INFRAESTRUCTURA RESILIENTE ¿Qué pasa en Chile?
INFRAESTRUCTURA RESILIENTE ¿ Qué pasa en Chile? S egún la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés), la mayoría de los países de América Latina y el Caribe priorizan los recursos para reparar los daños provocados por eventos climáticos extremos más que para fortalecer la prevención.
Amit Prothi, director general de Coalition for Disaster Resilient Infrastructure (CDRI), asegura que la clave de la infraestructura resiliente es justamente que se construye para su uso diario, pero está diseñada para soportar eventos extremos, garantizando la continuidad de servicios como electricidad, agua, atención sanitaria, transporte y comunicación durante y después de los desastres. "A largo plazo, este enfoque minimiza las interrupciones, reduce los costos de recuperación, y protege vidas y medios de subsistencia", asegura.
Según datos del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), entre 1985 y 2020, Chile registró pérdidas por desastres naturales que ascienden a US$ 33.200 millones, un promedio anual de US$ 950 millones y, aunque ya existen infraestructuras diseñadas para gestionar estos riesgos --como el parque inundable Víctor Jara o el proyecto La Hondonada en Cerro Navia--, se requiere dar un paso más para robustecer obras que se activen ante eventos extreción acaba de comenzar, considera un canal de conducción y una laguna para acumular aguas lluvias; mientras que, para mitigar el riesgo de aluviones, recientemente instalaron mallas dinámicas en quebradas de Lo Barnechea y San José de Maipo. "En Antofagasta finalizaron las obras de control aluvional en la primera etapa de la Quebrada de Bonilla, que forman parte de AdaptaClima, iniciativa ejecutada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que marca un hito en diseños resilientes.
Otro ejemplo es el embalse Zapallar, actualmente en licitación en la Región de Ñuble, que considera un volumen de control de crecidas, permitiendo regular parte del caudal del río que llega a las zonas pobladas", puntualiza Mery. miento de los recursos hídricos y, a la vez, generar infraestructura de uso mixto, con fines hidráulicos, por una parte, y de generación de áreas verdes y zonas de recreación, por otra. Añade que similar objetivo se ha logrado con el desarrollo de parques fluviales en grandes cauces que cruzan zonas urbanas.
Lo mismo pasa con los embalses, dice, pues los últimos diseños consideran parte del volumen de almacenamiento para el control de crecidas en los ríos donde se emplazan y el apoyo en emergencias, como el control de incendios. La cuarta etapa del parque inundable Víctor Jara en Santiago, cuya construcmos.
María Loreto Mery, directora nacional de Obras Hidráulicas del MOP, señala que los parques inundables y los estanques subterráneos en zonas urbanas buscan controlar inundaciones mediante la conducción, retención y/o infiltración de aguas lluvias, con lo cual se busca un mejor aprovechaINFRAESTRUCTURA RESILIENTE: Un informe de la ONU advierte que en la región menos del 1% de la asistencia oficial al desarrollo se dirige a la reducción de riesgos de desastre. ¿Qué pasa en Chile? US$ 33.200 MILLONES PERDIÓ CHILE ENTRE 1985 Y 2020 POR DESASTRES NATURALES..