Pórticos detectores de metales en colegios: el mal necesario
E La violencia escolar un fenómeno advertía de un peligro futuro. Hoy es una realidad que golpea con fuerza en diversas comunas del país. Hace unas en Concepción, una balacera al interior de un colegio terminó con tres estudiantes heridos. Días antes, otro joven fue apuñalado en plena sala de clases. Estos hechos nosolo estremecen, también obligan aactuar. Frente a esta realidad, varios estáblecimientos han comenzado a instalar pórticos detectores de metales en sus accesos. Una medida que incomoda, pero que lamentablementese vuelve cada vez más necesaria. Ya no se trata solo de prevenir el ingreso de armas blancas, sino de proteger la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes, así como la de sus profesores. En Temuco, el Instituto Superior de Comercio (Insuco) fue el primero en implementar un sistema de pórtico detector de metales y reconocimiento facial, luego de un caso de apuñalamiento ocurrido dentro del establecimiento. Si bien la medida fue respaldada por la mayoría de la comunidad educativa, fue duramente criticada por la Superintendencia de Educación, que incluso sancionó al municipio.
Aun así, la experiencia ha demostrado que este tipo de tecnologías disuade e impide que hechos graves Hoy, la Municipalidad de Temuco evalúa instalar un segundo pórtico en el Liceo Pablo Neruda, ante nuevos episodios de violencia.
Y lo cierto es que, más allá de las polémicas, muchos padres agradecen que se estén tomando medidas concretas. ¿Es lo ideal? Por supuesto que no. ¿ Queremos normalizar el uso de detectores de metales en las escuelas? Tampoco.
Pero cuando los llamados de atención no han sido respondidos con medidas efectivas, y cuando la seguridad de los estudiantes está en juego, no podemos quedarnos de brazos cruzados, Los pórticos no reemplazan la educación en valores, ni la contención familiar, pero sí ayudan a evitar tragedias. Por eso decimos con claridad: los pórticos son un mal necesario. Lo urgente es proteger, lo importante es transformar. Mientras trabajamos por una educación libre de violencia, con mayor presencia del Estado, más salud mental enlas aulas y con familias más involucradas, no podemos permitir que los colegios sigan siendo tierra de nadie. Hoy, la prioridad es que nuestros niños y niñas lleguen seguros al aula. Lo demás, viene después. Anita de Argumendi