"Kaiser tiene un estilo disruptivo vulgar"
Por Daniel Rozas n una columna publicada recien temente en «Ciper», titulada “Historia de la extrema derecha francesa: el espectro del populismo”, Gonzalo Bustamante, profesor de Filosofía Política en la Universidad Adolfo Ibáñez, ofrece un análisis esclarecedor sobre las particularidades de la extrema derecha en Francia, centrándose en el movimiento encabezado por Marine Le Pen. Conversamos con Bustamante después de las últimas elecciones en ese paí El investigador explica que los intelectuales de la extrema derecha francesa se dividen en dos corrientes: los teóricos y los partidistas pragmáticos. Los teóricos, representados por figuras como Alain de Benoist, son los arquitectos ideológicos que construyen las bases filosóficas del movimiento. En contraste, los pragmáticos, como Bruno Mégret, mentor de Le Pen, se dedican a profesionalizar y moderar la imagen del partido, haciéndolo más aceptable para el electorado.
Licenciado en Filosofía en la UC y doctor en Economía Cultural de la sidad Erasmo de Rotterdam, especializado en Maquiavelo entre otras áreas, afirma El profesor de Filosofía Política de la UAI dice que “hay que ver cuál va a ser el grado de daño que vaa producir, al Partido Republicano, la emergencia del grupo de Johannes Kaiser”. Que el avance de la extrema derecha en Europa es innegable, atribuyendo parte del éxito de Marine Le Pen a su estrategia de “desdemonizar” la imagen de su partido. “Tienes el resultado de las elecciones en Holanda, los resultados en Italia y ahora la elección en Francia.
Lo que frenó a Le Pen es la estrategia que empleó el grupo de Macron y el frente de izquierda, aprovechando el sistema electoral, pero el grupo más votado fue el de Marine Le Pen”. —¿ Qué significa ser de ultraderecha?—Diría que todo movimiento que está a la derecha de lo que se entiende como la derecha mainstream es un movimiento de extrema derecha. Ahora, cuando uno habla de ultraderecha, haría una segunda distinción; hay movimientos que son representantes de un extremismo de derecha, que no es lo mismo que la extrema derecha. Grupos que tienden ser pequeños y que se oponen al sistema democrático de forma sistemática.
Entonces tienes el extremismo de derecha y la derecha radical, que es aquel grupo que no necesariamente se opone a la democracia, pero sí tiene un carácter fuertemente iliberal. —¿ Y quiénes serían los representantes de esas facciones? —Yo diría que, de la derecha radical, el grupo más relevante es el de Marine Le Pen, el de Éric Zemmour también y el Partido Republicano de Éric Ciotti, que se terminó aliando con Marine Le Pen, que ha ido radicalizando sus posiciones y hoy podría calificarse de derecha radical.
Y tienes a los movimientos identitarios en Francia, una serie de grupúsculos, que son grupos abiertamente extremistas, que inclusive Le Pen ha hecho un esfuerzo por irlos expulsando del partido, que agrupan a unos pocos individuos violentos, que pueden estar vinculados a una subcultura neonazi, carecen de estructura y representación política electoral.
“Le Pen ha ido subiendo de forma sistemática” —¿ Existe un avance de la ultraderecha en Europa hoy? —Desde el punto de vista electoral es irrefutable, Tienes el resultado de las elecciones en Holanda, los resultados en Italia y ahora la elección en Francia. El grupo de Le Pen obtuvo el 37% de los votos en la segunda vuelta. Ahora, si analizas la elección en Gran Bretaña, constatas que, en cantidad de votos, no en porcentaje, el Partido Laborista obtuvo menos votos ahora que en la elección pasada.
Lo que explica el éxito de los laboristas es la emergencia del Partido de la Reforma, esa derecha radical que se abstuvo de presentarse la vez pasada, y en esta ocasión obtuvo el 14,3 % de los votos. Como el sistema electoral británico es uninominal, el Partido Conservador perdió votación hacia el Partido de la Reforma, lo que le permitió a los laboristas barrer en los distritos.
