Chile ante el desorden económico mundial
Chile ante el desorden económico mundial Para una economía pequeña y abierta, como la chilena, ciertamente habrá costos. Lo importante será mantener una acción responsable, con verdadera visión de Estado. Hay tareas evidentes: detectar amenazas y oportunidades, incentivar contactos con importadores y exportadores, y buscar una mejor coordinación latinoamericana. Osvaldo Rosales Y.
Economista; exdirector de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales En apenas tres meses, Donaid Trump ha conseguido asestar un golpe severísimo a la economía mundial, al multilateralismo y a la confianza en Estados Unidos (EE.uu. ). Sus desvaríos arancelarios afectan prácticamente a todos los países del planeta, salvo Rusia y Corea del Norte.
Pasan por encima de la legislación norteamericana, pues deberían ser aprobados por el Congreso; pisotean las reglas básicas de la Organización Mundial de Comercio (oMc) en lo referente al Trato Nacionalyel principio de Nación Más Favorecida, Favorecida, pilares del multilateralismo comercial. Trump desconoce también los acuerdos de libre comercio negociadospor EE.UU. e incluso el propio acuerdo con Canadá y México, que él mismo renegoció en su primer mandato.
En una gestión llena de improvisaciones, improvisaciones, contradicciones y falacias, la administración administración Trump le pone la lápida a una fase de la globalización, iniciada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan hace cuarenta y cinco años.
Abandona el libre comercio, optando optando por la autarquíayel proteccionismo; se enfrenta al resto del mundo, rompiendo con sus aliados históricos; castiga con aranceles arbitrariosy sin ninguna lógica económica, imponiendo los aranceles más elevados a las economías más pobres. Los aranceles aplicados hasta fines de abril se acercan a los existentes hace casi cien años en EE.Uu. ,justo al inicio de la Gran Crisis.
Al asumir Trump en enero pasado, el arancel medio en EE.UU. era de 2,4%. Con la «pausa arancelaria) de abril, ese arancel ya estaba entre s y 17%, acercándose peligrosamente peligrosamente al 20% que imperaba en 1934v que fue lo que agudizó la gravedad de esa crisis.
Este frenesí arancelario afectará adversamente el crecimiento, el empleo, la inflacióny la competitividad en EE.UU., pero también reducirá el crecimiento en la economía economía mundial y el dinamismo del comercio internacional, como ya lo han estimado el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OMC, respectivamente. Afortunadamente esta incompetente gestión enfrenta límites. Los vaivenes en las bolsas de valores, la pérdida de confianza en el dólary en los bonos del Tesoro norteamericano norteamericano son los límites financieros.
Surgen límites comerciales en el daño que empiezan empiezan a enfrentar las exportaciones agrícolas norteamericanas, producto de las medidas chinas y europeas de retaliación, la caída en los ingresos del turismo y la pérdida de negocios de las principales empresas norteamericanas norteamericanas a raíz de los impactos de los mayores aranceles. También se aprecian límites jurídicos. jurídicos. Asociaciones de importadores y una docena de estados demócratas, encabezados.
Chile ante el desorden económico mundial por Nueva York y California, han entablado entablado sendas demandas ante el Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU., alegando alegando inconstitucionalidad de las medidas arancelarias, por ser una atribución que corresponde al Congreso, y cuestionando el argumento de «una amenaza inusual y extraordinaria», que es la justificación con que Trump presenta sus medidas de excepción. Por último, surgen límites políticos.
Poco a poco, cunde el desencanto de legisladores legisladores republicanos con la gestión comercial de Trump, con las contradicciones en el gabinete, con las declaraciones cambiantes del propio Trump y con la sensación de que no existe un plan preciso para lidiar con los desafíos que plantea China. Esto también empieza a reflejarse en las encuestas. De qué dependerá su profundización Las medidas que viene proponiendo Trump soncambiantes, duranpocosdíasyno es fácil contar con proyecciones serias respecto de su impacto sobre exportaciones y producción. Pero, más allá de eso, lo que queda claro es que estamos ingresando a un ciclo de marcadas marcadas turbulencias, volatilidad económica y financiera, y elevada impredecibilidad. Eso es más que suficiente para afectar inversiones, flujos comercialesy la actividad económica, en general. La profundidad de una eventual crisis dependerá del nivel de esos aranceles, de la cobertura de países afectados y de la permanenciayduraciónde estas medidas.
