Autor: POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXEMBAJADOR
Carlos Condell, el héroe silencioso
EL CAPITÁN DE CORBETA, CARLOS CONDELL / GARREAUD Y LEBLANC, CA. 1880.
A LA DERECHA, UN DETALLE DEL HEROICO COMBATE NAVAL DE PUNTA GRUESA ENTRE LA “COVADONGA” -CAPITANEADA POR CONDELLY LA “INDEPENDENCIA”. Agran mayoría delos hisL toriadores peruanos proporciona una visión sesgada e interesada de lo que fue la Guerra del Pacífico. Hay excepciones claras, como las del profesor Basadre (es en el Perú lo que para los chilenos es don Pancho Encina) o Félix Denegri. Esa visión histórica interesada tiene hasta cierto punto una explicación lógica.
No es fácil escribir la historia patria cuando se perdió una guerra con un vecino y en la cual la mayoría de las familias limeñas perdieron algún miembro, y cuando después hubo que soportar una ocupación del territorio de parte del adversario que duró más de tres años. Mantener la objetividad, aunquesesea historiador, no debe ser fácil.
Pese a lo anterior, en los últimosaños han aparecido algunos estudiosos limeños del tema que han investigado con objetividad a fin de poner las culpas donde realmente corresponde y para derribar ciertos mitos que con el tiempo han pasado a ser parte de la cultura popular.
Entre estos está Bruno Pólak Cavassa, quien acaba de publicar un libro relativamente breve titulado La ciudad que no existe, el que contiene 47 anécdotas o hechos muy particulares sobre el conflicto de marras, especialmente relacionados con la ocupación chilena y las batallas de Chorrillos y Miraflores. Hay algunos referidos a Carlos Condell, el comandante dela “Covadonga”, que gracias asuastucia, inteligencia y pericia marinera privó al Perú de un buque que era fundamental para su poder naval.
Si se estudia lo que era esa nave, su capacidad de fuego y su andar, se puede decir con propiedad que en Punta Gruesa el Presidente Prado perdió al menos el 40% de su poderío en el mar. Ello conseguido sin que hubiera una sola baja chilena y sin que el buque tuviera siquiera un rasguño.
Es cierto que existen en todo Chile calles con el nombre de Condell y que también hay ciertas estatuas, pero sucede que su acción en cierta forma quedó un tanto opacada por lo que significó el monumental y casi increíble sacrificio de Prat y sus hombres en la rada de Iquique.
Pólak nos da ciertas luces novedosas sobre la vida del comandante de la “Covadonga”. Don Carlos fue hijo de Frederick Condell, un escocés que emigró muy joven a América en busca de un mejor futuro. se instaló en 1830 en el puerto peruano de Paita.
Esa ciudad le cayó bien al europeo y allí conoció a la peruana doña Manuela de la Haza, hija de un marinero andaluz y de una “paitana”. Luego de varios años de residencia en dicho puerto y ya con hijos, Frederick y sugrupo familiar deciden trasladarse a Valparaíso en busca de nuevos horizontes. Las cosas no salen muy bien en el puerto chileno, pero así y todo la familia se incrementa y nacen cinco hijos, entre ellos Carlos. Buscando nuevos derroteros, los Condell se trasladan a El Salvador, donde fallece el progenitor en 1853. La viuda y sus siete hijos no ven otra alternativa que regresar al Perú, dondeson cobijados con afecto y dedicación por toda la familia de la Haza. Poco después fallece doña Manuela y la familia permanece protegida por los parientes limeños.
Posteriormente, a Federico, el hermano mayor, se le ofrece un cargo en el consulado peruano en Valparaíso, quien se traslada al puerto chileno con todos sus hermanos hombres, entre ellos, Carlos, dejando en Lima al cuidado de los suyos a sus hermanas mujeres. Carlos, siguiendo una tradición familiar, se hace marino e ingresa a la armada de Chile, manteniendo vivos los recuerdos de suinfancia limeña y las relaciones con sus parientes peruanos. Viaja varias veces a visitarlos. Oficial y como teniente segundo de la corbeta “Esmeralda”, en 1869 forma parte de la delegación chilena que va a Perú a buscar los restos del Libertador Bernardo O'Higgins.
Allí, sus tíos le ofrecen un gran banquete y sus primos le comentan que el comandante Grau se había expresado muy bien de él, pues se conocieron en Chiloé cuando las escuadras chilena y peruana se enfrentaron a la flota española que pretendió reconquistar parte del antiguo Virreinato de Lima. Aprovecha la oportunidad parajunto asus hermanas concurrir al cementerio de Lima a honrar la memoria de su madre, doña Manuela de la Haza de Condell, y dejar flores sobre su tumba. En 1879 se produce la guerra entre ambos países. Condell cumple abnegadamente con todos los deberes que su condición de marino chileno le impone.
El 15 de enero de 1881, cuando las tropas chilenas luchaban encarnecidamente por entrar a Lima y se producen las batalla de Chorrillos y Miraflores, Carlos Condell era comandante del “Huáscar”, el cual, ahora con bandera chilena y junto al “Blanco Encalada” y al “Cochrane”, se instala frente a los contrafuertes existentes en Chorrillos para desde el mar bombardear alas tropas peruanas que defendían la entrada a Lima y así colaborar con el esfuerzo de la Infantería. Chorrillos, en no era como hoy día parte integrante de la ciudad de Lima. Era un balneario alejado donde las familias acaudaladas pasaban la estación estival.
Condell sabía que apocos kilómetros al norte, en pleno Lima, estaban sus parientes cercanos y que era muy probable que algunos de ellos formaran parte de los “reductos” quese habían formado para frenar las tropas de Baquedano, lo que no impidió que cumpliera con su deber de comandante y que su buque en forma cabal se diera a la tarea de bombardear los contrafuertes chorrillanos y destruir las tropas sitas allí.
No hay que ser muy imaginativo para suponer que por la mente del comandante del “Huáscar” deben haber pasado una y mil veces las imágenes de su infancia limeña y las de sus parientes tan cercanos. pero el hombre no dudó un momento. Erasu deber. Su patria le había concedido el honor de ser comandante de un buque sin igual, que no solo tenía un significado bélico sustantivo, sino que, además, era todo un símbolo de orgullo chileno. Ahí había muerto Prat y Aldea. Don Carlos fue capaz de sobreponerse a lo que debe haber sido una angustia personal y no tuvo obstáculo para cumplir con Chile. Allí es una demostración máxima de valor personal y de apego al cumplimiento del deber. Acciones como estas son las que los chilenos que no vestimos uniforme tenemos dificultades a veces de comprender. Se requiere estar hecho de una madera especial y esa es la que permite que el país viva tranquilo, pues tenemos hombres y mujeres que hacen de la defensa del país su vocación.
Cuando un muchacho como “mote” visita por primera vez un buque de guerra, ve que en el puente de mando existe una expresión que no da lugar a dudas: “Vencer o morir”. Carlos Condell, con su conducta, demostró que era parte de sualma, por doloroso que en un momento pudiera haber sido su cumplimiento. Ag