Autor: Alberto Pirola Presidente de Hoteleros de Chile
COLUMNAS DE OPINIÓN: señales que invitan a reflexionar
COLUMNAS DE OPINIÓN: señales que invitan a reflexionar Alberto Pirola Presidente de Hoteleros de Chile Semana Santa suele representar una pequeña bocanada de oxígeno para la industria hotelera formal en Chile.
Es una fecha clave dentro del calendario turístico nacional, ya que marca uno de los hitos de movimiento interno en el año y ofrece una antesala de lo que podría proyectarse para los fines de semana largos y las vacaciones de invierno.
Sin embargo, este 2025, si bien se anticipa cierto dinamismo en distintos destinos turísticos, todo indica que la ocupación estará lejos de los niveles necesarios para hablar de una reactivación reactivación sólida y sostenida del sector. El flujo de personas no siempre se traduce en huéspedes, y esa es una realidad que debemos observar con una mirada honesta, estratégica y de futuro. En los últimos años hemos visto un fenómeno que ha ido en aumento: la llegada de visitantes argentinos, motivados motivados principalmente por el tipo de cambio favorable que les permite realizar compras en nuestro país. Este flujo, si bien representa una oportunidad oportunidad económica para ciertos rubros del comercio, no genera un impacto significativo en la hotelería formal. Se trata, en general, de viajes breves, centrados en el consumo en centros comerciales y supermercados, y donde el alojamiento suele resolverse a través de plataformas de arriendo informal de corto plazo, como Airbnb. Si bien toda actividad económica es bienvenida, desde el punto de vista del desarrollo turístico y particularmente particularmente hotelero es importante diferenciar entre un visitante de paso y un turista propiamente tal. Este último busca conocer, recorrer, consumir en la gastronomía local, adquirir productos de artesanía, y alojarse en condiciones seguras y formales. Por eso, insistimos: no todo movimiento se traduce en una reactivación real del sector.
De acuerdo con el sondeo de ocupación realizado por Hoteleros de chile con miras al feriado de Semana Santa, las regiones que proyectan mayores niveles de ocupación hotelera son la Metropolitana, Valparaíso, Coquimbo, LaAraucanía, Ñuble y Los Lagos. En contraste, otras como Atacama, Maule y Anca y Parinacota reportan una proyección mucho más baja. Esta disparidad también refleja las diferencias estructurales que existen entre regiones en cuanto a conectividad, conectividad, promoción, infraestructura turística y oferta complementaria.
No basta con tener atractivos naturales; es fundamental que existan condiciones habilitantes para atraer y retener visitantes, y que estos opten por alojarse en establecimientos formales que cumplen con todos los estándares de calidad y seguridad. Más allá del diagnóstico, este escenario escenario nos desafía a actuar. Urge avanzar en una regulación clara y efectiva de la oferta informal de alojamiento, para asegurar una competencia justa y proteger tanto al turista como a los prestadores formales. Asimismo, se requiere una política pública integral que reconozca el valor estratégico de la hotelería en la cadena turística, y que incentive su fortalecimiento a través de inversión, promoción y apoyo a la innovación. La hotelería no es solo un servicio: es parte del corazón del turismo nacional. Genera empleo local, tributa, promueve buenas prácticas y aporta a la calidad de la experiencia del visitante. Reforzar su rol es clave si queremos construir un turismo más sostenible, más competitivo y con impacto real en los territorios. Como gremio, estamos convencidos de que el camino hacia la recuperación debe construirse con información, colaboración público-privada y una isión de largo plazo. Semana Santa nos deja señales claras, y depende de todos autoridades, gremios, empresarios y comunidades traducirlas en acciones que fortalezcan de verdad a nuestro sector. 1.