Autor: Aunque ganas no le faltaban.
Columnas de Opinión: Para atrás, Nicolás
Columnas de Opinión: Para atrás, Nicolás LA COLUMNA DE JOE BLACK Jeannette Jara está tratando estos días de armar su comando presidencial. Y la cosa no está fácil. Muchos de sus partidarios se entusiasmaron con la idea de que Nicolás Eyzaguirre (chico de Harvard, exministro de Hacienda de Lagos y Bachelet) asumiera la jefatura económica de la campaña de Jara. Había razones para ilusionarse. Como buen guitarrista de peñas y fogatas, a Eyzaguirre le encanta la figuración. Tiene vocación de centro de mesa.
Y, por lo tanto, demás que pod r í a t e n t a r s e c o n volver a la primera línea de la política para aspirar a un récord histórico en Chile: ser ministro de Hacienda de tres mandatarios distintos. Además, Eyzaguirre, mal que mal, fue el autor de la política de quitarles los patines a los escolares aventajados para que, en nombre de la igualdad, ahora todos anduviesen a pata. Por eso su nombre era gustador en los círculos comunistas. Sentían que pese a su militancia pepedé podría calzar en ambientes marxistoides. Pero, para la sorpresa de muchos, Eyzaguirre salió rápido a descartar cualquier una buena convivencia con sus nuevos parientes políticos.
Empezaron a escuchar la música de Illapu e Inti Illimani, cambiaron el espumante francés por vino tinto varietal, el chupe de locos del Chiringuito por empanadas de pino, empezaron a leer a autores neomarxistas y hasta cambiaron sus hábitos de vestimenta, incorporando mucho chaleco de lana. Pero al poco tiempo, los príncipes de la DC se dieron cuenta de que ese ensamblaje era simplemente imposible.
El roce de la lana cruda les generó alergia cutánea, descubrieron que el tinto tiene pésima resaca, que hay empanadas de pino que son pura cebolla porque las con carne se las llevan los más iguales entre los iguales y todos sus intentos por entender a los neomarxistas eran en vano: todos escribían en idioma karamanés algo ilegible. Eso me pasa con Eyzaguirre. No creo que haya ninguna mala onda. Pero nadie está obligado a lo imposible. Una cosa es convivir con los comunistas en una coalición grande y otra cosa es que los jefes sean comunistas. Por eso, creo, Eyzaguirre se dijo a sí mismo: “Nicolás, para atrás”. posibilidad de incorporarse al comando, a la campaña o a un eventual gobierno de Jeannette Jara. Lo dijo de manera tan tajante que temí que hubiese gato encerrado. “Esto ha sido un tremendo equívoco”, dijo primero. Y luego incluso criticó las primeras medidas económicas que ha esbozado la exministra PC, como subir el sueldo mínimo a más de 700 mil pesos. “Eso es poner la carreta delante de los bueyes”, dijo.
Pero a los comunistas no les dolió, porque para ellos tanto la carreta como los bueyes deben ser propiedad del Estado y este puede hacer lo que se le da la gana con ellos: ponerlos delante, atrás, arriba o abajo. Entonces me puse a especular por qué Eyzaguirre se restó. Y me acordé de los democratacristianos cuando se integraron a la Nueva Mayoría, esa coalición forjada por Michelle Bachelet para meter al Partido Comunista dentro de la Concertación. Como ese nuevo animal tenía que tener identidad propia, se le bautizó como “Nueva Mayoría”, e iba desde la DC al PC. Los decé intentaron de verdad tener Una cosa es convivir con los comunistas en una coalición grande y otra cosa es que los jefes sean comunistas. Por eso, creo, Eyzaguirre se dijo a sí mismo: “Nicolás, para atrás”..