Autor: Joaquín García-Huidobro
Columnas de Opinión: Déjenme enseñar
Columnas de Opinión: Déjenme enseñar ¿ C uanto tiempo plerde un buen investigación y, como consecuencia, las universidades, sólo valoran de verdad los artículos. El trabajo académico más importante que he hecho es un libro que escribi durante 17 años. En los concursos de Fondecyt, ese libro vale básicamente lo mismo que alguno de los artículos que he publicado en determinadas revistas. ¿ Es sensato esto? No, es una soberana tontería. En este momento trabajo en otro libro.
Aquí sólo llevo nueve años de investigación y calculo que me faltan dos para terminarlo. ¿ Qué valor tendrá ante los ojos de cualquier universidad chilena o de Fondecyt? El mismo que un artículo de 12 páginas que espero mandar mañana a una revista europea. ¿Por qué suceden estos disparates? Porque se aplican a las humanidades los mismos criterios que a la Ingeniería, la Medicina o la QuimiGL. ¿ cuál es la causa? La razón es muy sencilbe para darse cuenta de que disciplinas distintas requieren ser analisadas con herramientas intelectuales diferentes se necesita un grado de cultura que en las burocracias estatales y muchas veces en las universidades se ha perdido por completo. Una persona culta está acostumbrada a vivir en la complejidad, una inculta se pone nerviosa y la enfrenta aplicando a todo el mismo rasero. Dejemos de lado la investigación y pasemos a la docencia. Hoy casi todas las universidades están obsesionadas con la innovación docente. Es más, se gasta mucho dinero en fomentarla.
Sin embargo, como la formación humanística lo acostumbra a uno a hacer preguntas incomodas, me atreveré a hacer una muy sencilbe ¿ por qué tenemos que innovar? Quizá eso sea muy importante en la enseñanza de la Kinesiología, pero ¿ tiene que serlo necesariamente cuando uno enseña el Quijote o la Crítica de la Razón Pura? ¿ Por qué en las encuestas docentes se les pregunta a los alumnos si el profesor utilizo medios audiovisuales? Conozco a una profesora mexicana que cuando explica a Kant pone un dibujo de él sobre el pizarrón, para que sus estudiantes puedan contestar positivamente esa estúpida pregunta.
Ante la multiplicación de entidades que nos amargan la vida, los profesores nos vemos tentados a decir: ¿ Quiere que enseñe mejor? Entonces déjeme tranquilo. profesor en llenar formularios, planillas Excel, planificaciones estratégicas o procesos de acreditación? En el ambito universitario es muchísimo y no digamos en la educación básica y media, donde el Ministerio y otras autoridades se encargan sistemáticamente de quitar a los docentes el tiempo en que deberían estudiar, preparar tranquilos sus clases o atender a sus alumnos. Nohablaré de ellos, porque no quiero dejar a los lectores llorando y me centraré en esta columna sólo en la educación superior.
Si tuviera que resumir mi tesis diría: Los mecanismos que se han diseñado tanto a nivel estatal como dentro de las propias universidades para mejorar la calidad de la educación constituyen hoy, en muchos casos, un serio obstáculo para que los profesores universitarios podamos enseñar e investigar bien. ¿Es todo malo lo que se ha hecho? No, gracias a esos sistemas de control, en Chile hemos conseguido asegurar un minimo.
Hay universidades de muy distinto tipo, pero ya no quedan universidades pésimas. ¿ Es este un motivo para alegrarnos? Lamentablemente no, porque hemos pagado un costo muy caro: esos mecanismos suponen un peso insoportable para quienes intentan hacer las cosas bien. Veamos dos problemas. El primero es la pretensión de aplicar los mismos criterios a todas las áreas de saber. Que yo sepa, en todas las universidades chilenas se insiste a los profesores en la necesidad de publicar artículos académicos en revistas indexadas y, ojali, en las que tienen mejores lugares en los rankings. Parece muy bonito, porque así aseguraremos una investigación mejor. ¿Es verdad? Por supuesto que no. Pensemos, por ejemplo, en el caso de la filosofia.
Si yo pido a los lectores que nombren obras filosoficas importantes, de esas que, para bien o para mal, han cambiado el mundo, me nombraran La República de Platón, la Suma Teológica de Tomás de Aquino o El Capital de Carlos Marx. Nadie mencionará artículos publicados en revistas académicas, porque lo verdaderamente importante en filosofia son los libros, no los artículos. Sin embargo, los sistemas nacionales de Carta política.