Autor: Por; Esperanza Gimeno | Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación | Psicóloga | Escritora
EL SUEÑO DETENER UN AUTO PROPIO
EL SUEÑO DETENER UN AUTO PROPIO a En los setenta en todo Chile había 20.000 autos, los afortunados de tener uno eran muy pocos. Tener un pololo con auto, era un lujo. Siempre el auto era del papá. Yo tuve un pololo que tenía un escarabajo escarabajo (Volkswagen) era azul radiante y todas mis compañeras de colegio me envidiaban. En Chile no había crédito entonces si deseabas un auto especial, había había que buscar en El Mercurio y encontrar algún diplomático que lo vendiera y pelea rse ofertando entre todos los compradores. Mi sueño era tener un Sumbean descapotable rojo igual al de Elizabeth Elizabeth Taylor en “Una Venus con visón”. Tuve que conformarme con un huevito (BMW), ahí aprendí a manejar. Mi próximo auto fue un Buick 49 coupé, le llamábamos el calientito, había que echarle agua a cada rato, pero era grande y seguro.
Cuando me fui a España, no podía creer, habían cementerios de autos autos y los turistas podían tener un auto de lujo sin pagar impuestos con una patente especial, entonces ahí me compré mi soñado descapotable, descapotable, un Renault Florida. En Quito tuve mi segundo descapotable un MGA. El auto descapotable descapotable es muy bonito pero no para una ciudad donde llueve en cualquier cualquier momento, además la capota nunca encaja bien, es como una casa con lucarnas, siempre hay goteras. De vuelta a España tuve un Seat 131 Super Miraflori, mi hijo le puso la abejita porque era amarillo y la patente era BZ.
De regreso a Santiago de Chile compré un Ford 55 Crown Victoria azul celeste y después un Pacer de la American Motors que les decían decían “las peceras” Era un auto súper especial, parecía del espacio pero era excelente y automático. Me quedé pegada con los americanos y después tuve un Pontiac Firebird azul radiante, gastaba muchos litros de bencina pero en ese tiempo era más barata y yo tenía más plata.
El tema que el Pontiac tenía pintado en el capó un pájaro de fuego y saliendo de un Restaurante me encontré con una amiga super “cuica” con su marido y me dijo: -Esperanza como puedes tú andar en un auto tan picante-Y se subieron a un BMW316.
A la semana siguiente me llamó para invitarme a su cumpleaños y yo con ese espíritu competitivo de los 80 donde éramos “los jaguares de Latinoamérica decidí cambiar el Pontiac por un BMW 520 y parárselo en la puerta de su casa al lado del suyo. Aún recuerdo las palabras de mi hijo (mamá te estás comprando un wáter). Y si, el BMW no tenía fuerza, camino a Viña me pasaban todos los autos.
En Buenos Aires me enamoré de un francés maravilloso, el Peugeot 605, los autos franceses son routiers, buenos para las carreteras y a mí que me gusta conocer los países donde vivo en auto (así conocí toda Francia en un Citroén GS Palas, ideal). Al volver a Chile en 2006 volví a repetir el mismo modelo 605 en plateado. plateado. El problema de estos autos es que se incendian solos y con los dos tuve que llamar a los bomberos. Les cuento que siempre fui una excelente piloto, me gustaba “meter pata” hacia Viña, cuantas veces hice carreras con el “negro Piñera” en su Corvette rojo, acompañado de alguna de sus rubias. Nunca tuve un choque, pero hoy ya no manejo, temo meterme en esas autopistas repletas de autos con choferes que no saben conducir y la mayoría borrachos. Estoyjuntando plata para encontrar una cumbre, hacerme una casa y comprarme un dron. EL SUEÑO DETENER UN AUTO PROPIO Por: Esperanza Gimeno Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación 1 Psicóloga Escritora.