Indicar que lo de Gran Bretaña es un freno ala extrema derecha es no mirar los números. —¿ Qué rol jugó el miedo y el cordón sanitario en la derrota de Le Pen? —No fue el miedo, Fue el cordón sanitario el que hizo que, aprovechando el sistema electoral francés, el grupo de Macron, la izquierda, y a veces el grupo de republicanos que no había pactado con Le Pen, se fuesen retirando, permitiendo que se concentrase el voto anti Le Pen en un solo candidato. La izquierda obtuvo en la primera vuelta un poco más de 9 millones de votos, y en segunda vuelta un poquito más de 7; bajó mucho. Y el grupo de Macron también bajó: obtuvo 6,8 millones aproximadamente en primera y 6,6 en segunda. El grupo de Le Pen también bajó numéricamente, aunque porcentualmente subió.
Y en dos años, subieron en más de 50 parlamentarios, pero apareció como una derrota porque (Le Pen) había generado demasiada expectativa. —Faltan tres años para la elección presidencial francesa y es posible que Le Pen obtenga un buen resultado. Ella se mostró satisfecha tras las elecciones. Dijo: “La victoria solo se ha aplazado”. ¿Le Pen ha perdido, o volverá a surgir con más fuerza? —El grupo de Le Pen ha ido subiendo de forma sistemática, elección tras elección. Entonces, pensar que, porque no obtuvieron la mayoría para tener un primer ministro, han sido derrotados, sería un error. Ha quedado un parlamento dividido y es difícil que se logre generar un gobierno de mayoría. La única posibilidad sería que pactasen desde republicanos hasta el Partido Socialista, incluyendo al grupo de Macron.
Como es probable que eso no ocurra, el gobierno va a tener un alto grado de inestabilidad y es de suponer que, en una situación así, el grupo de Le Pen suba en la próxima elección. —Uno entiende que la apuesta de Le Pen es esperar que la izquierda se vaya desgastando con la gestión cotidiana del poder. —Es una posibilidad. Y pueden ocurrir dos cosas.
Que el primer ministro termine siendo de centroizquierda, alguien como Boris Vallaud, o que sea alguien de republicanos, apoyado por el grupo de Macron como gobierno de minoría, y que los socialistas estén dispuestos a no derribar el gobierno, para no tener que generar una nueva elección.
Entonces, en ambos casos, ya sea por desgaste de la centroizquierda o por desgaste de republicanos, puedes tener un escenario que le permita a Marine Le Pen volver a crecer para la elección presidencial y alcanzar alguna vez el 50 más 1. —Se ha dicho que el líder del partido de ultraizquierda, Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, es un político antisemita que tiene un discurso populista de izquierda que se parece al de la ultraderecha. ¿ Coincides? —Se parece en eso que uno podría designar como populismo: un discurso en el cual se separa el pueblo versus la elite. Pero yo diría que hay diferencias evidentes entre ambos grupos. “Kaiser se asemeja más a un Milei, a un Bolsonaro” —¿ Crees que la cultura woke podría beneficiar a una extrema derecha que apela al sentido común? —No es fácil determinarlo.
Esta idea de que la cultura woke, que no es más que una expresión de la izquierda posmoderna, progresista y postmarxista, habría potenciado la emergencia de otras culturas identitarias... no me atrevería ni a afirmarlo ni a negarlo. Es debatible. Porque podrían haber muchos factores por los cuales estamos viviendo una cultura identitaria.
Y dentro de las cuales, una manifestación es la cultura woke y otra es la cultura identitaria vinculada a una derecha radical. —El CEP publicó un estudio sobrela política de la identidad en el Partido Republicano.
