Autor: POR ANGELA PARRA
Reflexiones en torno al apostolado universitario
Reflexiones en torno al apostolado universitario Los Evangelios narran que los Doce siempre estaban con Jesús y aprendían de sus enseñanzas. "Para los primeros cristianos, la fe en Dios era objeto de experiencia, y no solo de adhesión intelectual: Dios era Alguien realmente presente en su corazón" *. A primera vista, podríamos aventurarnos a pensar que los Doce tuvieron mas facilidades para ser apóstoles, dado que vivieron con Jesús. "Quizá nos parece que entre nosotros y aquellos primeros cristianos hay un abismo, que ellos poseían un grado de santidad que jamás podremos alcanzar" *. Sin embargo, san Pablo es un ejemplo de que el hecho de creer en la resurrección del Señor y dar testimonio de ello corresponde a una real pertenencia en Cristo.
La epistola a los Romanos comienza con: "Pablo, siervo de Cristo Jesus y apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios", haciendo alusión a que "su conversión no fue resultado de pensamientos o reflexiones, sino fruto de una intervención divina" *. Es Cristo mismo quien se le presenta, y la luz de su resurrección lo deja ciego. Este acontecimiento convierte a Saulo en apostol y, por ende, en un transformador del mundo; es decir, un constructor del Reino.
Para san Pablo estar con Cristo implica una transformación radical en la identidad personal, expresada en la afirmación: "ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mi" (Gal 2,19-20). Este planteamiento tiene repercusiones significativas respecto a la concepción del ser humano en la sociedad actual, caracterizada por una exaltación del yo y la búsqueda de la soberanía personal, donde "el (auto emprendedor) solo, gracias a su audacia y tenacidad y contra todas las circunstancias, puede conducir su propio destino" *. Guardini, al analizar la experiencia de san Pablo, evidencia un contraste profundo entre la lógica de autorrealización y la vida del apóstol: San Pablo experimentó en carne propia la grandeza y la miseria de la vida del apóstol en la primera carta a los Corintios "Porque pienso que, a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar (. .. ) Nosotros pasamos por locos a causa de Cristo; vosotros, por sabios en Cristo. Nosotros somos débiles; vosotros fuertes.
Vosotros, estimados; nosotros, despreciados (. .. ) Hasta ahora venimos siendo la basura del mundo y el desecho de todos". " La expresión "basura del mundo y desecho de todos" subraya la paradoja de la misión apostólica: en su debilidad se manifiesta el poder de quien lo envia. El apostol si no tiene a Cristo no es nada; solo en El se encuentra la fortaleza que permite aventurarse en la misión. Por su parte, el mandato de "enviarlos a predicar" implica transformar la comunión con Cristo en una actitud en salida para ir al encuentro de un otro. Esto es de suma relevancia frente a interpretaciones que tienden a reducir la fe a una experiencia meramente intimista. La relación con Cristo no puede entenderse de manera aislada del envio misionero, ya que estar con Él y ser enviado, son dimensiones inseparables.
En este sentido, el Papa Francisco señala, "sin anuncio, sin servicio, sin misión, la relación con Jesús no crece"", mostrando una dinamica El apostolado es parte de la actividad de cualquier institución de Iglesia que, en pos de la misión y la preferencia por los más desfavorecidos, invita a las comunidades a involucrarse con un otro, saliendo al encuentro del prójimo y fomentando asi el espíritu de servicio que está dentro de cada persona. Estamos llamados a ser "luz del mundo" y "sal de la tierra" (Mt 5,13-15) alli donde estemos, vocación que exige perseverancia y valentia para mantener viva la esperanza cristiana.
Aun cuando gran parte del apostolado está fielmente representado por la imagen del apóstol y su actividad, la sociedad actual, con todas sus complejidades, hace necesario realizar un análisis más profundo sobre el sentido de esta actividad. En palabras del filosofo Byung-Chul Han: "en una sociedad del cansancio, con sujetos del rendimiento aislados en sí mismos, también se atrofia por completo la valentia.
