Autor: WALDEMAR SOMMER
Óleos de Enrique Swinburn
Crítica de arte MI CULTO A LA NATURALEZA Lugar: Centro Cultural El Tranque, Lo Barnechea Fecha: hasta el 2 de febrero Lugar: Centro de Extensión de la Universidad Católica Fecha: hasta el 25 de enero Más de 40 óleos de Swinburn se exhiben en el Centro Cultural El Tranque. En bienvenidas oportunidades, las exposiciones retrospectivas permiten ejercer la justicia, revalorando artistas poco considerados por la crítica contemporánea. Tal es el caso de Enrique Swinburn (1859-1929) y sus cuarenta y tantos óleos sobre tela reunidos dentro de la flamante arquitectura en negro y blanco del Centro Cultural El Tranque.
Considerado alumno, sobre todo de Onofre Jarpa, el pintor homenajeado se muestra de partida como un marinista y paisajista de factura mucho más fina que el maestro, Además, su variado repertorio temático sabe captar la realidad de la época, como certero precisó Romera: A través de un subjetivismo acorde con sus estados de alma". En general, nos parece que el pintor se desenvuelve mejor mediante los formatos menores y las visiones de ese mar siempre plácido de las bahías.
Entre ellas destaca el muy hermoso "Amanecer en el puerto”, cuya riqueza de grises halla la variación más acertada entre la luminosidad pareja de la casi plateada superficie acuática y en ciertos sectores más oscuros de nubes, capaces de anunciar tempestad con especial suavidad. Y acá, como complemento perfecto de la sabia composición, la exquisitez formal de las pequeñas embarcaciones que la surcan subraya la grandeza del entorno. Otra visión de mucho interés constituye "Antiguo Muelle Prat" (1892), uno de los dos únicos lienzos que porta fecha de ejecución. Podríamos considerarlo una doble visión.
Así, todo su lado izquierdo pareciera mirar al pasado con el realismo minucioso de su pabellón rodeado de visitantes, mientras a la derecha emerge, desafiante, el paralelepípedo que conforma el dique seco y su blancura de aire fantasmal. El recuerdo de Ramón Subercaseaux con argumento similar surge inevitable.
De aire todavía más portuario resulta "Muelle”. Define un poderoso juego de verticales esbeltas —los mástiles de los veleros—, acentuadas por la línea oblicua que traza la costa y por la horizontal neta del embarcadero; mientras rosa, escarlata y castaños colorean la escena También los panoramas de un Chile tierra adentro y sin sequías deparan pinturas de particular interés. Tenemos algunos realizados con pinceladas sumarias y sentido agudo de la luz al aire libre, que sintetizan una vegetación y una topografía muy nuestra.
Así, desde el despuntar del día, "Amanecer en las montañas”, y la delicadeza táctil de los volúmenes topográficos, hasta la bien recogida luz de una noche veraniega, "Noche, El Principal". O "Atardecer con álamos”, donde el vigor del claroscuro traspasa el cielo nuboso y la vegetación.
De especial valor plástico nos parece una de las mejores telas de la exhibición, "Cruzando el vado”. Ahí, el excelente dibujo define tres casi diminutos protagonistas, los cuales bastan para crear inmensidad espacial dentro del pequeño cuadro. Son el grupo de árboles y, atravesando el río, el coche con caballos más el jinete en medio de las aguas, todo transido de luz. Por su parte, dos rincones de "El Principal de Pirque" entregan, por excepción, presencia humana o testigos directos de ella. Al mismo tiempo, nos evocan a Pedro Lira. En cuanto a "Pastizal con acacios”, sus desordenadas y protagónicas malezas parecieran anunciarnos libertades formales propias de Burchard. Asimismo, Ximena Cousiño (1969) se hace admirar a través de su unitario conjunto de seis bien extendidos paisajes, en la sala del Centro de Extensión de la Universidad Católica.
Le resultan suficientes el carboncillo sobre tela, los negros, los grises múltiples, los apenas toques de blanco relampagueante, para rescatar días húmedos de pleno invierno; al mismo tiempo, las blancuras anotadas se convierten más bien en claridades ocasionales, en medio de los envoltorios de la neblina. Productos de una mirada genuina, estos lienzos se hallan compuestos con destreza, además de aparentar constituir etapas desde una carretera imaginaria, donde se captan sutilezas de claroscuro, impensables dentro de la pintura multicolor. Por su parte, la importante vegetación arbórea se diluye, sin perder vitalidad, en la vastedad de unos ámbitos de límites variados, aunque siempre sujetos a una demarcación precisa. Si quisiéramos encontrar el cuadro más representativo del atractivo grupo, acaso el dinamismo espacial de "Camino" aquí constituya el logro más rico y personal de la artista.
Respecto de los dos lienzos de temática diferente mostrados a la entrada del centro de extensión, "Ring" consigue transmitirnos acertadamente la iluminación de un interior determinado. "Salmo 9”, en cambio, con valentía se atreve a ir contra la negativa corriente hoy en boga Lástima que debamos admitir que su figuración cae en lo anecdótico, en tanto que el dibujo del personaje principal carece de estructura corporal interna 3 a z 2