todos tienen TV cable. Habría que parar esto, o al menos equilibrarlo, por favor... por amor. Equilibrar las cosas.
El país no la está pasando bien, sí, pero no todo es un infierno". Me quedo muy pensativo con sus reflexiones y me asalta de inmediato la tragedia de estos días, los carabineros asesinados y calcinados de manera tan brutal en el sur. De seguro que el tema también está en los matinales, pero como yo no los veo, no lo puedo ponderar.
Y no me da el alma ni el ánimo para preguntarle a la pobre tía, que se ha puesto a llorar desconsoladamente en el living, con el perrito Braulio a sus pies... D Í A A D Í A Matinales B. B. COOPER.