Del Estrecho al hielo: Una travesía que marca el alma
Del Estrecho al hielo: Una travesía que marca el alma EXPERIENCIAS Y MEMORIAS DEL CABO SEGUNDO ÁLVARO NOVOA AEDO Del Estrecho al hielo: Una travesía que marca el alma Hay Hay experiencias que transforman la vida, momentos momentos que desafían no solo el cuerpo, sino también la mente y el espíritu. Para el cabo segundo segundo Alvaro Novoa Aedo, su travesía a la Antártica chilena fue una de ellas. Un viaje inesperado, lleno de desafíos y aprendizajes, aprendizajes, que lo llevó a descubrir la grandeza de los mares australes y el verdadero significado del servicio a la Patria. Desde su llegada a Punta Arenas en 2022, Novoa Aedo comenzó una nueva etapa profesional profesional en el Centro de Telecomunicaciones Navales de Magallanes. Sin conocer mucho sobre el lugar, lugar, su gente o la historia de la región, asumió sus funciones con la expectativa expectativa de una vida tranquila en el extremo sur. Sin embargo, embargo, la rutina se rompió abruptamente cuando recibió una orden inesperada: inesperada: embarcarse en el ATF-66 “Galvarino” rumbo rumbo al Territorio Chileno Antártico. Sin preparación previa ni conocimiento detallado sobre lo que significaba navegar hacia el continente continente blanco, aceptó la misión con entusiasmo y un profundo sentido de responsabilidad. No sabía entonces que la experiencia experiencia lo marcaría para siempre. UN GIGANTE DE ACERO EN EL FIN DEL MUNDO El ATF-66 “Galvarino”, conocido corno “El Rinoceronte del Pacífico”, no es un buque cualquiera. cualquiera.
Con años de servicio en la Armada de Chile, esta unidad ha enfrentado enfrentado las condiciones más extremas de los mares australes, forjando un espíritu espíritu firme y resistente entre quienes han navegado navegado en él. Desde el primer momento momento a bordo, Novoa Aedo sintió el respeto que inspira esta embarcación. embarcación. La presentación al comandante de la unidad fue breve, pero solemne, y pronto se encontró rodeado rodeado de compañeros de armas curtidos por el viento y la experiencia. Quería aprender todo lo posible, absorber cada enseñanza, prepararse para el viaje que estaba por comenzar. Los primeros días de navegación fueron un espectáculo natural incomparable. incomparable. Atravesando los canales australes, los ventisqueros y montañas majestuosas le ofrecían un paisaje imponente, teñido por los colores de un atardecer que parecía parecía eterno. Pero la calma no duró mucho. Pronto, el comandante comandante anunció que saldrían por Cabo de Hornos y cruzarían el temido Mar de Drake, conocido conocido por su hostilidad y su furia incontrolable. El. CRUCE DEL MAR DE DRAKE: UN DESAFÍO IMPLACABLE. Del Estrecho al hielo: Una travesía que marca el alma El mar de Drake no perdona. Conocido como una de las zonas más peligrosas peligrosas de navegación en el mundo, sus aguas indomables indomables han puesto a prueba a marinos de todas las épocas. Novoa Aedo pensó que estaba listo. Se armó de valor y cubrió su guardia como de costumbre, costumbre, pero el mar tenía otras intenciones. Las primeras horas fueron un desafío. Las olas golpeaban la proa con una fuerza impresionante, impresionante, el buque se inclinaba abruptamente, abruptamente, y el sonido del acero retumbaba con cada embestida embestida del oleaje. Pronto, el mareo comenzó a apoderarse apoderarse de él. En un intento desesperado desesperado de mantenerse firme, se aferró al alerón de estribor. La sensación de náuseas era imparable y, finalmente, su cuerpo cuerpo cedió. Vomitó como nunca antes en su vida, sintiendo una mezcla de vergüenza y frustración por no poder controlar sus propios sentidos. Pero fue en ese momento momento que comprendió una verdad fundamental: fundamental: el mar te enseña, y lo hace con dureza. No importa cuán preparado preparado te sientas, siempre habrá algo más por aprender. aprender.
Esa noche, bajo la inmensidad de un cielo oscuro y mientras el buque buque continuaba su curso en medio de la tormenta, tormenta, Novoa Aedo entendió que ser marino no es solo un trabajo, es una entrega entrega constante, una lucha contra uno mismo. LA LLEGADA A ANTÁRTICA: UN MUNDO APARTE Después de días de navegación intensa, finalmente finalmente divisaron la costa del Territorio Chileno Antártico. La primera imagen del continente fue sobrecogedora: un inmenso paisaje blanco, montañas cubiertas de hielo, un silencio absoluto absoluto que parecía envolver todo el ambiente. La tripulación inició las tareas de abastecimiento, abastecimiento, descargando materiales y transportando transportando científicos. Cada día era una oportunidad para descubrir algo nuevo: nuevo: desde la vida salvaje con pingüinos y focas, hasta el sorprendente espectáculo espectáculo de una ballena emergiendo entre los témpanos témpanos de hielo.
En cada misión, Novoa Aedo recordó el legado del capitán Luis Pardo Villalón, el marino chileno chileno que en 1916 llevó a cabo el heroico rescate rescate de la tripulación del Endurance, enfrentando enfrentando el mismo mar de Drake y los mismos hielos hielos antárticos.
“La tarea es grande, pero nada me da miedo: miedo: soy chileno”. Esa frase, dicha por Pardo Villalón, resonaba en su mente mientras cumplía su labor en la Antártica, sintiendo un profundo profundo respeto por quienes habían navegado antes que él. El regreso: Un nuevo marinero La comisión llegó a su fin, pero la experiencia no. Volver a Punta Arenas significaba regresar con una nueva perspectiva, con una mirada enriquecida enriquecida por lo vivido. Lo que había comenzado comenzado como una simple orden de destinación, terminó siendo un viaje de crecimiento personal y profesional. La adversidad adversidad del Mar de Drake, la grandeza del Continente Blanco, y la camaradería entre marinos fueron lecciones lecciones imborrables. El mar te cambia. Antártica te transforma. Y la Armada te da la oportunidad oportunidad de vivirlo. 4 4 1 4. _e. 4.