Velvet Bakery BIEN ATERCIOPELADA
Velvet Bakery BIEN ATERCIOPELADA ALEGRA ENCONTRAR una pastelería como Velvet, con novedades buenas, pero no pretenciosas --existe en otras partes un abominable "dandismo" que se cree creativo y termina siendo cutre, como dicen en Baires--. Es que ofrece una torta de amapolas cubierta, por encima y costados, con un frosting (sic) de crema --queso crema--, más un dripping (sic) --bueno: antes todo era afrancesado... -de chocolate blanco y con unas decoraciones bien bonitas, con algunos zurungos de color violeta, casi siúticas, pero solo casi. El bizcocho, bien esponjosito y relleno con crema de frutos rojos y del mismo frosting cremoso.
Tenía gran cantidad de semillas de amapola, que agregan más textura que sabor (y que en cantidades grandes resultan ser un opiáceo suave, como lo comprobó, en un examen médico, una pánfila amiga nuestra, amante de hierbajos y semillitas "naturales" que consumía, la inocente, en grandes cantidades y que pasó por drogadicta). Un siete la torta. Para volver a comprarla a menudo. Se veía tan bonita en la mesa que fue causa de conversación, efecto muy conveniente, porque alegra a los comensales y permite a sus mandíbulas ejercicios diferentes del puro masticar. Casi a la misma altura en calidad estuvo el cheesecake de frambuesas: bueno, habrá que perdonar este TOC de frambuesas cuando están usadas bien y con tiento.
La textura del cheesecake, muy comme il faut (para que el antiguo afrancesamiento tome su revancha). Catamos también la torta de chocolate con manjar, combinación que nos ha parecido siempre empalagosa e indigna de una buena repostería, pero que, en este caso, la habilidad de la confección volvió delicada y muy agradable. Buena ganache de chocolate, parte del relleno. En esta pastelería aman los drippings decorativos: esta vez fue de manjar blanco, y resultó de lo más sentador, según expresión de nuestra abuela. En un verdadero alarde, y corriendo el riesgo de caer en la detestable empalagosidad repostera, hábilmente evitada aquí, se nos presentó un cheesecake de manjar con chocolate. Pa' que vea Usté. Pero rara vez se tiene buena suerte en todo: el cheesecake con base de brownie nos pareció excesivamente dulce. Hay quienes aprecian este estilo, pero no nosotros, porque preferimos en un mayor equilibrio en la administración de las delicias. Más de esta delicia o de aquella, no significa mejor.
Finalmente, nos decepcionó el pie de limón --o de "lima", como le dicen para mas caché--. Es sabido que entre las carencias de nuestros reposteros, una de las más notorias es la ignorancia de cómo hacer una buena crema de limón para usarla en pies y otras preparaciones.
Lo más frecuente es que se caiga en el exceso de azúcar y de acidez --cuando no en el uso de simple leche condensada con jugo de limón--; pero se descuida el aroma cítrico, indispensable, que solo se logra con un prudente uso de la corteza de la fruta. Muy recomendable pastelería. Pedro de Gamboa 55, Las Condes. VELVET BAKERY POR Ruperto de Nola R E S T A U R A N T E S / C R Í T I C A.