Valparaíso: entre el patrimonio en ruinas y las municipales
PORTOMÁS VILLARROEL, PROFESOR FACULTAD DE ARTES LIBERALES, UNIVERSIDAD ADOLFO IBÁÑEZ, INVESTIGADOR FUNDACIÓN PIENSA Seacercana pasos agigantados y la pregunta quese abre essi este evento traerá consigo la posibilidad de un cambio de tendencia global para Valparaiso, es decir, si la Ciudad Puerto seguirá su camino de decadencia osi llegará a la alcaldía algún político dotado de la audacia y del coraje para marcar el quiebre de tendencia.
Después delos años promisorios de Valparaiso, que podemossituar entreel año de la declaratoria Unesco de la urbe como patrimonio cultural en 2003 y el año 2015, el curso que ha seguido ha sido uno: el del deterioro y de la destrucas elecciones municipales ción flagrante. Ilustración palmaria de lo anterior es el centroarrasado de la ciudad.
Sindesmerecer la responsabilidad que también le cabe al Estado de Chile, podemos consignar que las sucesivas administraciones municipales han fracasado en los mandatos fundamentales para la revitalización de uno, dotarala ciudad de un dinamismo económico que permita hacerla forecer tanto en el plan como en los cerros y revertir la precariedad material de sus habitantes; y dos, promover la conservación del patrimonio histórico-arquitectónico, deber doble, pues no sólo lo exige la Unesco, sino tambiénsus mismos habitantes, Este último aspecto merece un comentario, pues hay indicios que apuntan a que la precarización material, es decir, los indices de pobreza, han llegadoa un nivel tal que partes importantes dela población están preocupadas en primera instancia porsobrevivir y que, por tanto, ya no les interesa el deterioro patrimonial de la ciudad o la abierta vandalización del plan.
A los dos mandatos anteriores hay que agregar un tercer mandato que surge de un flagelo que en los últimos añosse ha instalado en todas las grandes ciudades y que esel dela inseguridad. ¿Cómo evaluar entonces tres loables iniciativas de recuperación patrimonial en los cerros Polanco, Barón y en el plan de Valparaíso? Al tratarse de puestas en valor de tres edificaciones puntuales y no de intervenciones globales de barrios completos, queda la impresión de que finalmentesólo serán gotasen un océano.
Así, la reapertura del ascensor Polanco, la reconstrucción de la Iglesia San Francisco en el cerro Barón y la puesta en valor del Museo de Historia Natural enel plan, son buenas noticias que nos invitan a visitar estos sitios y a contribuira su valoración pública. Con todo, esto no alcanza para revertir el estado de “ciudad arrasada” en la que se encuentra.
Un ejemplo por contraste al reabierto ascensor Polanco es el estado de desolado abandono en el que se encuentra el ascensor Artillería, antes imán del turismo porteño, Duele escuchar decir a una académica universitaria francesa amante de la historia y del patrimonioque Valparaíso deve» nido en insalubre e insegura y que la Ciudad Puerto está “sobrevalorada”. A esta altura, la poesía y la bohemia -también perdidano alcanzan para salvara Valparaíso. La ciudad clama por un liderazgo municipal que reúna audacia, creatividad y determinación os