China expande su poder espacial y preocupa a sus rivales por el uso militar de sus avances
China expande su poder espacial y preocupa a sus rivales por el uso militar de sus avances C on centros de lanzamiento y grandes observatorios en varias p a r t e s d e l m u n d o, acuerdos de cooperación espacial con diversos países, inversiones sostenidas en el sector y una flota de unos 1.000 satélites en órbita, China ha expandido su poderío espacial, un objetivo que Beijing ve como clave para sus metas de desarrollo a largo plazo, pero que también genera inquietud en otros países por eventual uso estratégico-militar de esos proyectos.
En el caso de América Latina, Beijing tiene varios proyectos espaciales: en 2008 construyó dos bases terrestres de monitoreo espacial en Venezuela; en 2013 construyó dos estaciones de control y operación satelital en Bolivia; en 2016 inauguró otra base terrestre en la provincia argentina de Neuquén; y recientemente estaría negociando con Brasil el acceso al centro de lanzamiento espacial Alcántara, según medios locales, además de tener acuerdos de colaboración para investigaciones con otros centros del país. Beijing explica que estos y otros proyectos más en la región como vías de cooperación entre países, no obstante emergen preocupaciones.
Uno de los casos más recientes fue el del proyecto para instalar un telescopio en el cerro Ventarrones, en el norte de Chile, y sobre el que EE.UU. habría alertado que podría tener un uso militar de parte del gobierno chino, para rastrear satélites en órbita, en una zona donde actualmente no tiene esa capacidad instalada.
El plan se da en el marco de un convenio entre la Universidad Católica del Norte y el Observatorio Nacional Astronómico de China (una entidad estatal) y quedó hace algunas semanas bajo revisión de la Dirección Jurídica de Cancillería. "Las preocupaciones planteadas por Chile son válidas, ya que China tiene antecedentes de aprovechar la infraestructura científica para sus propósitos estratégicos más amplios", asegura Svetla Ben-Itzhak, experta en relaciones internacionales y del espacio de la Universidad Johns Hopkins.
Es que el Ejército Popular de Liberación (EPL) de China mantiene estrechos vínculos tanto con el programa espacial del gobierno comunista y sus objetivos como también con las mayores empresas chinas de tecnología espacial, que lideran algunos de los grandes proyectos del gigante asiático alrededor del mundo.
Tal es el caso de la Estación Espacio Lejano ubicada en Neuquén, Argentina, operada por el Control General de Lanzamiento y Seguimiento de Satélites del EPL, y que en los últimos años ha generado preocupaciones por el posible uso militar de las instalaciones, además de contar con un acuerdo que data de 2014 y por medio del cual el gobierno argentino tiene prohibido "interrumpir o interferir en las actividades normales" de la estación. "Estos proyectos pueden tener fines puramente científicos, pero los estrechos vínculos entre el EPL y su programa espacial deberían hacer que cualquier observador sea cauteloso", afirma Lincoln Hines, especialista en la política exterior, de seguridad y espacial de China del Georgia Institute of Technology y becario del Wilson Center.
Alcance en diversas regiones Además de América Latina, en donde China ha apuntado en foros recientes a aumentar aún más la cooperación espacial, la presencia de Beijing en este ámbito se extiende por diversas regiones, con presencia de bases terrestres, observatorios y otros proyectos relacionados al espacio en zonas como Bielorrusia, Laos, Pakistán, Namibia, Nigeria y Kenia, además de contar en el Indo-Pacífico con una flota de b u q u e s m ó v i l e s t i p o Y u a n Wang para rastrear el movimiento de satélites y misiles intercontinentales.
La expansión del poderío espacial de China llega incluso a la Antártica, donde el gobierno anunció en 2023 el inicio de obras para dos nuevas bases terrestres de exploración espacial, y en donde en abril inauguró un nuevo radiotelescopio. Por su eventual alcance, estos avances son vistos con preocupación en el Pentágono y la NASA.
Pero más allá de las alertas emitidas por una potencia rival como EE.UU., es difícil saber con precisión cuáles son los verdaderos objetivos de los proyectos espaciales de China o incluso de otros países. "Un problema con las tecnologías espaciales es que casi todas son de doble uso", explica Mark Hillborne, profesor de estudios de seguridad del King's College London y líder del Grupo de Investigación de Seguridad Espacial de la misma universidad. "A menudo es difícil saber para qué se utiliza un satélite o dónde terminarán los datos (recolectados). Por lo tanto, es una preocupación constante, y es muy difícil saber cuál es el propósito de un proyecto determinado", señala.
Un área de competición estratégica El gran avance de Beijing en el ámbito espacial en los últimos años se enmarca en lo que tanto expertos como funcionarios de EE.UU. ven como una competencia estratégica con China, en momentos en que Beijing estaría intentando acabar con la brecha tecnológica que mantiene en ese sentido con Washington.
Las autoridades chinas incluso han presentado diversos planes en los últimos años para convertir al país en la mayor potencia espacial en las próximas décadas, con importantes hitos en el camino como ser el primer país en alunizar una nave espacial en el lado oculto de la luna, en 2019 --en 2024 fue la primera nación en traer a la Tierra rocas de esa región lunar--; la puesta en órbita de su propia estación espacial, en 2021; ser ese mismo año el segundo país, detrás de EE.UU., en aterrizar un rover en Marte, y lograr en 2024 pasar la barrera de los 1.000 satélites en órbita, según el Pentágono. "En los últimos 20 años, el programa espacial de China ha crecido significativamente", dice Ben-Itzhak, quien agrega que "si bien sus actividades científicas son reales y notables, muchos analistas argumentan que China busca consolidar su liderazgo estratégico y tecnológico en el espacio.
Esto fue confirmado por Beijing en 2016, cuando sus líderes señalaron que China aspira a ser una `potencia espacial en todos los aspectos'". Hillborne apunta en ese sentido que "por supuesto que la competencia estratégica es un factor clave" en este escenario. "China buscará alcanzar todos estos objetivos, además de algunos otros. Al igual que Estados Unidos y otras naciones con programas espaciales, China ve ventajas en la exploración científica y sabe que se pueden obtener grandes beneficios económicos", afirma.
El gigante asiático aspira a ser la mayor potencia en este ámbito: China expande su poder espacial y preocupa a sus rivales por el uso militar de sus avances JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA Beijing ha aumentado su influencia en lo relacionado a la exploración y acceso al espacio en zonas como América Latina, Asia y hasta la Antártica, en una nueva área de competencia estratégica con EE.UU. ASTRONAUTAS chinos regresaron a la tierra a fines de abril tras pasar seis meses en la estación espacial de China. FRANCE PRESSE CONVERTIRSE EN POTENCIA El gobierno chino se impuso el objetivo de convertir al país en una potencia espacial en las próximas décadas..