Maria Jose Ferrada “No me interesa la literatura como una competencia”
Maria Jose Ferrada “No me interesa la literatura como una competencia” 6 María José Ferrada "No me interesa la literatura como una competencia" HACE DOS DÉCADAS PUBLICÓ SU PRIMER LIBRO Y COMENZÓ EL CAMINO QUE LA SITÚA COMO UNA DE LAS AUTORAS MÁS RESPETADAS DE LA LITERATURA INFANTIL NACIONAL. MARÍA JOSÉ FERRADA HABLA DE SU DECISIÓN DE DEJAR SANTIAGO PARA RADICARSE EN VILLARRICA. DICE QUE LOS NIÑOS HAN CAMBIADO, PERO QUE HAY EXPERIENCIAS QUE SE MANTIENEN. SOBRE LA ESCENA LITERARIA NACIONAL, DICE: "MUCHOS DE LOS COLEGAS YA NO TE PREGUNTAN QUÉ ESTÁS LEYENDO, TE PREGUNTAN QUIÉN ES TU AGENTE". POR Juan Luis Salinas T. FOTOGRAFÍAS: Rodrigo Marín Matamoros. M aría José Ferrada ha vivido dos inviernos en lo que va de 2025. Entre enero y marzo estuvo en una residencia de artistas en Múnich para preparar una nueva novela infantil. Dos veces a la semana, incluso cuando la temperatura bajaba el umbral de los cero grados, cruzaba un bosque en las orillas del río Würm hacia el Castillo de Blutenburg. Su destino era la Biblioteca Internacional de la Juventud (Internationale Jugendbibliothek) que tiene una de las colecciones de literatura infantil más grandes del mundo. Ahí revisó textos sobre Esopo, el clásico fabulista griego.
Los primeros días de abril regresó a su casa y redactó el discurso que presentó el 30 de mayo en la ceremonia en que la Academia Chilena de la Lengua la reconoció como académica correspondiente. --Así, cuando veo que sale un rayo de sol y lo persigo, como una. Maria Jose Ferrada “No me interesa la literatura como una competencia” Alicia bastante más mayor detrás del conejo blanco dice al otro lado de la pantalla. Hace frío esta mañana de jueves en Villarrica, la ciudad donde se instaló hace un año con su marido, el ilustrador y diseñador gráfico Rodrigo Marín.
El discurso en la Academia Chilena de la Lengua se llamó “Las fábulas de Esopo” y María José Ferrada (48) reflexionó de su oficio en la literatura infantil; del recorrido que ha tenido este género literario que partió con las fábulas y, quizás lo más importante, su interés por responder las preguntas que surgen en la infancia. Aunque la escritora comenta que se integró a la Academia hace dos años, la ceremonia en el salón principal de la Academia de Chile fue su presentación oficial. Lo veo como un honor y una oportunidad, porque es un espacio espacio donde se piensa la lengua en sus distintas dimensiones. Me interesa que la literatura infantil y la relación de los niños con la lengua estén en esas conversaciones. Verlo de otra forma, como una mcta, sería quitarle la fuerza que tiene. Estoy consciente de que hoy todo se ve como un ranking, pero me niego a ser un caballo de carrera. Cuando vivía en el centro de Santiago me divertía viendo a los oficinistas sacando la vuelta en el Teletrak. Pero caballos y personas somos especies diferentes. La ironía y las frases graciosas abundan en la conversación de Ferrada. Con el frío de esta mañana, en estos momentos debo estar encabezando el ranking de la escritora más congelada de Chile dice con una taza de café y un grueso chaleco.
Después de más 60 libros, de traducciones a diferentes idiomas que van desde el italiano al islandés, el reconocimiento de la crítica y de los lectores, hay una incógnita que no abandona a una de las autoras más respetadas y prolíficas en la literatura infantil nacional. nacional.
La inquietud la evidencia en una frase que aparece casi al final de su discurso sobre Esopo: “Los niños y las niñas confían en los cuentos, y creo que un miedo que he tenido durante estos años ha sido no estar a la altura de esa confianza. No es escribir bien o mal lo que me preocupa, sino vigilar mi propia ingenuidad”. cYha logrado vigilar su propia ingenuidad? Lo intento. Pero no es algo como un pan que haces un día y ya queda hecho, sino algo de todos los días. Trato de copiarles un poco a los niños y ser concreta. No hablar tanto de la infancia, sino preguntarle al hijo de la vecina, cuando me lo encuentro en el ascensor, cómo está, cómo le ha ido en el colegio. Esa parte es importante y es la que más nos saltamos los adultos. Es como si fuéramos muy altos y la voz de los niños no alcanzara a llegar hasta donde estamos.