Se hace imposible una acción común, un nosotros" *. La realidad contemporánea estaria caracterizada por el individualismo exacerbado y la pérdida de vínculos comunitarios, donde la autorrealización personal parece prevalecer sobre la búsqueda del bien común. En este contexto, quienes optan por hacer comunidad, por el encuentro y la entrega, como principios rectores de su vida, se encuentran aparentemente en una posición contracultural.
San Agustín, no obstante, nos exhorta, "dicen ustedes que los tiempos son malos, sed ustedes mejores y los tiempos serán mejores: ustedes sois el tiempo". Esta invitación resuena con las palabras de san Alberto Hurtado: "Nosotros somos el tiempo.
Lo que seamos nosotros, eso será la cristiandad de nuestra época"*, Ser Apóstol: la institución de los Doce (Mc 3,14-15) El Evangelio de Marcos relata que Jesús "creó [un grupo de] Doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar" (Mc 3,14-15), entregando asi el resumen de todo lo que es un apóstol: una persona que, en primer lugar, está con Cristo y luego sale a anunciarlo. * Estar e ir, y no estar o ir; es decir, no se trata de una disyuntiva, sino de buscar la plena y profunda union con Jesus para luego predicarlo. HUMANITAS.
En el contexto de Jubileo de los Jóvenes, que se celebra esta semana en Roma, y de este mes de vacaciones universitarias donde proliferan iniciativas solidarias y misioneras, compartimos este artículo escrito por la directora de Pastoral UC, Ángela Parra, publicado en Humanitas nº109. El texto completo y las referencias están disponibles en www.humanitas.cl.
Reflexiones en torno al apostolado universitario TILINA PROYECTO COROS Belén UC ARCA X Pastoral ! PASTORAL DE INGENIERIA PASTORAL EDUCACIÓN ENTOS UC PASO constituyen el núcleo que permite al creyente amar como El nos ha amado, y dejarse henchir por el amor de Dios.
Como señala el Papa, solo cuando la persona toca fondo en su experiencia de fracaso y de incapacidad, cuando se despoja de la ilusión de ser el mejor, de ser autosuficiente, de ser el centro del mundo, Dios le tiende la mano para transformar su noche en amanecer, su aflicción en alegria, su muerte en resurrección, su camino de regreso en retorno a Jerusalén, es decir, en retorno a la vida y a la victoria de la Cruz (Hb 11,34 ). * Un ejemplo paradigmático de esta transformación se encuentra en el relato de Bartimeo (Mc 10,46 -52) donde, ciego y marginado, reconoce su necesidad de salvación y clama por la ayuda de Jesús. Tras ser sanado, se pone de pie y lo sigue, convirtiéndose así en apóstol. Para alcanzar la plenitud del discipulado, es necesario superar la ceguera espiritual, cargar la propia cruz y seguirlo.
Asi se ha transitado de las tinieblas a Cristo, "ahora él puede ver al Señor, puede reconocer la obra de Dios en su propia vida y, finalmente, puede seguirlo"*, La misión apostólica no consiste simplemente en realizar acciones de apostolado, sino en adoptar una visión renovada del mundo, permitiendo que otros ajusten también su mirada conforme al amor y a la caridad de Cristo. Esta perspectiva implica un compromiso activo con la transformación de la realidad y el alivio del sufrimiento ajeno, reconociendo que todo logro y virtud provienen de Cristo. El relato de Bartimeo (Mc 10,46 -52) ofrece una poderosa metáfora para comprender la ceguera de nuestro tiempo. No se trata de una limitación física, sino de una ceguera del corazón que impide al individuo levantarse, seguir a Cristo en su misión apostólica, y abandonar la comodidad para servir al prójimo. Este servicio, como subraya el Evangelio de Mateo (Mt 25), es inseparable del servicio a Cristo mismo.
