Editorial: Una ciudad oscura y apagada
Editorial: Una ciudad oscura y apagada D urante este fin de semana se dio a conocer que la Población Juan Pablo II de Copiapó cuenta con 26 luminarias lo que permitirá dar otra cara al sector y combatir de mejor forma la delincuencia. Se trata de un gran logro para un sector que necesita estas y otras intervenciones. Las acciones municipales y gubernamentales deben apuntar a estos sectores que deben ser priorizados en los planes ante la constante amenaza e intranquilidad que conlleva estar rodeado de personas que delinquen. Pero eso no significa que se debe dejar de mirar el resto de la ciudad y en cuanto a iluminación hay muchos sectores que dejan que desear.
Avenida Copayapu, los callejones, parte de la Alameda y del centro, son algunos de los ejemplos que muestran que la comuna podría ser calificada como "oscura", lo que no solamente implica atraer la delincuencia, sino que un peligro al transitar.
La capital regional necesita que avancen proyectos que iluminen el entorno y cambiar aquellos elementos antiguos, aunque todo siempre va a depender de evitar la contaminación lumínica que no ha sido gran tema en Copiapó, pero sí en otras comunas del norte. Una ciudad apagada es una ciudad que pierde gran parte del día y eso también conspira con un desarrollo en general, incluso en lo económico dado que la luz puede promover las actividades nocturnas. Es de esperar que esta realidad cambie porque cuando hablamos de una ciudad que progresa, también tiene que ver con la importancia de rescatar sus virtudes de noche. Quedarse como una ciudad apagada, simplemente es entregarla a la delincuencia y que se extienda el concepto que Copiapó es una comuna poco amigable para quienes residen como también para los visitantes.
Copayapu, los callejones, parte de la Alameda y otros sectores están en penumbras lo que conlleva una serie de riesgos e impiden tener una ciudad con vida y desarrollo.. Está muy bien que sectores como la población Juan Pablo II tenga luminarias y los esfuerzos deben ir hacia allá. Pero no se debe despreocupar el resto. E Editorial Copayapu, los callejones, parte de la Alameda y otros sectores están en penumbras lo que conlleva una serie de riesgos e impiden tener una ciudad con vida y desarrollo.