Blanca Messina: Crecer en infraestructura
Blanca Messina: Crecer en infraestructura Blanca Messina es una de los asesores con más experiencia en avellanos europeos del país y ha visto la evolución de esta especie desde sus inicios, en 1996, ya que comenzó apoyando al Grupo Ferrero en la internación de las primeras plantas para establecer sus huertos, y actualmente trabaja en forma independiente con productores entre Curicó y Osorno.
En general, reconoce que se ha avanzado mucho en los manejos de riego, fertilización, podas y control de malezas, lo que ha tendido a encarecer los costos de producción con miras a obtener productividades más altas por hectárea. También advierte que cada zona tiene sus problemáticas particulares y potenciales productivos distintos, por lo que es necesario diseñar manejos específicos para cada lugar. “Desde hace algunos años, con los productores de temperaturas más frías hemos implementado manejos con productos para el estrés abiótico, que nos permite disminuir el efecto de las bajas temperaturas en las épocas de fecundación. Para las olas de calor, además de tener los riegos adecuados y tener a las plantas bien nutridas, desde diciembre en adelante usamos protectores solares entre Curicó y Los Ángeles”, detalla.
Uno de los desafíos pendientes, que quedó en evidencia por primera vez esta temporada, es la falta de infraestructura para limpiar, secar y guardar las avellanas, ya que incluso con la nueva planta de AgriChile funcionando en la Región de Ñuble, la capacidad de secado se vio sobrepasada a nivel nacional debido a la abundante cosecha de este año.
“Los productores tienen que desarrollar sus propias instalaciones En la zona centro sur se vieron afectados por una lluvia en medio de la cosecha y no tenían instalaciones para guardar la fruta ni para secarla, lo que favoreció el desarrollo de hongos.
Hubo huertos en los que estaban cosechando y yo llegaba a analizar la fruta, y tenía hongos, por lo que no les convenía seguir cosechando”, comenta, y advierte que varios ya están construyendo galpones y silos de acumulación. Junto con aumentar la capacidad de guarda, asegura que varios productores están creciendo en superficie, con el objetivo de generar economías de escala y disminuir sus costos, intentando llegar a unidades de 100 hectáreas.
“Una unidad productiva mínima para el avellano europeo hoy es de alrededor de 60 hectáreas, y las zonas donde más se está plantando yo diría que es en Los Ángeles y Chillán”, estima Blanca Messina.. Para Blanca Messina es clave diseñar manejos para cada zona.