La superación de esta ceguera requiere un acto de fe, un reconocimiento de la propia necesidad de Cristo y una disposición a responder al llamado con entrega y valentia. (. .. )* XX PHXXX XXXXE AXXX XXX XXXEM Latinoamericano y del Caribe, celebrada en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, Brasil, en 2007, tuvo por lema "Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan vida 'Yo soy el camino, la verdad y la vida' (Jn 16,4 )" *. Este lema ha inspirado al pueblo latinoamericano y del Caribe a tomar un rol protagonista en ser apóstoles permanentes en los distintos espacios que frecuentan. ¿ Por qué ser apóstol? El Documento Final de dicha Conferencia responde afirmando: "porque esperamos encontrar en la comunión con El la vida, la verdadera vida digna de este nombre, y por esto queremos darlo a conocer a los demás, comunicarles el don que hemos hallado en Él" *. La metáfora del gran tesoro escondido (Mt 13,44 ) adquiere particular vigencia. La experiencia del encuentro con Cristo, entendido como un bien inagotable, universal y eterno, constituye un llamado a compartir con los demás lo que se ha recibido. Este acto de compartir no solo emerge como una responsabilidad, sino como una expresión natural de la identidad cristiana. Ser apóstol, entonces, no es solo una tarea, sino una dimensión intrinseca del ser hijo de Dios, que responde a la misión encomendada por El.
Este amor a Cristo resucitado encuentra su plenitud en la experiencia de la cruz, "quien no pasa a través de la experiencia de la cruz, hasta llegar a la Verdad de la resurrección, se condena a sí mismo a la desesperación" **. Porque solo en el amor extremo de Dios que le dio al mundo a su hijo para que en El tuvieran vida eterna (Jn 3,16), se halla el sentido más profundo de la existencia humana y el llamado a la misión apostólica. La pasión, muerte y resurrección de Cristo * Texto completo y referencias disponibles en www.humanitas.cl.
HUMANITAS de retroalimentación positiva: cuanto más se anuncia el Evangelio, mas se profundiza en la relación con Cristo, y cuando más cercana es la relación con Cristo, mayor es el deseo de comunicar la buena nueva.
La concepción paulina del apostolado se construye sobre tres pilares fundamentales: "haber visto al Señor" (cf. 1 Co 9,1), "haber sido enviado" (1 Co 1,1; 2 Co 1,1), y "anunciar el Evangelio" (1 Co 9,1). En este marco, todo apóstol en primer lugar se encuentra con el Señor, para luego ser enviado a anunciar la buena nueva. Esto refleja que el apostolado no es una elección personal o una actividad voluntaria, sino un llamado de Dios mismo que sale al encuentro y envia.
Asi, la misión apostólica, que "llena la vida entera", "no es un encargo que alguien nos impone, ni una carga que hay que sumar a nuestras obligaciones cotidianas; es la expresión más exacta de nuestra propia identidad, que la llamada nos descubrió: 'no hacemos apostolado, ¡somos apóstoles! "" **. El cumplimiento de esta misión implica anunciar el Evangelio con valentia y determinación, tanto a creyentes como a no creyentes.
En el mandato de Jesus, se evidencia el caracter universal del llamado: "Id y haced que todos los pueblos sean mis discipulos" (Mt 28,19 )" *. Este enfoque destaca la singularidad del apostolado cristiano como un movimiento abierto a toda la humanidad.
En esta perspectiva, el apostol se define por su "disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesus" *. Por qué ser Apóstol: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6 ) Veintiséis años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura www.humanitas.cl La V Conferencia General del Episcopado "El discernimiento que deben hacer las universidades y sus pastorales en su misión apostólica debe centrarse en dos objetivos fundamentales.
En primer lugar, deben crear experiencias transformadoras, [.. ]. En segundo lugar, deben generar un servicio a la sociedad que fomente el encuentro y la creación de comunidad como antidoto frente a la soledad y el individualismo.
En la imagen, misa de cambio de mando de jefes de proyectos de la Pastoral UC en la catedral Metropolitana de Santiago. @Archivo Pastoral UC "La misión apostólica no consiste simplemente en realizar acciones de apostolado, sino en adoptar una visión renovada del mundo, permitiendo que otros ajusten también su mirada conforme al amor y a la caridad de Cristo. (. .. ) implica un compromiso activo con la transformación de la realidad y el alivio del sufrimiento ajeno".. "La misión apostólica no consiste simplemente en realizar acciones de apostolado, sino en adoptar una visión renovada del mundo, permitiendo que otros ajusten también su mirada conforme al amor y a la caridad de Cristo. (. .. ) implica un compromiso activo con la transformación de la realidad y el alivio del sufrimiento ajeno".