EDITORIAL: Chile preparado
EDITORIAL: Chile preparado Chile preparado Lamentablemente, nuestro país está habituado a sufrir de catástrofes naturales de cuando en cuando.
Recientementa, se encendieron las alarmas por el aumento de actividad actividad sísmica en loa complejos volcánicos Planchón Peteroay Laguna del Maule, por lo que se realizaron sesiones regionales o locales de los Comité de Gestión de Riesgo de Desastre (Cogrid); luego vinieron las reuniones de coordinación por el evento meteorológico que esta semana afecta ala Región del Mauleyen medio de esto, tras el terremoto 8.8 en Kamchatka, en Rusia, nuevamente saltaron las alertas por la posible llegada de trenes de olas o taunami, a lo largo de la costa de todo el país. Una vez más, la naturaleza nos recuerda que vivimos en un planeta dinámico dinámico y, en el caso de Chile, en una de las zonas más sísmicamente activas del mundo. En la Región del Maule -donde el recuerdo del 27F aún eatá fresco en la memoria colectiva este tipo de eventos no pueden ser tomados a la ligera. ligera.
Si bien en esta ocasión las alertas fueron levantadas sin consecuencias consecuencias mayores para las costas chilenas, la reacción rápida y organizada de las autoridades, así como la atención de la ciudadanía, demuestran que los aprendizajes del pasado han calado hondo. No obstante, siempre hay espacio para mejorar. Chile ha avanzado significativamente en la implementación de sistemas de alerta temprana, planes de evacuación y coordinación interinstitucional. Pero toda esta infraestructura técnicaylogística pierde efectividad, sino cuenta con el compromiso de la comunidad. La evacuación oportuna, el respeto a las indicaciones de emergencia y la preparación de mochilas de seguridad y puntos de encuentro familiares, no son solo actos individuales: son deberes cívicos. La responsabilidad de evacuar ante una alerta, de informarse por canales oficiales y de no propagar rumores es una tarea colectiva. Porque en situadones situadones de emergencia, lo que está en juego no son solo bienes materiales, sino vidas humanas. El llamado ea claro: no bajemos la guardia. Los desastres naturales no avisan avisan con calendario. Nuestra geografla sísmica y costera, exige una cultura de la prevención activa y constante..