CARTAS: ¿De qué se extrañan?
¿ De qué se extrañan? 6 Los recientes hechos de profanación en el Cementerio General —-donde sujetos que incluso asistieron a una misa y un velorio destruyeron tumbas y manipularon restos humanos— han generado escándalo. Pero lo cierto es que no deberíamos sorprendernos. En este mismo país, el Monumento al General Baquedano y la tumba del Soldado Desconocido fueron vandalizados impunemente y luego retirados y escondidos por decisión política, no por orden de ninguna institución castrense. Niel Ejército de Chile era el responsable de su custodia, ni ese monumento le pertenecía. Era —y sigue siendo— un símbolo de la Nación, cuya protección recaía en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Curiosamente, el mismo ministerio que hoy permite en museos estatales la exhibición de banderas chilenas pintadas de rojo y con la estrella borrada, como si la identidad nacional fuera una provocación. Y si hoy ese monumento no está reducido a cenizas, es precisamente gracias a que el propio Ejército lo rescató para preservarlo. Pero ya es hora de que regrese a su lugar. Lo que fue retirado con cobardía, debe ser reinstalado con coraje. Porque cuando los símbolos se esconden y los valores se relativizan, no puede sorprendernos que las tumbas se profanen y la historia se pisotee. Estos actos no son una anomalía: son el reflejo de un país que ha olvidado el respeto, ha abandonado su memoria y ha confundido tolerancia Christian Slater Escanilla, coronel(R)