No más selectivo, sino más inclusivo
Marigen Honrkohl Rectora Universidad Miguel de Cervantes y exministra de Educación egún una reciente encuesta al panel de política públicas de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica, casi un 60% de los expertos están de acuerdo en que “el sistema universitario debiera ser más selectivo”. Discrepo de esta opinión. En teoría, todas las personas tienen el mismo derecho a acceder a la educación superior en Chile, pero las herramientas de selección universitaria discriminan y bloquean, en la práctica, este derecho. La selectividad tiene un rol importante, pero no puede ser la única vara con que se mida a todos los que desean acceder a un título universitario. Un sistema que aliente la selectividad sobre la base de pruebas estandarizadas y obligatorias para todos los postulantes consolida la discriminación que se produce en todo el ciclo educativo básico y medio. Aquellos estudiantes que tienen menores recursos económicos suelen ser los que tienen peor resultado en las pruebas de selección. Son los mismos grupos cuyas familias tienen menor capital cultural y que, desde la sala cuna hasta la educación media, han ido a establecimientos con menor calidad o menor equipamiento.
Un estudio de académicos de las Universidades de Chile, Católica y de Los Andes sobre 11.530 estudiantes de segundo básico de la RM encontró enormes brechas de comprensión lectora según niveles de ingreso de la familia. En el nivel socioeconómico más alto, el 29% no logra el desempeño esperado, cifra que sube al 73% de los estudiantes en el grupo socioeconómico más bajo.
Tal como señaló una de las autoras de ese estudio, “un niño que tiene difícultades lectoras no resueltas en primero básico tiene casi un 90% de probabilidad de arrastrarlas más allá de cuarto básico”. Así, en la PAES de 2023 los estudiantes de colegios particulares pagados obtuvieron en promedio 141 puntos más que los de municipales y SLEP en la prueba de comprensión lectora.
Al final del ciclo escolar, por tanto, se genera una masa de personas que “La selectividad tiene un rol importante, pero no puede ser la única vara”. Quedan fuera del sistema al obtener, en promedio, menores resultados en las pruebas de selección estándar. ¿Qué pasa con sus sueños, sus voluntades, sus esfuerzos por dar un salto laboral? En Chile hay más de cuatro millones de adultos que se desempeñan laboralmente y que no han tenido posibilidad de acceder a la educación profesional. Muchísimas de esas personas están dispuestas a sacrificar tiempo para estudiar, pero un sistema con pruebas de selectividad obligatorias los deja irremediablemente al margen. Nuestra universidad y varias otras ofrecen una oportunidad a estas personas, con resultados muy estimulantes. El Estado debe cautelar el derecho de todos y todas a la educación universitaria, asegurando la calidad y generando condiciones no discriminatorias para que diversos establecimientos definan autónomamente sus objetivos y sus mecanismos de ingreso. El sistema universitario, en mi opinión, no debería ser más selectivo, sino más inclusivo.