Drones interceptores contra kamikaze: la nueva batalla en Ucrania
Drones interceptores contra kamikaze: la nueva batalla en Ucrania La batalla de mayor actualidad en la guerra entre Ucrania y Rusia se libra en gran medida sobre el cielo de ciudades como Kiev, cuyos habitantes escuchan cada noche el ruido cambiante de los motores de unos drones que ambos bandos modifican constantemente para ganar esta carrera tecnológica.
El gran reto al que se enfrenta hoy Ucrania es protegerse de los enjambres cada vez más densos de drones kamikaze Shahed, una tecnología desarrollada en un principio por Irán que Rusia produce ahora de forma masiva con mejoras que nunca cesan y la hacen más destructiva y difícil de interceptar. De lanzar como mucho unas pocas decenas de Shahed cuando empezó a utilizarlos contra Ucrania, Rusia ha pasado a emplear algunas noches centenares de estos aparatos no tripulados.
Pintados de negro para reducir su visibilidad en la noche y mezclándose con otros drones sin explosivo para confundir a las defensas ucranianas, los nuevos Shahed están dotados de eficaces sistemas antiinterferencias y vuelan ahora a una altura de hasta 5 km. Eso les hace, hasta el momento de su descenso hacia el objetivo, inalcanzables para las armas ligeras que antes bastaban para abatirlos.
Todos estos factores, combinados con la escasez de munición antiaérea a la que se enfrenta el Ejército ucraniano, ha hecho caer el nivel de interceptaciones de prácticamente el 100% que Ucrania logró en su día hasta niveles cercanos al 80%. Ello se traduce muchas noches en más de una veintena de impactos directos en objetivos como instalaciones de producción de armamento e infraestructuras críticas.
Una constelación heterodoxa Ucrania ha apostado por una solución prioritaria para hacer frente a esta crisis: la fabricación a escala industrial de drones interceptores mucho más baratos que los misiles para alcanzar a los aviones no tripulados cuyo zumbido despierta de madrugada a millones de ucranianos.
Uno de los actores que participan en la movilización de recursos para sistematizar el uso de los interceptores es la Fundación Serhiy Prytula, la entidad privada más efectiva a la hora de comprar con donaciones aparatos no tripulados para el Ejército en Ucrania.
Su plan para dotar a las unidades especializadas de drones interceptores es una buena muestra de cómo funciona la heterodoxa constelación de actores autónomos públicos, privados, civiles y militares que ha convertido en una potencia mundial a la industria de defensa ucraniana.
Según explica a EFE Kirilo Liukov, jefe del departamento de sistemas no tripulados de la fundación, los fondos que se están recaudando servirán para comprar drones interceptores que produce la misma empresa ucraniana a la que compran los drones que ahora se usan para derribar aparatos de reconocimiento rusos en el frente.
Mientras la Fundación Serhiy Prytula espera que su proveedor de confianza empiece a fabricar interceptores de Shahed, el Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, busca conseguir de sus socios europeos la financiación que precisa para multiplicar los pedidos a las distintas empresas productoras.
La perspectiva de que los países que pongan ahora dinero puedan incorporar en el futuro estos drones a sus respectivos arsenales ha atraído ya al proyecto a los principales gobiernos europeos, y Zelenski espera cautivar también a la administración estadounidense del Presidente Donald Trump. Bombardeos masivos cada día: Drones interceptores contra kamikaze: la nueva batalla en Ucrania Moscú ha aumentado este tipo de ataques y Kiev busca detenerlos con naves más baratas. EFE LOS AVANCES en los drones rusos han hecho que baje la capacidad ucraniana de interceptarlos. THE ASSOCIATED PRESS.