COLUMNAS DE OPINIÓN: Educar en Tiempos de Inteligencia Artificial: ¿Volver al Trivium y Quadrivium?
COLUMNAS DE OPINIÓN: Educar en Tiempos de Inteligencia Artificial: ¿ Volver al Trivium y Quadrivium? Miguel Ángel Rojas Pizarro.
Profesor de Historia, Psicólogo Educacional y Psicopedagogo. @Soy_Profe_feliz miguelrojas. cl Educar en Tiempos de Inteligencia Artificial: ¿ Volver al Trivium y Quadrivium? Vivimos una época en que la inteligencia artificial escribe ensayos, resuelve ecuaciones, traduce idiomas y hasta sostiene conversaciones. Todo a una velocidad que supera la capacidad humana para digerir sus implicancias éticas, pedagógicas y filosóficas. En este nuevo escenario, la pregunta no es si debemos incorporar la IA en las aulas. Eso ya ocurre. La verdadera pregunta es qué tipo de formación humana resistirá, dialogará y dará sentido a esta revolución tecnológica. Frente a esta disrupción, muchos se aferran a las herramientas del siglo XX: talleres de computación, habilidades digitales, programación básica. Todo eso es útil, sin duda. Pero me atrevo a decir que no es suficiente.
Porque el problema no es técnico: es antropológico y pedagógico. ¿Qué sentido tendrá la escuela si la IA puede hacer todo `mejor'? ¿ Qué quedará del pensamiento humano en medio de algoritmos que lo imitan? Tal vez la respuesta no esté en mirar hacia adelante, sino hacia atrás. Volver a los fundamentos, no para copiar el pasado, sino para recordar lo esencial. El Trivium y el Quadrivium, las siete artes liberales que estructuraban la educación clásica en la edad media, hoy parecen más vigentes que nunca. En tiempos donde los datos sobran, pero el juicio escasea, necesitamos enseñar nuevamente a pensar, a argumentar, a comunicar con belleza y verdad. La Gramática no como repetición mecánica, sino como comprensión profunda del lenguaje. La Lógica, no como una técnica abstracta, sino como entrenamiento del discernimiento en una era saturada de fake news y pensamiento mágico. La Retórica, no para manipular, sino para tocar el alma y construir comunidad con la palabra justa. Y luego el Quadrivium, que nos recuerda que el mundo tiene proporción, armonía, ritmo.
Que la matemática no es solo cálculo, sino asombro; que la música es pensamiento ordenado en el tiempo; que la astronomía despierta la humildad y el sentido de pertenencia a un cosmos compartido. ¿No sería eso más urgente que aprender a usar un nuevo software? La escuela del siglo XXI no puede competir con la IA en velocidad ni precisión. Pero sí puede formar a quien crea, interpreta y da sentido. Lo humano no está en saber más, sino en comprender mejor. Y para eso necesitamos volver a educar no solo el cerebro, sino el corazón y la conciencia. Una ciudad con más farmacias que bibliotecas. En Chile, el consumo de antidepresivos ha pasado de 13 dosis diarias definidas por cada 1.000 habitantes en el 2000, a 90,7 en 2021; es decir, se multiplicó por siete entre esos años. Y entre los adolescentes (1018/ años), la prevalencia de depresión alcanza entre un 4/ % y 8/ %, según datos locales. La urgencia es clara: no basta con alimentar cuerpos ni aliviar síntomas.
Debemos educar también las emociones, cultivar la capacidad de darles palabra, asignarles sentido y comunidad. ¿Qué ciudad queremos formar? ¿ Una que crezca con más farmacias alrededor de su plaza de armas que bibliotecas, o una capaz de sanar sus heridas desde la comprensión, la palabra y el vínculo? Porque sin el desarrollo emocional, las herramientas del Trivium y Quadrivium -volver a pensar, argumentar, asombrarsepierden su eje.
En un mundo donde la IA replica células de conocimiento, la escuela debe reforzar aquello que solo lo humano puede sostener: el diálogo interior, la sensibilidad, el cuidado mutuo así construyendo la Fraternidad definida como la armonía social..