COLUMNAS DE OPINIÓN: Cuatro grandes errores en la formación y crianza de los hijos
COLUMNAS DE OPINIÓN: Cuatro grandes errores en la formación y crianza de los hijos Dr.
Franco Lotito Catino Conferencista, escritor e investigador (PUC) "El mejor regalo que pueden hacer los padres a sus hijos, es entregarles un poco de su tiempo personal cada día" (León Battista Alberti, arquitecto, humanista y poeta italiano). Tres especialistas en el tema de la crianza infantil: la Dra. Sally Beisser, profesora de Educación de la Universidad de Drake, el Dr.
Gary Hill, director del Instituto de Familia de la Universidad de Chicago y el doctor en Psicología Infantil, Daniel Hoover de la Clínica Menninger, en Houston, entregan una serie de sugerencias y recomendaciones que ayudan a superar las dificultades y problemáticas que genera la crianza de los niños. El primer paso a dar, es tener la capacidad para reconocer los errores cometidos y, a continuación, hacer los esfuerzos por repararlos. Revisemos estos errores: 1.
Descalificar o burlarse de los hijos: un error muy común, es cuando los padres dicen cosas a sus hijos que parecen ser insignificantes, pero que para los niños se convierten en una afrenta o en una gran herida emocional difícil de sanar, tal como, por ejemplo, cuando se critica o se califica de "tonto" o de "inútil" al hijo, porque no logró hacer algo que los padres esperaban del niño. O bien, cuando se ríen del hijo(a) por haber hecho algo que para los adultos se torna objeto de burla, pero que para el niño resulta ser doloroso.
En estos casos, lo mejor es enmendar esta conducta, con la promesa de nunca más volver a repetir la acción, de otra forma se corre el riesgo de que el hijo(a) jamás le perdone al padre o la madre la conducta tan poco considerada que tuvieron hacia su propio hijo(a). 2.
Perder la paciencia con mucha rapidez: hay hijos que descubren la forma en cómo descontrolar a los padres y la convierten en una "herramienta estratégica" para sus juegos de manipulación, ya que no tardan en darse cuenta cuál es el punto débil del papá o la mamá, al mismo tiempo que saben a quién recurrir para hacer sus exigencias.
Sólo existe una manera de evitar esta situación, a saber, aprender a no actuar de manera impulsiva y descontrolada, de otra forma, los niños aprenderán a resolver los conflictos de una manera equivocada, a gritos o de manera violenta, copiando lo que hacen los padres. 3.
Inconsistencia a la hora de poner límites: si los padres no se ponen de acuerdo en cómo actuar con sus hijos y no respetan los límites o reglas que ellos mismos han fijado y establecido, los niños, de manera rápida, se dan cuenta de cuál es el padre que cede con más facilidad a sus demandas, con la finalidad de acudir a ese papá o esa mamá que se deja convencer con tanta se deja convencer con tanta rapidez, para efectos de obtener lo que el hijo o la hija quieren. 4.
Pensar en los gustos personales y no en los gustos de los hijos: a menudo sucede que ciertas cosas que a los padres les agradan, a los hijos les resultan desagradables, sea que se trate de escoger prendas y ropas de vestir, el tipo de música, el lugar donde quieren pasar las vacaciones, las amistades que el hijo(a) pueda traer a casa, etc.
Es preciso que los padres evalúen tomar en consideración los gustos del niño(a), y no los de ellos como adultos, ya que en la medida que los hijos crecen, la posibilidad de que comiencen a alejarse de los padres puede generar altos niveles de tensión, por cuanto, lo que quieren los padres para sus hijos, no necesariamente coincide con lo que estos realmente desean.. -