Si José Antonio Kast llegara a ganar la próxima elección presidencial, ¿crees que le pasaría lo mismo que a Gabriel Boric: dificultades para ejecutar su programa de gobierno? —Tiendo a pensar que ahíla clave estaría en la economía. Creo que si la economía lo acompaña, no necesariamente se va a encontrar en un escenario como el de Boric. Kast es una expresión de derecha radical que tiene su fortaleza en dos cosas de la coyuntura. Una, la inseguridad vinculada a la criminalidad y a los inmigrantes. Y, en segundo lugar, el tema de la debilidad de la economía. Lo de él, electoralmente, no está asentado en una fuerte movilización de grupos evangélicos y católicos que estén políticamente invisibilizados. Por lo tanto, en el manejo de esos tres elementos, inmigración, seguridad y economía; se jugará su fracaso o éxito. Partido Republicano adolece de ideas políticas propias? —El Partido Republicano tiene una base ideológica fuerte en Jaime Guzmán. Que es de donde proviene Kast y no pocos militantes del partido, como el mismo Gonzalo Rojas y otros. Ellos creen que la UDI se alejó del tronco originario de Guzmán. O sea, que son una suerte de traidores. Ellos tratan de mantener una suerte de purismo guzmaniano y, en ese sentido, yo le veo poca novedad al grupo de Kast. Tratan de mantener en el ámbito político y social las ideas de Guzmán y, en el ámbito económico, de volver a la forma más pura posible de los Chicago Boys.
Es gente que consideró que a partir de la emergencia de Lavín la UDI se fue desguzmanizando. —¿ Crees que Kast decepcionó a su base electoral al apoyar la segunda proCon la emergencia de Kaiser, ocurre algo: Kast es Una persona que verbalmente se cuida (... ) cosa que no siempre pasa con los políticos que se enmarcan dentro del populismo de derecha”. No están dadas las condiciones en Chile para que el extremismo de derecha pueda llegar a tener una representación electoral relevante”. Puesta constitucional y hacer campaña por ella, después de haber liderado el Rechazo? —Fue un fracaso de republicanos.
O sea, republicanos quedó en una posición inmejorable para haberse consolidado a través de la segunda propuesta, pero en el fondo les pasó un poco lo mismo que a ciertos grupos de izquierda en la primera. Pensaron que contaban con una base cultural para poder llevar a cabo susideas yla votación demostró que no. Entonces, yo diría que salieron dañados. Ahora, eso no significa que las opciones de republicanos electoralmente se encuentren sepultadas. Seguirán siendo una fuerza política relevante. Hay que ver cuál va a ser el grado de daño que va a producir la emergencia del grupo de Kaiser, que efectivamente les puede significar pérdida hacia la derecha. Es tu mirada sobre Johannes Kaiser? —Con la emergencia de Kaiser, ocurre algo. Kast es una persona que verbalmente se cuida.
Mantiene ciertas formas y eso fue claro el día de su derrota contra Boric, que cumplió con el ritual de saludarlo; cosa que no siempre pasa con los políticos que se enmarcan dentro de lo que uno entendería como un populismo de derecha. En cambio, yo diría quelo de Kaiser se asemeja más a un Milei, a un Bolsonaro.
Tiene un estilo disruptivo vulgar. —Hace poco Pancho Malo, líder del Team Patriota y candidato a alcalde de Providencia, : “Soy el único candidato que representa al elector de derecha y al patriotismo”. ¿Qué opinas? —Tiendo a pensar que, más allá del ruido mediático, no están dadas las condiciones en Chile para que el extremismo de derecha pueda llegar a tener una representación electoral relevante.
Ni s quiera focalizado en algunas comunas. —¿ Y qué lecciones podemos aprender en Chile de la experiencia electoral francesa? —Francia tuvo, y de forma ejemplar en la posguerra, una derecha fuertemente anclada en los principios democráticos y en un desarrollo con sentido social. Entonces, lo primero es tener cierto sentido dela precariedad política. O sea, que fuerzas políticas democráticas estables, como lo ha sido la derecha francesa, pueden terminar, por distintas circunstancias, en el suelo, arruinadas. Y el desequilibrio político que está ocurriendo es que la extrema derecha y sus aliados radicales están siendo la única expresión de la derecha. La derecha histórica francesa hoy ha quedado pulverizada. Entonces, yo diría que lo primero que uno debe aprender es que los sistemas democráticos necesitan de fuerzas políticas, fuertemente ancladas en el sistema, pero que esas fuerzas políticas se pueden deteriorar. Y uno de los errores que se pueden cometer es no establecer límites con aliados. Es importante que se mantenga siempre una derecha que no esté dispuesta a pactar con formas más radicales de ella, ni siquiera por circunstancias electorales.