Autor: CLAUDIO MARTÍNEZ CERDA ARQUITECTO
COLUMNAS DE OPINIÓN: En nombre del padre
COLUMNAS DE OPINIÓN: En nombre del padre Claudio Martínez Cerda arquiteCto E l nuevo Hospital de Chillán u Hospital Regional de Ñuble, está precedido de una larga historia que tiene varias aristas.
Una es la propiamente histórica, que arranca prácticamente desde la colonia con la creación del Hospital San Juan de Dios por Ambrosio O'Higgins, quien no solo funda un nuevo hospital, sino que además nombra como su primer director a Fray Rosauro Acuña. Paradójicamente, este sería más tarde muy cercano su hijo Bernardo. Esta es la primera estación de la larga saga que conduce al nuevo hospital regional que hoy se construye, precisamente, en la Avenida Bernardo O'Higgins de nuestra ciudad. La otra arista es la que viene de la huella que dejará prontamente el Hospital Herminda Martín, cuando inicie su traslado al nuevo edificio de salud, probablemente a partir de fines de este año. En él trabajaron y construyeron la base de la salud pública de Chillán una camada de médicos notables.
Desde su ejercicio profesional, como auténticos médicos de los ciudadanos, tuvieron un gran impacto en la sociedad ñublensina, influyendo en todos los ámbitos, desde la salud hasta la política, incluyendo a la cultura La huella que dejará prontamente el Hospital Herminda Martín, cuando inicie su traslado al nuevo edificio merece atención. En él trabajaron y construyeron la base de la salud pública de Chillán, una camada de médicos notables.
Desde su ejercicio profesional, como auténticos médicos de los ciudadanos, tuvieron un gran impacto en la sociedad ñublensina, influyendo en todos los ámbitos, desde la salud hasta la política, incluyendo a la cultura y las artes. y las artes. Hoy, legítimamente, deberían ser reconocidos como parte del patrimonio intangible de la ciudad. El nuevo hospital regional es fruto de esa siembra, en que destaca el imponente servicio de Urgencias. Este, al igual que los otros servicios, encuentra sus raíces en esos años de trabajo con lápiz, barro y carbón. Era otro Chile, con muy pocos recursos, pero que eran suplidos por los propios médicos con una profunda vocación de servicio público. Uno de los médicos destacados de esta camada fue el creador del Servicio de Urgencia del hospital Herminda Martín de Chillán, en los primeros años de la década del 70.
Con muy pocos recursos recurrió a su hijo, por esa época un estudiante de segundo año de Arquitectura, para que le hiciera un plano de lo que sería el primer Servicio de Urgencia de la ciudad y el primero de la antigua provincia de Ñuble. Este estaría ubicado en el primer piso, en un ala del edificio, a la derecha del acceso principal, donde hoy funcionan las oficinas administrativas. El Director y creador del servicio de urgencia elige ese lugar por una razón estratégica: la "urgencia", como se le denomina, debería estar lo más cercana posible al acceso, dada la naturaleza de sus funciones.
El joven estudiante, con lápiz grafito, aún con muy pocas competencias para dibujar con tinta y en papel diamante, en un pliego de papel mantequilla trazó el plano de lo que sería el primer servicio de urgencia de la región, el que brindó por varios años, hasta la construcción de la torre, un servicio inapreciable a la comunidad.
Años después por iniciativa de las autoridades de salud, y ya cuando la salud del traumatólogo, esa era su especialidad, mostraba signos de deterioro, se promulgó un decreto que denominó el servicio de urgencia con su nombre, reconocimiento que se le hizo en vida al primer director y creador del servicio. La placa colocada en ese momento en un acto solemne no fue repuesta en las nuevas instalaciones del Servicio de Urgencia.
Hoy es el momento de reparar dicha omisión en el nuevo Hospital Regional de Ñuble. ¿Quién era ese médico que con una profunda vocación de servicio público logró entregar un servicio de inconmensurable valor a la comunidad? Su nombre es Oscar Martínez Castro, es mi padre..