Entender esa mirada infantil fue uno de los motivos para escribir escribir su nuevo libro, “Apuntes sobre una enciclopedia mágica” (Editorial (Editorial UDP), un ensayo en el que reflexiona sobre el acercamiento a la infancia que el escritor Walter Benjamin realizó en su libro “Infancia en Berlín hacia 1900”. Un texto que escribió en su exilio, luego de huir de la persecución nazi. Este libro que recoge pequeños relatos biográficos de la infancia infancia de Benjamin y tiene una carga muy fuerte, porque lo escribió cuando sabía que no iba a vivir mucho tiempo más. En ese momento momento volvió a la infancia con nostalgia.
Pero no es el típico adulto que cuenta cómo era cuando niño, sino que hace descripciones concretas concretas de pequeñas cosas: cuando se escondía en la cortina y empezaba empezaba a pensar que él era la cortina. Refleja ese momento de la niñez cuando se aprenden los límites físicos entre tú y los demás, entre tu cuerpo y una mesa. Tiene recuerdos de cuando perseguía a la mariposa y a medida que la perseguía, creía que se iba convirtiendo en mariposa, y atraparla era la única forma de volver a ser niño. En ese engranaje entre el pensamiento del niño y del adulto adulto que mira a esa infancia, inevitablemente, hay una relación con tu trabqjo. Llevo años pensando en cómo piensan los niños. No sabría decir por qué nació ese interés, porque es súper irracional.
Mentiría Mentiría si te digo una razón por la que me quedé pegada en eso y no en otro tema... Lo que me interesa, y que aparece un poco en este libro, es que la infancia es otra manera de estar en el mundo, otra manera de estar en el lenguaje. En octubre se cumplen veinte años desde que María José Ferrada publicó su primer libro: “12 historias minúsculas de la tierra, el cielo y el mar”. Entonces, trabajaba como periodista en el. Maria Jose Ferrada “No me interesa la literatura como una competencia” área de comunicaciones de un banco, pero después de su jornada escribía cuentos infantiles.
Con la ilustradora Karina Latorre hicieron ese primer libro que fue rechazado por varias editoriales nacionales y finalmente autoeditaron. --Aunque fue un pésimo negocio, porque regalamos todos los ejemplares, fue un paso muy importante para mí. No solo me enseñó a creer en lo que hacía, me impulsó a seguir. Pero hay una historia anterior. El interés de Ferrada por escribir partió con un cuento que se llamó "Poemas de leche con miel" que escribió a los 19 años para Matías, su hermano que entonces tenía cuatro años. Luego siguió haciéndole unos cuadernillos de cartón con historias que se inspiraban en los juegos que inventaba su hermano o listados de recomendaciones para cada estación del año. Ella armaba artesanalmente cada ejemplar, hacía los dibujos y los decoraba con semillas o botones. María José Ferrada creció en Temuco y llegó a Santiago en segundo medio luego de la separación de sus padres. Estudió periodismo, pero nunca abandonó la escritura. Al año siguiente de ese primer libro autoeditado --que años después publicó Editorial Zig-Zag-se fue a Barcelona a cursar un máster en Estudios Asiáticos. No dejó la escritura y entregó sus textos a distintas editoriales, hasta que la editorial Kalandraka decidió publicar "Un mundo raro", que apareció en 2010. De ahí, no ha parado. --¿ Cómo mira estos 20 años escribiendo para niños? --Creo que yo he entrado en esta literatura como una forma de comprender cosas más allá. Yo lo veo como un oficio que es súper marcador, como el de los profesores... Yo no me presento como María José Ferrada, escritora. Lo que hago está en otras áreas de mi vida. Pero no cierro el chiringo a las 8:00 de la noche y me olvido, sigo todo el tiempo pensando en mi escritura. Quiero concentrarme en hacer cuentos y que queden lo mejor posible.
Ya lo he dicho antes, pero creo que, a los niños, un cuento les puede cambiar un día de su vida. --Pero el acercamiento de los niños a los libros ha cambiado, la misma infancia también parece haberlo hecho. --Claro que los niños de hoy son diferentes incluso a los de hace veinte años. Los niños han cambiado y ya no conocen las fábulas como de la hormiga y la cigarra. Creo que pueden conocerla, pero tal vez ya no sea a través de un libro, sino de un meme. Y eso, la imagen que reemplaza al lenguaje, es complicado, porque el lenguaje empieza a ser un territorio cada vez más desconocido y, por lo mismo, incómodo para los niños. Entonces, efectivamente, hay un cambio grande ahí en el uso de las palabras.
