Autor: Por Fernando Morey. gerente de Finanzas y Tesorería de Empresas lansa.
Columnas de Opinión: Estrategia y compromiso ambiental
Columnas de Opinión: Estrategia y compromiso ambiental E n el mundo empresarial, cada vez resulta más evidente que el éxito no puede medirse únicamente por los resultados financieros. Hoy, los inversionistas y stakeholders están observando con lupa qué tan profundamente están integradas la sostenibilidad y la gestión ambiental en la estrategia de negocios.
En este contexto, los instrumentos de financiamiento sostenible, como los créditos anclados en indicadores ambientales -conocidos como Sustainability Linked Loans (SLL)han dejado de ser una novedad para transformarse en una señal clara de compromiso con metas concretas y medibles.
Este tipo de créditos no sólo permite acceder a condiciones preferentes si se cumplen ciertos indicadores de desempeño ambiental, sino que además obliga a las empresas a poner sus objetivos de sostenibilidad en el centro de su operación. Ya no se trata sólo de "tener iniciativas verdes", sino de demostrar que esas prácticas están alineadas con la estrategia corporativa y que son capaces de generar impactos reales y cuantificables.
Por ejemplo, comprometerse a reducir las emisiones de gases de efecto invernade. ro, a mejorar la eficiencia hídrica o energética, o a incorporar materias primas con menor huella ambiental son algunas de las metas que pueden vincularse a estos créditos. En Estados Unidos y Europa, este enfoque ya se ha consolidado como una práctica común entre empresas que entienden que la sostenibilidad no es un costo adi cional, sino una ventaja competitiva.
Los fondos de inversión, bancos y actores financieros están utilizando este tipo de instrumentos como termometro del compromiso empresarial, lo que ha derivado en un círculo virtuoso: las empresas con metas ambientales claras acceden a mejores condiciones de financiamiento, y los inversionistas se aseguran de apoyar a compañías que están avanzando en la dirección correcta. En América Latina, si bien aún estamos en una etapa de crecimiento en esta materia, cada vez son más las compañías que incorporan los créditos ligados a indicadores ESG como parte de su estructura financiera.
Pero para que esta tendencia continue expandiéndose, es clave fortalecer la disponibilidad de métricas estandarizadas y verificables, así como contar con aliados financieros que entiendan que su rol no es solo evaluar riesgos, sino también impulsar transformaciones. Lo anterior requiere, por parte de las empresas, un trabajo serio y transversal: desde el diseño estratégico hasta la operación diaria.
Implica también una cultura organizacional que entienda que la sostenibilidad es una herramienta de gestión e innovación, no una narrativa de reputación, El desafio hacia adelante es claro: transformar los compromisos en resultados, y los resultados en un mejor acceso a capital que acelere la transición hacia una economia más eficiente, limpia y resiliente. El financiamiento sostenible llegó para quedarse, y quienes lo adopten con seriedad y visión estratégica estarán mejor preparados para competir en los mercados del futuro.. C Columna