Autor: Julieta Suárez-Cao Prof. ICP-PUC, Red de Politólogas
PRIMERA DAMA
SEÑOR DIRECTOR: Las instituciones poseen género y, comotal, reproducen y amplifican relaciones jerárquicas de poder entrelos sexos. Un ejemplo claro de esto es la institucionalidad relacionada con la figura de la Primera Dama.
Por un lado, perpetúa el estereotipo de que quienes ocupan la Presidencia son hombres; y no son simplemente hombres, sino hombres que están vinculados en relaciones tradicionales con mujeres, a quienes se les asigna un rol simbólico como Primera Dama, con la expectativa de quese ocupen de tareas feminizadas, como la asistencia social, el cuidado de la infancia, lasartes y la cultura, entre otras. La democracia exige que estas cuestiones, fundamentales para el bienestar de nuestras sociedades, se aborden mediante derechos y políticas públicas, y no a través de unenfoque basado en un modelo de beneficencia decimonónica. Para lograr esto es necesario que estas responsabilidades estén en manos de los poderes del Estado y querespondan institucional mente a las decisiones delas autoridades y representantes electos porla ciudadanía.
Por estos motivos, es alentador que en Chile se esté debatiendo la conveniencia de eliminar instituciones que perpetúan prácticas que socavan la igualdad entrelos géneros, con el fin de continuar avanzando a una sociedad verdaderamente inclusiva, pluralista y democrática.