Autor: Marco Aurelio Reyes Coca Historiador
La enrevesada senectud del Libertador
La enrevesada senectud del Libertador C uando el cientifico frances Claudio Gay, contratado porel Gobierno chileno para escribir la "Historia fisica y politica de Chile (1810-1873). visito el Peru (1839) para entrevistar al Libertador Bernardo O'Higgins Riquelme que frisaba los 61 años de edad, lo encontro en un envejecimiento prematuro, a modo de una fotografia que descubría los signos de la senectud tras su agitada e intrincada existencia.
Seguramente ese rostro avejentado y espalda curva vivia los serios trastornos de su complejo edipiano por el fallecimiento de su madre Isabel, ese mismo año. "He perdido hasta la memoria", declaraba con honda tristeza el Padre de la Patria. O'Higgins vivía su inquietante ostracismo desde 1823 y se acercaba vertiginosamente al final de su trágico destino. Ni aun en esos momentos podia vivir placidamente.
Había vivido en suelos extraños en mas de la mitad de su vida, padeciendo el injurioso baldon de ser huacho por una sociedad hipócrita; infancia y adolescencia en soledad; pobreza en Europa, despojado de la mesada enviada por el padre ausente y lejano por el albacea Nicolis de la Cruz y los relojeros ingleses Spencery Perkins, seguramente judios corrversos. Tampoco sintió el amor verdadero como todo varón, tan solo flirteos con la joven adolescente Carlota Eals. Ella murió con la foco de Bernardo en el relicario.
Luego una madurez tallada a golpes, riqueza heredada del padre, mas el apellido, que se le escurre entre los dedos en la Patria Vieja Luego los agravios clasistas a su gestión de Director Supremo por la oligarquia de la "Larrainada" (los ochocientos), que movia los hilos de la comedia politica, más el estigma de comvivir con una mujer casada", Rosario Paga, una sensual pelirroja penquista que le deja un hijo ilegítimo (Demetrio), Sus amores reconstruyen su propio desnaturalizado destino. Con 43 años a cuestas debe emprender el desairoso camino al exilio para vivir en el Perú, su patria adoptiva. Era su tercer viaje al pais del norte (en su adolescencia y en 1803 para hacerse cargo de la herencia paterna). Peru le reconoce su. participaciónen la Independencia. Recibe las haciendas Montalvan y Curiba en el valle Serrano de Cañetey su casa limeña de Espaderos Nº9.
Los años en el exilio se hacen lentos, apacibles por la hospitalidad peruana, pero siempre atento, en esa holgura de agricukor azucarero, a la salud de su amada madre, y a una serie de juicios iniciados en Chile contra su primo Tomas O'Higgins por propiedades de Don Ambrosio en la Isla Quiriquina y otros impulsados por el abogado Carlos Rodriguez, por el asesinato de Manuel Rodriguez. Otro golpe artero es la Guerra de Chile contra la confederación Peru-Boliviana, que lo incomoda como residente en Lima y por su espiritu Americanista. El General Bulnes lleva elofrecimiento de su retorno a la Patria, lo cual nunca se consumo.
Un momento de desagravio fue el 17 de septiembre de 1839, cuando la Segunda Division del Ejército chileno se presenta en su hogar con las 3 bandas militares, entonando el himno nacional, escoltándolo hasta el Palacio Pizarro para brindar con Bulnes por las "Glorias Antiguas y Modernas de Chile". Enoctubre de 1842, llega su trágico final, en medio del delirio de sus momentos postreros, teniendo en la cabecera a sus médicos Young y Mclean, exclamando: "Ahora si doctor que nos embarcamos". Esel final de la vida de nuestro Libertador, que fue asi descrito por el ingles John Miers, que servia en la Armada de Chile! " Si alguna vez existió algun patriota y hombre honesto, ese fue O'Higgins" (1826).. Opinión