Navegar por las aguas australes: dos décadas de servicio y compromiso con Chile
Navegar por las aguas australes: dos décadas de servicio y compromiso con Chile 26/ IIREPORTL domingo 15 de junio de 2025, Punta Arenas EL PÍNGUÍNO LA HISTORIA DEL SARGENTO SEGUNDO VÍCTOR SANDOVAL BAEZA Navegar por las aguas australes: dos décadas de servicio y compromiso con Chile Sargento segundo Víctor Sandoval Baeza, perteneciente ala dotación del Centro de Telecomunicaciones Navales de Magallanes, junto a su familia. AIex Macipe colaboración especial En En los confines del continente sudamericano, sudamericano, donde el viento sopla con fuerza y las aguas australes marcan carácter, surgen historias de entrega silenciosa y profunda vocación.
Una de ellas es la del sargento segundo Victor Sandoval Baeza, quien desde hace más de dos décadas ha forjado una vida al servicio del país en la Tercera Zona Naval, enfrentando con temple y dedicación dedicación los desafíos del mar magallánico y antártico. Su trayectoria no solo refleja la formación rigurosa rigurosa de la Armada de Chile, sino también el espíritu resiliente de quienes eligen una vida de compromiso.
Desde su primer destino en Punta Arenas hasta las complejas navegaciones por canales australes y el Territorio Chileno Antártico, Sandoval ha sido testigo de la grandeza grandeza y exigencia del sur del mundo, llevando con orgullo la bandera del deber en cada misión cumplida. UN COMIENZO ENTRE DUDAS, MAPAS Y VIENTO AUSTRAL “Cuando supe que me destinarían a la Tercera Zona Naval, ni siquiera sabía dónde estaba”, recuerda recuerda entre risas. “Tuve que buscarla en un mapa y luego explicarles a mis padres que me iba al extremo extremo sur. Para ellos, era como si me enviaran al fin del mundo”. Tenía apenas 21 años, proveniente de la Provincia de Nuble, acostumbrado al verde cordillerano y al calor del sol central. “Llegué un 3 de enero a Punta Arenas y el viento me recibió como con ganas de empujarme de vuelta. Soplaba a más de 120 kilómetros kilómetros por hora. Ahí entendí que este lugar no era para cualquiera”. La naturaleza extrema fue su primer instructor. “Aquí el clima te enseña enseña rápido. Un día llueve, después sale el sol y más tarde puede nevar. Es como si el cielo estuviera probándote todo el tiempo. tiempo.
Pero uno se adapta, y esa adaptación se transforma transforma en fortaleza”. UNA VIDA ENTRE NAVEGACIONES Y FAMILIA Durante estos más de veinte años, Sandoval ha servido tanto en unidades unidades de superficie como en reparticiones en tierra. “He estado en buques, en bases, en telecomunicaTECSO. Navegar por las aguas australes: dos décadas de servicio y compromiso con Chile “ssIIREPORT! ciones... y en cada lugar he aprendido algo nuevo. Pero si algo me ha sostenido sostenido en este camino, es mi familia. Mi esposa y mis hijos son los que me dan norte cuando las olas de la vida golpean golpean fuerte”. También destaca el espíritu de compañerismo compañerismo que permea la zona austral. “Aquí nadie se siente solo. El mar une. Nos enseña a confiar, a trabajar en equipo.
Porque cuando estás en medio del canal, con mal tiempo y una misión por cumplir, lo único que tienes es a tu gente, gente, tu preparación y tu compromiso”. CRUZANDO EL MAR DE DRAKE: VOCACIÓN EN ESTADO PURO Sandoval narra con brillo en los ojos sus experiencias rumbo al Territorio Chileno Antártico. “La primera vez que crucé el Mar de Drake fue una mezcla de miedo y orgullo. Las olas parecían montañas de agua, pero cada metro metro que avanzábamos era una victoria. Cuando pisé suelo antártico, sentí que había tocado una parte del alma del planeta”. el Territorio Chileno Antártico. Durante cuatro años no consecutivos, apoyó diversas misiones en la Antártica. “Cada viaje era un desafío distinto. A veces veces debíamos abastecer bases en medio de condiciones condiciones adversas. Otras veces, trasladar personal en medio de ventiscas.
Nunca sabes qué te espera, espera, pero siempre sabes por qué lo haces: por el país, por la ciencia, por la historia”. Uno de los momentos momentos más emblemáticos que vivió fue a bordo del Remolcador de Altamar Lautaro, fondeado en Caleta Potter. “Recibimos un llamado: una unidad de la Armada de Uruguay estaba a la deriva. Las condiciones meteorológicas meteorológicas eran muy malas. No había margen para errores. errores. Pero salimos igual, porque eso hacemos: respondemos, respondemos, sin importar el peligro. Esa operación fue un orgullo para todos. todos. Un rescate que aún se recuerda”. EL VALOR DE LO INVISIBLE: METEOROLOGÍA, CARTAS NÁUTICAS Y EL ALMA DEL MARINO “No muchos lo saben, saben, pero el clima manda aquí”, comenta con seriedad. seriedad. “En esta zona, si no estás atento al parte meteorológico, meteorológico, puedes tener problemas graves. Tomar la decisión correcta en el momento justo puede puede salvar vidas”. Destaca, además, además, el trabajo del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada. “Gracias a ellos, el Estrecho de Magallanes se mantiene como una ruta segura. Cada carta carta náutica que producen es un escudo contra lo desconocido. Y aquí, lo desconocido puede ser muy peligroso”. UNA VOCACIÓN DEFINIDA POR LA ENTREGA Para Sandoval, pertenecer pertenecer a la Tercera Zona Naval no es solo un destino laboral, sino una identidad. “Aquí se trabaja con alma. Este lugar es extremo en todo sentido, pero eso mismo saca lo mejor mejor de nosotros. Yo digo con orgullo que servimos servimos en una zona dura, pero con marinos duros duros también”. Asegura que, a pesar pesar de las adversidades, cada misión se cumple con profesionalismo y pasión. “Nos llaman marinos de verdad. Y lo somos, porque aquí no hay margen para el error. Cada tarea cuenta, cada maniobra importa, cada vida vale”. UN LEGADO HECHO DE MAR Y PATRIA Tras más de veinte años de servicio, el sargento segundo segundo no piensa en detenciones. “Este mar me ha enseñado más que cualquier libro. Me ha dado carácter, templanza y humildad.
Y mientras pueda, pueda, seguiré navegando con el mismo respeto con que lo hice el primer día”. Su historia, marcada por la disciplina, el compromiso compromiso y el profundo respeto por las aguas australes, es un ejemplo vívido del alma que habita en los confines del mundo.
Una voz que recuerda recuerda que, aún en el silencio del frío y el rugido del viento, viento, late un corazón al servicio de Chile. 27 -.. _.. JI -:et-. _j r - : El Remolcador de Alta Mar Lantaro, recorriendo los canales australes y Los canales australes maravillan por su belleza al navegar..