Autor: La columna de Alejandro Vigo
Columnas de Opinión: Jorge Eduardo Rivera, en sus textos
Columnas de Opinión: Jorge Eduardo Rivera, en sus textos La figura de Jorge Eduardo Rivera ocupa, como nadie ignora, un lugar destacadísimo en la historia de la filosofía chilena en el siglo XX. En mayo me referí en estas mismas páginas a una antología de filósofos chilenos, publicada por Patricio Brickle, que incluye un excelente retrato filosófico de don Jorge Eduardo, debido al propio Brickle.
Hoy quisiera referirme a un libro reciente, editado por Miguel González Vallejos y María Teresa Stuven, que compila un conjunto de textos inéditos (Jorge Eduardo Rivera, Textos póstumos, Ediocupa la segunda parte del poema, debe verse enmarcada en la exposición de la verdad, como un todo, que es el contenido de la revelación de la diosa que instruye a Parménides.
Rivera ofrece una traducción propia de los 19 fragmentos del poema que conservamos (págs. 73-80) y luego, sobre esa base, elabora un comentario centrado en los puntos principales (págs. 80-96). En particular, Rivera se centra en la cuestión relativa a lo que Parménides entiende, siquiera de modo preconceptual, por “ser”: Parménides habría reconocido, por primera vez, la “trascendencia” del Ser respecto de todo ente y del ente en totalidad (pág. 92). La afirmación de la inmovilidad del Ser apunta, pues, a poner de relieve esta trascendencia, y no a negar la realidad del cambio que vemos en el mundo que nos rodea, pues este último concierne no al Ser mismo, sino a los entes (pág. 93). to (págs. 102-110), y recalca, con Zubiri, la existencia de una “dimensión común” del pensamiento de Parménides y Heráclito (págs. 99-102). La discusión especializada disponible sobre estos autores es, sencillamente, inabarcable, y los puntos de vista que ofrece Rivera pueden, naturalmente, ser sometidos a crítica. Pero lo que me interesa destacar es la claridad y, por decir así, la limpieza de su exposición, que todavía puede ser inspiradora en ciertos aspectos.
La segunda parte del libro, que ha sido titulada “Teoría y experiencia en la filosofía contemporánea”, contiene un conjunto de trabajos en los cuales Rivera aborda, desde diferentes ángulos, a Kierkegaard, Bergson, Husserl, Ortega y Heidegger.
Por último, la tercera parte, titulada “La filosofía ante el problema de Dios”, contiene un bonito trabajo sobre el problema de la llamada “filosofía cristiana” y otro referido al problema de la experiencia de Dios, en y desde la filosofía, a los que se añade también una discusión del libro de Antonio Bentué sobre la muerte y las búsquedas de la inmortalidad.
Aunque he preferido detenerme más extensamente en la primera parte, dedicada a la filosofía griega más temprana, es en los textos de las partes Parménides no es, pues, el filósofo inmovilista que niega el cambio, como lo presenta la caricatura habitual.
Complementaria de esta interpretación es la presentación que Rivera hace de Heráclito: lejos de afirmar el flujo universal sin permanencia, Heráclito apuntaría a poner de manifiesto la unidad de todas las cosas en el orden cósmico.
Rivera ofrece la traducción de una selección de fragmentos, que ilustran los distintos nombres para el Ser que emplea Heráclisegunda y tercera donde se perfila con más nitidez la figura de Rivera como filósofo, con esa singularísima amalgama de inspiración contemporánea e identidad cristiana que lo caracterizaba. Hay que felicitar a los editores de la obra por el rescate de estos textos y por el cuidado puesto en la tarea de edición.
Y también a Gustavo Cataldo Sanguinetti, que, con la sobriedad que lo distingue, contribuyó con una preciosa semblanza de quien fue su “irradiante” maestro. ciones UC, 2025,301 págs.). El libro, cuya presentación material es excelente, se divide en tres partes. La primera presenta el texto de un libro sobre filosofía griega preplatónica, titulado De Tales a Sócrates, que se basa en los cursos que el autor impartió en la PUCV.
Se trata de un texto introductorio, que evita las notas al pie y casi no recurre a la literatura especializada, en el cual Rivera despliega una cierta visión de conjunto de la filosofía griega más temprana. Como es constante a lo largo de toda su obra, esta visión revela claramente la influencia de Martin Heidegger y Xavier Zubiri, las dos figuras filosóficas del siglo XX que más lo marcaron.
Aquí destacan, sobre todo, las páginas que Rivera dedica a la interpretación de los dos presocráticos más importantes: Parménides (págs. 72-97) y Heráclito (págs. 97-110), tratados en ese orden, inverso a la secuencia cronológica más comúnmente aceptada.
Esto delata, sin duda, la orientación a partir de la interpretación de Karl Reinhardt, uno de los pocos filólogos clásicos apreciados por Heidegger y citado también por Zubiri (pág. 97). Rivera lo menciona elogiosamente por su modo acertado de comprender la unidad del poema de Parménides (pág. 83 y s. ), pues, Reinhardt fue uno de los primeros, si no el primero, en reconocer que la exposición de las opiniones de los mortales que. .. es en los textos de las partes segunda y tercera donde se perfila con más nitidez la figura de Rivera como filósofo, con esa singularísima amalgama de inspiración contemporánea e identidad cristiana que lo caracterizaba.. En torno al libro publicado recientemente, que recoge textos póstumos del filósofo chileno fallecido en 2017, y editado por Miguel González y María Teresa Stuven.. .. es en los textos de las partes segunda y tercera donde se perfila con más nitidez la figura de Rivera como filósofo, con esa singularísima amalgama de inspiración contemporánea e identidad cristiana que lo caracterizaba.