Arendt: Pensadora de nuestro tiempo
Arendt: Pensadora de nuestro tiempo ARENDT: Pensadora de nuestro tiempo La filósofa alemana observa la democracia actual y nos advierte que, en su lenta instalación, los totalitarismos suponen la creciente permeabilidad de la esfera pública a discursos de odio. También nos alerta en cuanto a que, una vez caídos los gobiernos totalitarios, las condiciones que los hicieron posibles siguen estando presentes en las sociedades contemporáneas.
María José López Merino Profesora asociada, Facultad de Filosofía y Humanidades y Facultad de Derecho, Universidad de Chile La filósofa Hannah Arendt fue una pensadora pensadora que atravesó el siglo xx, construyendo una biografíay una reflexión directamente conectadas con los problemas y contradicciones contradicciones de su época.
Formada en la filosofía alemana (Husserl, Heidegger, Jaspers) y en teología, terminó dedicándose a la teoría política debido a la conmoción personal que le produjo el ascenso al gobierno del nacional socialismo y la instalación del terror, que produjo la emigración y luego la huida de los nazis que avanzaban por Europa. En sus propias palabras, estos hechos hicieron de la política algo personal. Ya en Estados Unidos, como apátrida y luego como ciudadana estadounidense, se dedicó a enseñar teoría política en las principales universidades. Desarrolló una reflexión original y comprometida con su tiempo y su entorno, y, quizás a pesar de sí misma, se convirtió en una intelectual pública, pública, siempre involucrada en las principales discusiones de su tiempo. Forjó y en gran medida puso en circulación el neologismo «totalitarismo» (totalitarianism) en los medios intelectuales norteamericanos.
Tal concepto describía los nuevos sistemas de gobierno basados en terrorismo de Estado (Hitler, Stalin), que descansaban en la existencia de masas apolíticas manipuladas ideológicamente, la presencia de líderes carismáticos, el desarrollo de un Estado más caótico que monolítico bajo la guía del movimiento totalitario y el perfilamiento de una nueva elite, compuesta principalmente por la policía secreta.
El totalitarismo perfecciona las tecnologías del terror ya presentes en los sistemas imperialistas, cuyo saber cristaliza en los campos de exterminio, instituciones centrales de los regímenes totalitarios no solo para los internos y perseguidos, sino para toda la población4.
Hay al menos dos aspectos de la extensa reflexión de Arendt sobre el totalitarismo, totalitarismo, iniciada con The Origins of totalitarianism, totalitarianism, que resultan de gran actualidad para pensar sobre las actuales crisis políticas y sociales, que nuevamente tienden hacia el cierre del espacio político y a una tendencia autocrática y bélica del poder.
Discursos de odio En primer lugar, hay que recordar que, tal como lo describe Arendt, la instalación de un sistema totalitario es un lentoypaulatino proceso que supone la permeabilidad de la esfera pública a discursos de odio contra grupos concretos de población. Esto se produce reforzado por un deterioro de las instituciones del Estado de derecho y una. Arendt: Pensadora de nuestro tiempo eficaz propaganda en contra de esas instituciones instituciones y de la democracia como su garante.
Tal proceso permite, en la lectura de Arendt, la generación de discursos xenófobos y marginadores, marginadores, que ocupan la opinión públicay dividen el mundo en un ellos y un nosotros, creando la figura de un enemigo interno. Así, se preparan conductas de segregacionismo, comenzando a compartir y popularizar la idea de que no somos todos iguales, y que existen grupos o poblaciones potencialmente superfluas, es decir, seres prescindibles5.
Todo esto puede durar décadas, sembrando la desconfianza y el odio en el espacio público, lo que puede abrir la puerta a crímenes de Estado a gran escala, como los genocidios, sin que la población logre reaccionar. De esta manera, las condiciones para un genocidio se crean, dejando en evidencia evidencia que una sociedad democrática puede no saber abordar oportunamente sus crisis.
Arendt nos aclara que, después de un largo proceso de destrucción social, cívico y moral, pueda arribarse a un estado de deterioro tal que haga posible que, cuando los judíos llegan a la puerta de las cámaras de gas, ya no exista quien reclame por ellos.
Detrás de estas reflexiones está la pregunta clásica que guía a Arendtcomo a otros pensadores de la época acerca de cómo fue posible el holocausto: cómo lo fue en el centro de Europa, en una de las sociedades más avanzadas y más cultas, articuladora de algunas de las ideas más importantes de occidente sobre la moral y la humanidad. 1 Arendt, H. Ensayosdecomprensión 1930-1954 (Irad. A. Serrano de Haro), 2005, p21.2 YoungBruhel, E. Hannah Arendt o el amor del mundo (Irad. M. Lloris), Edicions Alfons El Magnaim, 1993.3 De la Hurrta, M. ; y López, M.J., Tiempos de oscuridad. Didlogos con Hannah Arendt, Editorial Universitaria, 2018, p. 99.4 Arendt, H., Tite Origino of Tolalitarianism. Harvest/Harcourt Inc., 1994.