De mantenerse los aranceles amenazantes del «Día de la Liberación» y las represalias con que China y EE.UU. podrían responder, obviamente el resultado sería una recesión mundial peor que la acaecida en la crisis subpriine de 2008 y más comparable al shock económico del coviD-i9. Ello, sin embargo, parece cada vez menos probable, habida consideración de los sucesivos traspiés que viene enfrentando Trump en los mercados financieros y en la evolución del dólar.
Las sucesivas negociaciones bilaterales bilaterales que impulsa EE.UU., las que pueden ser favorables a nivel individual para los países que las realizan, agudizan la pérdida de relevancia del multilateralismo, transmiten transmiten tensiones al comercio internacional, redireccionando flujos, elevando los costos y reduciendo la eficiencia de las cadenas de suministro y las operaciones de comercio exterior. En el corto plazo, las incertidumbres se expresan en las paridades cambiarias y en los movimientos bursátiles. Si esta incertidumbre y los bandazos arancelarios continuasen por varios meses, el impacto sobre producción y empleo podría ser más considerable. Lo fundamental es tomar conciencia de que enfrentamos un cambio tectónico en la economía mundial, que afectará el comercio comercio mundialy la geopolítica por años, sino décadas.
Trump está ejerciendo un daño severo al multilateralismo, virando desde un comercio con reglas consensuadas a uno donde se impone la lógica del poder, con una política proteccionista del pasado, ejercida con chantajesy una violencia desconocida. Lo hace además con políticas erráticas, sin diseño estratégico y apoyándose en falacias. En el enfrentamiento con China, queda la impresión de que EE.UU. no cuenta con un plan de mediano plazo que pondere adecuadamente adecuadamente las fortalezas y debilidades de ambos actores en la disputa hegemónica. Tareas con una visión de Estado Para una economía pequeña y abierta, como la chilena, ciertamente habrá costos.
Aún en el caso más benigno de la «pausa arancelaria», arancelaria», ya el FMI ha estimado una caída de medio punto en el crecimiento mundial, de un punto en los casos de EE.UU. y China, y con la zona euro creciendo menos de 1%. Si los principales socios comerciales de Chile crecen menos, demandarán menos de nuestros productosy nuestras exportaciones crecerán menos. Es evidente que no contamos con las espaldas económicas necesarias para responder a los aranceles de Trump con medidas de retaliación. Sería absurdo, pues solo conseguiríamos elevar el precio doméstico de los productos que importamos desde EE.UU. y arriesgarnos a enfrentar aranceles aún más elevados. Por ende, la estrategia que ha seguido el Gobierno es la correcta: actuar con prudencia y realismo, sin sobrerreaccionar ni precipitarse, pues hasta ahora las medidas varían de semana en semana. Es cierto: tenemos un TLC con Estados Estados Unidos que no está siendo respetado por la contraparte. Más aún, EE.UU. mantiene un superávit comercial en bienes con Chiley ese superávit es mayor aún en comercio de servicios. servicios. El diálogo que se viene manteniendo con la autoridad comercial estadounidense debe enmarcarse en ese contexto, respetando el TLC o haciéndole ajustes concertados, pero siempre dentro del marco comercial. Peticiones o exigencias extrañas al comercio no debieran tener cabida.
Las tareas son precisas: monitorear de cerca los vaivenes arancelarios, detectando detectando amenazas y oportunidades; privilegiar el lohby empresarial y los contactos de nuestros exportadores con los importadores y distribuidores de productos chilenos en el mercado norteamericano; contactarse con otros países afectados y acumular información sobre el estado de eventuales negociaciones en curso. El Gobierno, por su parte, ha establecido establecido una estrecha coordinación entre todos los ministerios involucrados en estos temas, incluyendo un seguimiento diario de las gestiones de nuestra embajada en Washington.
