«LEY DE INCLUSION: AL BANQUILLO»
«LEY DE INCLUSION: AL BANQUILLO» La Ley 20.845 de Inclusión Escolar promulgada el 2015, fue una de las dos principales reformas educacionales impulsada en el segundo gobierno de Bachelet, que ponía fin a la selección en los establecimientos públicos y particulares subvencionados, creando el sistema de admisión escolar (SAE). La otra es la Ley 21.040, conocida como Nueva Educación Pública que se encuentra en etapa de implementación, es el traspaso de los colegios desde las municipalidades a los Servicios Locales de Educación (SLEP). Del lado de los apoderados disconformes con el «LEY DE INCLUSION: AL BANQUILLO» Mario Benavides M.
Centro de Estudios de Políticas Públicas y Gobierno de Coquimbo actual sistema, organizados en la «Fundación Escuelas Abiertas», plantearon a las autoridades que se avance en el proyecto «Escuelas para todos», que tiene como principal objetivo incentivar la creación de colegios particulares subvencionados y no tener situaciones tan complejas como que los padres tienen que llegar a acudir a la justicia para obtener un cupo en un colegio atractivo.
El debate educacional respecto a las reformas estructurales se han traducido en «zonas grises», producto de la instalación de políticas públicas basadas en ideas y creencias que chocan con la realidad educativa, señala Ana Luz Duran integrante del Consejo Nasé lo que se tuvo que sacrificar para lograrlo», señala Iván Jaksic (Premio Nacional de Historia). La Ley de Inclusión y la Desmunicipalización no han significado mejoras en la calidad de la educación, por ende estas deben revisarse y derogar las materias que están causando daño. La problemática de recuperación de los aprendizajes tras la pandemia es una prioridad. El clima escolar esta tenso en el ámbito socioemocional, la falta de la disciplina y situaciones de violencia golpean a las comunidades escolares. cional de Educación. El progresismo ciego de los últimos tiempos, que se tradujo en la ley de inclusión, estigmatizo los mecanismos de selección meritocráticos y el reclutamiento de jóvenes entre grupos socialmente ascendentes, como legitimizador de aspiraciones pequeñoburguesas. En circunstancias que «el mérito tiene que ver con una ambición positiva, una ambición de ser respetado, de saber que uno se ha ganado el espacio por sus esfuerzos. Y evidentemente eso genera una ética. Porque cuando a uno le cuesta conseguir algo y ve que alguien más lo hace, yo respeto a esa persona, porque. - - - - - - -