Columnas de Opinión: Miguel Torres Sepúlveda
Columnas de Opinión: Miguel Torres Sepúlveda A. Miguel le decían "Charchita" en el futbol amateur. Era muy buen jugador y según quienes lo conocieron, aun mejor persona. Un sentir que también compartian sus vecinos de la población Lagos de Chile de Collao, como han constatado muchas notini de perzsa ein estos días. Miguel murió esta semana arollado por un microbus cuandointentaba ayudar a un desconocido en una cale de Concepcidin. Se bajd de su furgón para socorrer a otro conductor que, agobiado, intentaba salirde una posición peligrosa en la via pública.
Ese otro conductor hoy se debate entre la vida y la muerte producto del mismo accidente. ¿Qué pulsión llevó a Miguel a hacer esto? No tuve la fortuna de conocerlo, pero es casi seguro que Miguel era generoso, noble, desinteresado, dadivoso, altroista, desprendido, solidario y con una profunda capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus senti mientos: una persona empatica. Por eso quise destacar en estas líneas a Miguel Tomes Sepulveda, por su acto de buen samaritano. Hasta el siglo XVIII, "generoso" hacia referencia a un individuo nobley valiente. Fra ser de "buena raza", dicen los libros, poes al llevar el término"perl' se vincelaba con nacimiento, peocreación ofamilia. Por ello, la palabra generosidad -que parte con genlleva ademis dos sufijos el primero es "oso", que Indica abundancia. y el segundo es "dad", que significa cualidad. Es decir, el que tiene en abundancia una cualidad. O sea, el generoso es aquel que posee en alto grado la cualidad de la buena rara. Miguel Torres Sepulveda era de esos. Cuando me enteré de las circunstancias de su fallecimiento, fue imposible no-conectarlo con losmás de 25 milempleados públicos-yotros untos en el sector privado-que, a través de licencias falsas, se fueron de vacaciones al extranjero. Es decir, además de usar sus vacaciones legales, sumaron ilegalmente más dias libres mediante una treta grotesca e inmoral. Quienes por años y de manera repetitiva cometieron este desfalco no son, sin duda, generosos ni solidarios. Tampoco forton empáticos ni desinteresados. Muy por el contrario. Imaginemos a un funcionario que atiende en cualquier servicio público sua ausencia prolongada obligó a sus compañeros a cubrirlo, sobrecargando su jornada laboral. Tambien es previsible que algún usuario haya visto ralentizada o suspendida su atención por la misma causa.
El interés particular (iese de vacaciones ilegales, con financiamiento público) por sobre el interés general; y la ausencia total de empatia (mi disfrute por sobre la sobrecarga de mi compañero o la calidad de atención del usuario). Pero la situación es aún pece: Fonasa destinaná este año el 20% de Las cotizaciones obligatorias al pago de licencias médicas. Es decir, solo 3 de cada no pesos que recauda el sistema público de salud termina en atención directa a personas. Indignante, porque alli se atiende la gran mayoría de los chilenos.
Quieto seguir creyendo que en Chile hay muchas más personas como Miguel Torres Sepulveda que como todos aquellos "winners" que tienen una "movida" para comprar una licencia falsa o de condecir, para adelantar por la berma, para saltarse la fila, para robar si pueden, para comerse un chocolate en el supermercado sin pagarlo o para comprar con factura el supermercado familiar. Así como tambien el habitual y clásico apitotado. Agregue usted un largo etcétera. Estos"winners" estin perientes a lo largo de toda la escala social, peno comparten el individualismo y el egoismo como valoers centrales de sa tacaño comportamiento. El caso "Licencias Falsas" coronó tristemente esta langa historia de pequenas y grandes triquitroelas, quedurante muchos años estuvo cubierta con un manto de oscuridad.
Las encuestas son claras los chilenos esperan que no haya olvido ni impunidad en este caso en particular. "Churchita", un jugador de futbol amateur de Concepción, que perdió su vida el pasado lunes 9 de junio por ser generoso y solidario, se ha convertido -a mi juicio-en el contraejemplo fe Boa de las dos almas que conviven en Chile for ello, creo justo decin no olvidemos a Miguel HUGO CAMPOS MIRANDA Periodista. Opinión