Autor: DANIELA SILVA ASTORGA
Arturo Duclos revisa 40 años de arte en Matucana 100
Arturo Duclos revisa 40 años de arte en Matucana 100 Citas de los autores que le resuenan y a la vez le sirven como hilván para sus imágenes, además de símbolos con peso histórico e íconos confeccionados por él aparecen una y otra vez en “La belleza & la furia”, exposic i ó n q u e A r t u r o Duclos (1959) abre al público hoy, en M a t u c a n a 1 0 0.
También se reiteran materiales como los huesos humanos con los que const r u y ó a l g u n a s obras y los paños de género de la ropa usada o las cortinas con que reemplazó la tela tensada del bastidor. Con más de 70 o b r a s, e l a r t i s t a ocupa los 800 m2 de la Sala de Artes Visuales. Cuenta que lleva más de un año trabajando en la composición del recorrido. No es cronológico, sino más bien temático y cromático, y reúne trabajos que tenía guardados en el taller junto con otros que le prestaron distintos coleccionistas e instituciones.
La revisión es exhaustiva e incluso comienza con la obra que elaboró con huesos para su examen de grado “Lección de anatomía” (1983), del acervo Mavi-UC e incluye también piezas inéditas, entre pintura, escultura, video e instalación. Abarca 40 años y todos sus temas: creencias, muerte, amor, política, sexualidad, utopías, desencantos. Aquí deja en evidencia su manera de hacer, un engranaje de imágenes y referentes que va encajando. “Las iconografías se van repitiendo, y eso tiene que ver básicamente con mi sistema de archivos. Desde los años 90 he trabajado sistemáticamente con un archivo victoriano, así con carpetas y cárdex. Tengo miles de imágenes que he recolectado, pero al mismo tiempo dibujo. Estos caballos, estas manos y corazones (dice, indicando pinturas). Vuelvo a las imágenes, las amplío, las achico, es un sistema de combinatoria”. Duclos menciona constantemente a autores como Hegel, Heidegger, Focault, Rancière, D. D. Uberman, Mark Fischer, Houellebecq. Sus ideas están ahí, latentes, pero el artista comenta que, a diferencia de sus pretensiones intelectuales de los años 80, hoy busca una relación más emocional con los espectadores: “Antes era mucho más pretencioso. Como que quería ser más reconocido intelectualmente. Hoy día lo importante es cómo uno se enfrenta a las verdades a partir de las emociones. Y creo que algo de eso hay en esta exposición.
No solo por el recorrido, sino por las conexiones, esta forma casi disparaZERÉPANERACAM tintas épocas, algunas de las que mostró en “El fantasma de la utopía” (MaviUC, 2017), una metáfora sobre la decadencia de los ideales revolucionarios en América Latina. Hay banderas y capas con las siglas de movimientos como el EZLN, el MIR, Sendero Luminoso y el FSLN, en una estética muy latinoamericana, andina, ochentera y kitsch.
VIDA COLECTIVA Y PROPIA “Me cuelgo un poco del análisis de Rancière dice Duclos para hablar sobre cómo los sistemas democráticos han ido mermando a partir de esta defenestración que se ha producido de la democracia por ideologías de izquierda y de derecha, por los extremos”. Y suma: “Estas capas con las banderas y las consignas de los movimientos... Si uno lo ve más profundamente, claro, ve estos caporales (capas), son como las de las fiestas del norte o como de superhéroes. Es algo jocoso. Pero mucha gente toma esto en serio y piensa que estoy haciendo apología. No es así, es al contrario”. Algo así le ocurrió con su exposición “Una vida”, montada en 2024 en Lo Matta Cultural y que generó polémica, porque entre las obras se abordaba el estallido. La muestra fue vista por más de 10.000 personas y quedó entre las más visitadas del espacio. ¿Suele recibir críticas así? “Es permanente. Lo he vivido a lo largo de la historia. Creo que hay una falta de holgura respecto de la forma de ver el arte, como que se ve de una manera muy literal. Pero si uno empieza a escarbar y a leer un poco entre líneas, se da cuenta de que es todo lo contrario”. ¿Dónde se ubica políticamente? “Ya no estoy en ningún lado. Me definiría más como alguien de un proyecto social. La derecha termina siendo poco social y la izquierda, demasiado social. Pero tampoco quiero definirme como amarillo ni de centro. Prefiero tener esa independencia para, como artista, poder hacer una crítica y poder ver desde afuera”. ZERÉPANERACAM tada de pensar que en algún momento esto le puede hacer sentido a alguien. Al final, esto es como los cuentos irlandeses, que son chistosos y tristes al mismo tiempo. Hay aquí melancolía”. El recorrido se divide en cinco secciones cromáticas.
Duclos comenta que cada una exhibe una especie de ensayo visual que enlaza épocas, temas y formatos, y que se inspiró en el “Atlas Mnemosyne”, ambicioso proyecto con que el historiador del arte Aby Warburg (1866-1929) quiso reconstruir la memoria histórica de la cultura occidental a través de una serie de collages construidos con fotos de obras de arte. “Aquí, en el montaje, también busco dislocar las formas de lectura literales. Así se obtienen otras lecturas. Voy forzando cosas para eso. Por ejemplo, el sector temático del amor, que podría haber sido de muros rosados, es gris”, explica Duclos.
Una de las secciones de la muestra toma el título de un libro de Jacques Rancière (“El odio a la democracia”) y en ella Duclos presenta, entre obras de disArturo Duclos en M100.. Más de 70 obras reúne “La belleza & la furia”. La exposición, que transita por los grandes temas de la historia y la cultura, comienza incluso con la obra que el autor elaboró para su examen de grado. “La belleza & la furia” estará montada en el centro cultural hasta el 12 de octubre.