CARTAS: ¿CRISIS EN EL PODER JUDICIAL CHILENO?
CARTAS: ¿ CRISIS EN EL PODER JUDICIAL CHILENO? Señor Director: Por décadas, el Poder Judicial Ese visto como el menos polidcoypeligroso de los tres poderes del Estado.
Ya los padres del constitucionalismo norteamericano, norteamericano, desde sus primeros tiempos. entendieron que este poderal no depender de ciclos electomles ni estar expuesto a las pasiones del momento podía actuar actuar como el garante más confiable de las libertades de las ciudadanos, Bajo el principio clásica de separación de poderes, el judicial debía ejercer sus tlsnciones tlsnciones con imparcialidad. independenciayun sólido conocimiento técnico jurídica, lo que lo convertía en el principal dique de contención frente a los excesos del paderpolitico paderpolitico y económico. Ea una democracia basada en el Estada deDerecbo, los jueces no son meros intérpretes técnicos de normas. Son, ante toda, protectores de derechos fundamentalesyirhitms fundamentalesyirhitms de última instancia. Cuando toda la demás fallacuando el poder ejecutivo se entralimita o aparecen abusas alas más débileses el poder judicial el que debe restituir el equilíbrioyreparar el daño. Por ego, su legitimidad no solo se mide en sentencias, sino en la confianza ciudadana que debe ser el reflejo de su integridad, imparcialidadyprofesionalismo. Por eso, lo que hemos vivido en Chile culos úhimos dos años resulta particalarnrcatc particalarnrcatc grave. No hablamos aquí de sinaples hechas aislados ni de erares administrativos. Hablamos de corrupción: tráfico de influencias, sospechas de manipulación calos sistemas de asignación de causas y vínculos indebidos entre entre ahogados poderosos, jueces de tribunales superiores y funcionarios púbbcos.
Hablamos del Caso Audios del boclsoruo institucional que supuso la destitorción de la miaistm de la Cañe Suprema Angela Vivanco, de la caída del enministro Sergio Muñoa yde la liberación inexplicable de un imputado par sicariato vinculado vinculado al crimen orgaaizado traasnacioaal.
A estos hechos se suman casos insólitos, como el uso de licencias médicas fraudulentas por porte de jaeces y flancionarios judiciales para viajas al extranjero, cooducta que no solo tramgrede deberes básicas básicas de probidad, sino que daña severamente la imagen pública del Poder Judicial y erosiana la confianza ciudadana en su integridad. La pregunta que la ciudadanía tiene derecha a formularse es inevitable: ¿ estamos ante una crisis del Poder Judicial chileno? La respuesta debe ser cuidadosamente cuidadosamente matizada, pero no ambigua.
No se tratada una crisis gesreralizada que afecte a todos los jueces, muchos de los cuales siguen desempeñando sa laborean independencia y excelencia, sino de una alarma institucional que exige reforaas con urgencia los cimientos éticos y estructurales del sistema judicial, antes deque la excepción erosiane la reglayel descrédito sea la normalidad. Cuando seerosiona la confianza ea el poder judicial, lo que está en juego no es solo la reputación de jueces o tribunales. Lo que peligro es lagarauáa misma de nuestros derechos.
Porque si el judicial deja de ser impoluto, si deja de ser un contrapeso contrapeso real, mtoaces desaparece el úhimo bastión de protección freuten los ubusos de poder Y cuandu eso acurre, ya un hay derecho, sala fiera, Por eso, hoy más que nunca, el sistema judicial chileno debe refurmarse con valentía ytrampareneia. Urge repeosar los mecanismos de nombramiento dejueces, dejueces, establecer controles eficaces frente al tráficn de influencias y asegurar que el priucipiodeprobidaduoseasolonna consignaétiea, síno una exígenciainstitucional exígenciainstitucional irrenunciable. La historia se encarga de demostrarque la mayoría de las veces la democracia no se demambade golpe: se oxidayrue desde sus pilares. Yel judicial, hasta ahora uno de los más firmes en nuestm historía institucional, muestra hoy señales señales preocupantes de enmosión yno nos podemos resignas a ello. Jorge Astudillo, Académico Facultad de Derecho U. Andrés Bello.