Por otra parte, tanto Hacienda como Cancillería han conformado sendos grupos de trabajo, los que incluyen en un caso El carácter errático e impredecible de las medidas no jusi4fi ca aún medidas especiales de apoyo a exportadores afectados.
En términos comparativos, este daño es bastante acotado, hasta ahora.. Chile ante el desorden económico mundial a exautoridades económicas y de comercio exterior y, en el otro, expertos en comercio, representantes de sectores productivos y del mundo académico.
Lo notable de ambos ambos casos es su conformación plural, rasgo relevante que facilita que las decisiones que haya que tomar se enmarquen en una visión de Estado, reflejando unidad nacional para enfrentar eventuales ciclos más adversos y evitando que se impongan rencillas electorales electorales por encima del interés nacional. El carácter errático e impredecible de las medidas no justifica aún medidas especiales de apoyo a exportadores afectados. afectados. En términos comparativos, este daño es bastante acotado, hasta ahora. Ya se comentaba que el principal daño radica en la ralentización del comercio mundial. En ese contexto, las tareas del Gobierno van por el lado de estimular el crecimiento, las inversiones y diversificar exportaciones.
En materia de crecimiento, el Gobierno Gobierno enfrenta tanto la tarea de destrabar y agilizar los permisos para inversiones, incluyendo uno de tierras raras, que se transforma en una importante carta de negociación, como la de impulsar nuevos proyectos de ley que activen inversiones en vivienda, construccióny obras públicas. Ya se venía trabajando en diversificar exportaciones.
Hay que aprovechar más el renovado Acuerdo de Asociación con la UE, acelerar la negociación de un acuerdo de libre comercio con India, aprobar en el parlamento el acuerdo ya negociado con Emiratos Árabes Unidos, y avanzar en la profundización del acuerdo con Indonesia. El Gobierno además fortalecerá el Fondo de Promoción de Exportaciones, favoreciendo esa diversificación de mercados y productos.
Por último, Chile debería reforzar sus vínculos con la UE, con las economías asiáticas (con ASEAN, por ejemplo) y con países que promueven políticas de inserción internacional parecidas a las nuestras, como Canadá, Singapur, Australia, Nueva Zelanda, Zelanda, entre otros.
Esta desgraciada coyuntura internacional podría transformarse en una interesante oportunidad, si este conjunto de países pudiese actuar de modo coordinado, coordinado, sea en la OMC o en una declaración conjunta, cuestionando el proteccionismo y reiterando su compromiso con el libre comercio, comercio, con la defensa del multilateralismo, comprometiéndose a no imponerse barreras comerciales y a reformar la OMC, haciéndola más pertinente a los actuales desafíos del comercio internacional. La integración regional Renglón aparte merece la reflexión sobre la integración regional. El proteccionismo de Trump está provocando peregrinaciones oficiales a Washington, por un lado, y, por otro, poderosos llamados a la coordinación intrarregional en Europa, AsiayÁfrica. Hasta Hasta ahora, América Latina aparece lamentablemente lamentablemente ausente en estos esfuerzos. Es hora de remar en contra de esta tendencia. Fácil no es, habida consideración de la marcada segmentación política en la región. Hay espacios, sin embargo, posibles posibles de accionar. El reciente acuerdo entre Chile y Brasil para avanzar en el demorado corredor bioceánico es una muestra de ello. Chile podría marcar más presencia en la UE para promover el acuerdo entre la esta y el Mercosur. La Alianza del Pacífico podría ser más activa en los vínculos con A5EAN y con las economías del RCEP. Varios países de la región podrían ser más activos en promover mensajes comerciales positivos en la OMC, en alianza con la UE y otras economías en desarrollo. América Latina necesita mejorar su posicionamiento internacional, potenciando potenciando sus activos, que no son pocos. No está escrito que ingresemos necesariamente a un ciclo de proteccionismo agudo y de guerras comerciales donde nuestros países se vean obligados a optar entre las dos superpotencias. superpotencias. Perseverar en la autonomía estratégica es crucial y avances en la cooperación cooperación e integración regional ayudarán en esa dirección. I\I;1].