COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿Nuevo orden o momento internacional?
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿ Nuevo orden o momento internacional? ESPACIO ABIERTO ¿ Nuevo orden o momento internacional? Hernán Larraín F.
Abogado y profesor universitario profesor universitario Os países pequeños o medianos como el nuestro tienen una delicada situación a nivel internacional: no gravitan y son omo veleros que van a la deriva ante la inclemencia de la naturaleza. El orden internacional afanosa y débilmente reconstruido luego de la Il Guerra Mundial procuraba nivelar en algo la balanza: a fin de cuenta estas naciones son la gran mayoría. De ahí que el multilateralismo se configure como una pieza clave de su política exterior, como ha sido para Chile.
De igual modo, en la esfera universal, la regulación que dictaminan organismos como la Organización Mundial de Comercio y el FMI, suOrganización Mundial de Comercio y el FMI, sumado a los acuerdos de libre comercio, contribuyen a la estabilidad económica y financiera en un plano de equilibrio que reduce brechas.
Todo ello estaría siendo abandonado en el último tiempo, cuando Rusia decide anexar territorios de otro en forma unilateral o EE.UU. impulsa una agenda donde lo bilateral sustituye lo multilateral, el proteccionismo al libre comercio y los acuerdos y organismos internacionales se desacreditan, profundizando su deterioro. Más que soluciones globales, se buscan soluciones parciales en beneficio de quienes pueden lograr los mejores resultados: los grandes (China incluido). Ahora, no debemos tapar el sol con un dedo. El ámbito internacional siempre ha estado constreñido por las relaciones de poder y las instituciones multinacionales han sido manejadas con criterio ideológico, limitando su alcance y aceptación. El que paga la cuenta tiene motivos para reclamar. Más sensible todavía es la constatación de que este orden en cuestión no tiene eficacia jurídica porque, como sistema normativo, no tiene capacidad de imponer sus resoluciones, carece de coercibilidad. Incluso en el principal órgano de la ONU, el Consejo de Seguridad, unos pocos son más iguales que el resto, ya que pueden vetar lo que decida una inmensa mayoría. No es comparable a un Estado de Derecho democrático, si se permite la comparación, y su fragilidad es evidente y manifiesta en estos días. Se vislumbra un juego de tronos en el que gran parte de la humanidad no tiene control.
Con todo, botar ese limitado entramado institucional al tacho de la basura es aún peor por la anomia e incertidumbre que desata, particularmente para las naciones de baja incidencia, quienes contemplan cómo se desvanece un orden modesto y circunscrito pero que, al final del día, ha intentado instalar reglas de convivencia, concepto vital para todos.
Nunca será suficiente insistir en que las reglas son indispensables para regular la vida en sociedad y procurar su desarrollo en condiciones de libertad e igualdad, no de servidumbre o subsistencia. ¿Presenciamos tan solo un momento de nuestra historia que luego se superará o nos encontramos en una nueva fase que, imaginariamente, podría conducirnos a por una secuencia de gobiernos mundiales al modo de la Guerra de las Galaxias, donde se alternaban en espiral los gobiernos democráticos -la República con los autoritarios -el Imperio Galáctico-, mientras la saga continúa?.