Más tarde, luego de caminar media hora con el lago y el volcán de fondo, María José Ferrada, ya instalada en un café donde suele escribir, retoma la idea: --Los niños han cambiado, pero tampoco es que ahora vuelen de una pieza a la otra. Hay ciertas experiencias de la infancia que me parece que no cambian, como las ganas de desobedecer y probar dónde están los límites. Ese primer impulso a desafiar que siente el niño de hoy, estoy segura que lo vivió de una manera bastante parecida un niño de la Edad Media. Lo mismo ocurre con las preguntas sobre la muerte, por ejemplo, que los niños viven con mucho miedo y angustia a veces.
Hay diferencias, claro, pero la exageración de esas diferencias es bien cómoda también: este niño y yo somos de otra época, entonces qué puedo hacer salvo pasarle el teléfono para que deje de llorar. --La corrección política en literatura ha sido un debate, especialmente en literatura infantil, ¿cuál es su mirada? --Es algo que no solo afecta a la literatura infantil. Y digo afecta, porque no creo que le ayude en nada. Al contrario, da una ilusión de que las cosas --los cuentos incluidos-funcionan con una cierta armonía o una justicia, que en realidad decidió un equipo de márketing. No pasaría nada si no fuera porque esa ilusión tranquiliza al que tiene motivos para estar enojado y que con su enojo puede mover algunas cosas. No me sirve de nada, como mujer, aparecer en un cuento, yo quiero que me paguen lo mismo que al hombre que hace lo que hago yo. Eso debería traer, como consecuencia, que yo aparezca en el cuento. Pero no puedo poner el resultado y olvidarme de la causa. Es muy lógico, ¿o no? --¿ Qué opina de la polémica de Disney y su versión de Blancanieves? --Hay que delimitar qué entendemos por reescritura, porque la reescritura de los clásicos siempre ha existido. El problema es cuando se queda en lo muy superficial del símbolo, como cuando querían que las mujeres no fueran princesas, porque eso las relegaba a un lugar muy pasivo. Pero los cuentos clásicos, como Hansel y Gretel, La Cenicienta o Blancanieves, más allá de las particularidades que podemos cuestionar, tienen una cosa común: los débiles logran encontrar un hueco por el que zafar. Durante su trayecto como escritora, María José Ferrada ha recolectado numerosos premios. En 2021 recibió el XVII Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil de la editorial SM,. Maria Jose Ferrada “No me interesa la literatura como una competencia” un galardón en conjunto con la Unesco. Al año siguiente ganó la Premio Cervantes Chico Iberoamericano.
En 2023, el premio especial especial del jurado New Horizons en la Feria de Bolonia (la más importante importante de literatura infantil) con “El bolso”, un libro escrito en braiile braiile que se publicó en México. Le interesan los premios? Me gustan, claro. Pero no es bueno darles mucha atención, porque te puede pasar como a la ratita presumida del cuento, que al final, tanto hablar de su moneda de oro, se volvió bien insoportable. No puedes creerles tanto a los premios, premios, ni para bien ni para mal. Tal vez habría que creerles más a los lectores. Pero tampoco sirve mucho ese parámetro, porque te acuerdas de Kafka, Kafka, por ejemplo, casi no tuvo lectores. Es mejor escribir sin pensar tanto en para dónde va tu trabajo. trabajo. Tanto autocastigarse o autofelicitarse no me parece muy bueno. No me interesa la literatura como una competencia. Pero existe la idea de que los premios definen definen el éxito. El éxito que yo necesito es muy concreto: necesito vender mis libros y que los niños los lean. Sé que eso implica ciertas cosas, como dar entrevistas, entrevistas, para que puedan funcionar. Me gustaría que los libros funcionaran como si yo fuera una señora como Elena Ferrante, que nadie sabe quién es y que vende un chorro. Pero eso no pasa. Entonces, tengo que aparecer un poco, pero trato de estar lo menos posible. Lo más interesante que puedo decir o puedo puedo hacer, lo trato de poner en los libros. Ser famosa no es algo que me interese. En 2024, después de casi tres años viviendo entre Alemania y Chile, María José Ferrada decidió instalarse instalarse en Villarrica. No fue una decisión al azar. Escogió Escogió esta ciudad porque está en un punto intermedio intermedio entre Temuco, donde vive su papá, y Cumuy, un pueblito al interior de Pitrufquén, donde vive mi mamá. Viví durante 30 años en Santiago y cuando cuando empecé a trabajar me instalé en el centro de Santiago. Al principio pensé que estaba cansada del barrio, pero luego comprendí que ya no me hacía tanto sentido estar en Santiago. Santiago. Quería un lugar más chico, donde pudiera andar caminando. Si quiero, ahora puedo tomar un bus a tomar un café con mi papá o ir al campo donde mi mamá. La decisión, asegura, de alejarse de Santiago, Santiago, no la complica. Está en constante contacto con sus editores. Sigue haciendo sus talleres por Zoom desde Villarrica.
Cuando tiene que viajar afuera por las ferias o para hacer residencias residencias literarias, asegura que es igual que salir desde Santiago.. Cómo es su interacción con otros escritores? Tengo un par de amigos escritores, pero yo estoy mucho más identificada con la bandera de la literatura infantil... Pero son cosas que se han ido dando, no es que yo diga: “quiero ser de este grupo o de este otro”. Soy muy peleadora con el tema de mi libertad, y cuando habla el grupo siempre me gusta cuestionarlo un poco, para ver si puedo entender o no las razones de lo que dicen.. Qué opina de las relaciones en la escena literaria chilena? Es dificil opinar, porque soy parte de eso. Creo que la conversación conversación se va mucho hacia los autores y se va alejando cada vez más de los libros. Muchos de los colegas ya no te preguntan qué estás leyendo, te preguntan quién es tu agente. Como si todo esto se tratara de pegarle el palo a algún tipo gato con el respeto de los gatos y de los animalistas. La literatura a mí me ha dado un sueldo a fin de mes, pero también también la distancia para observar e intentar ¡ comprender lo que veo todos los días. También distanciarse de las polémicas que suelen ocurrir entre escritores. Somos bien peleadores entre nosotros, pero cuando nos entrevistan nos ponemos serios y buenas personas. O exageradamente peleadores.
Eso tiene una parte divertida, hay que admitirlo, porque nadie se lo toma demasiado demasiado en serio, pero a veces me parece que todo se vuelve demasiado personal, extraliterano, extraliterano, y uno extraña hablar un poco más de libros y menos de autores.
Extraño hablar de literatura en lugar de hablar de editoriales, ferias del libro y esa otra palabra que todos usan ahora: “ecosistema del libro”. Me suena como a libros para animales en peligro de extinción, como los pudúes. A comienzos de mayo, una encuesta de Artes y Letras de “El Mercurio” ubicó a su novela “Kramp” en el listado de los mejores libros chilenos de los primeros 25 años del siglo XXI.
La semana pasada, la Revista de Universidad de México, que dedicó su edición de julio a la escritura escritura chilena contemporánea, también destacó a Ferrada en un grupo de 17 autores, entre los que también estaban Rosabetty Muñoz, Elvira Hernández, Alejandro Zambra, Raúl Zurita y Rafael Gumucio. La publicación destacó “El hombre del cartel”, su segunda novela alejada del mundo infantil.. Se define como escritora infantil, pero es destacada por sus dos novelas “adultas”? No son excluyentes. Las novelas que mencionas son para adultos, pero sus protagonistas protagonistas son niños. Son cosas que no logro separar con tanta claridad. Pero si lograra separarlas, tampoco sería para defender nada. Yo hago los libros y prefiero quedarme con eso. Aunque no le gusta hablar de planes, Ferrada dice: Me gustaría escribir una novela para niños que recién empiezan a leer. Tengo un buen recuerdo de esas lecturas de los siete u ocho años, en las que avanzaba lento y que por lo mismo me duraban varios días. Hace poco leí una de una rana y un ratón que trataban de resolver el misterio del robo de unas nueces.
El autor es un sueco Ulf Nilsson Nilsson que no tiene problema en tener a los niños durante doscientas doscientas páginas, resolviendo el misterio y reflexionando sobre si es lo mismo robar por gusto que por hambre. Un novelón. “Extraño hablar de literatura en lugar de hablar de editoriales, ferias del libro y esa palabra que usan ahora: ecosistema del libro. Me suena como a libros para animales en peligro de extinción, como los pudúes”..