Arendi, H., 994.p. cil., p. sg.. Arendt: Pensadora de nuestro tiempo Amenaza al mundo contemporáneo La otra idea, a mijuicio inquietante presente presente en el epílogo de The Origins of Totalitarianism, Totalitarianism, es que, una vez caídos los gobiernos totalitarios, las condiciones que hicieron posibles los sistemas totalitarios, como el aislamiento, la ideologización y la ausencia de una esfera pública racional, pluralycrítica, siguen estando presentes en las sociedades contemporáneas. La imagen con que Arendt delinca la sombra del totalitarismo sobre el mundo contemporáneo deja abierta la posibilidad de nuevas formas de totalitarismos posibles en este.
Neototalitarismos, totalitarismos renovados o totalitarismos perfeccionados6 pueden ser parte de estas posibles nuevas manifestaciones de un modelo de organización organización que tenga como centro la experiencia de terror y se instalen, una y otra vez, de manera renovada.
Se trata de un modelo que ha demostrado su eficacia no tanto en ganar guerras ni en generar un dominio total mundial, sino en el proyecto de convertir a «los seres humanos en seres completamente superfluos»7. Un elemento clave en esta amenaza totalitaria renovada está en la tendencia al cierre de una esfera pública plural, cuestión presente en muchas de las reflexiones acerca de la actual crisis que enfrentan nuestras democracias. En efecto, los regímenes democráticos democráticos postotalitarios llevan hace ya algunas décadas atravesando una verdadera época de oscuridad y amenaza de largo alcance, caracterizada por el despliegue de una inquietante transformación regresiva.
Movilizadas por masas hiperconectadas en la promoción de emociones públicas violentas dirigidas hacia grupos sociales determinados, conformados como verdaderos verdaderos «enemigos internos», la pluralidad y capacidad de diálogo en la esfera pública pública democrática se encuentran al menos amenazadas. Recordemos que la esfera pública es el espacio práctico donde tienen lugar la acción, acción, el discursoy el reconocimiento.
Arendt nos advierte que «la realidad de la esfera pública radica en la simultánea presencia de innumerables perspectivas y aspectos en los que se presenta el mundo común [... ]. Pues, si bien el mundo común es el lugar de reunión de todos, quienes están presentes Los regímenes democráticos post otalitarios llevan hace ya algunas décadas atravesando una verdadera época de oscuridad y amenaza de largo alcance, caracterizada por el despliegue de una inquietante transformación regresiva. ocupan diferentes posiciones en él, y el puesto de uno puede no coincidir más con el de otro que la posición de dos objetos. Ser visto y oído por otros deriva su significado del hecho de que todos veny oyen desde una posición diferente.
Este es el significado de la vida pública, comparada con la cual incluso la más ricay satisfactoria vida familiar puede ofrecer solo la prolongación o multiplicación de la posición de uno con sus acompañantes, aspectos y perspectivas»8.
En este sentido, la amenaza a la esfera pública que garantiza la pluralidad resulta ser un asunto grave para la posibilidad posibilidad misma de ese mundo común y para nuestra propia identidad, es decir, para el aparecer ante otros el ser que somos y para la pervivencia del mundo tal como lo conocemos. Como en una mesa, estemos reunidos, pero sin caer unos sobre los otros, anulando nuestro espacio entre nosotros y con ello nuestra singularidad, como ocurre en la experiencia de las masas9. Remedios y refugios Pero, por grave que sea la amenaza, en Arendt nunca es posible un cierre total de la experiencia política del presente, porque hay remedios y refugios para los tiempos de oscuridad.
En primer lugar, uno de esos remedios remedios y refugios es, sin duda, la posibilidad de la acción y del poder (acción concertada) que interrumpe cualquier cadena fatal de acontecimientos e introduce la libertad, entendida como espontaneidad que irrumpe en el mundo humano.
Esto se debe a que, de la mano de Agustín y de Heidegger, aunque dando un giro a ambos, nuestra autora afirma afirma que, aunque vamos a morir, no hemos venido a morir al mundo, sino a nacer y a hacer nacer lo nuevo, es decir, a actuar.
De esta manera, la capacidad de actuar y hablar con otros es al menos una posibilidad posibilidad de resistir y contrarrestar el avance del desierto, lo cual es otra metáfora para referir al avance de ese nihilismo actuante, que es el totalitarismo”. Más allá de la acción y sus posibilidades posibilidades de acción concertada que, para la autora, no son erradicables de la experiencia experiencia humana, comprometida como ella está con una ontología de la natalidad, hay otras dos actividades que son fuentes de nuevas posibilidades y que, aunque no remedian las condiciones abiertas por el totalitarismo, pueden conformar refugios ante su devastación.
El pensamiento independiente El primer refugio es el pensamiento como actividad, parte de la vida del espíritu (Life of the mmd) y específicamente lo que la autora en distintos momentos de su obra llama «pensar independiente» (Selbstdenken). Este es el pensar por sí mismo de un sujeto que no se separa del todo de la acción, ya que «descubre en el pensamiento otra forma de moverse en el mundo con total libertad»3. A este pensar Arendt lo identifica en un momento con la figura de Lessing. Pensar de manera crítica y situada que muchas veces incluye la risa y la ira que nos liga y nos compromete con el mundo. Se trata de un pensar que no se identifica con el diálogo (platónico) de yo conmigo mismo, sino que más bien con el diálogo anticipado con los otros, por lo que es po.
Arendt: Pensadora de nuestro tiempo lémico y al menos próximo a lo público y político”. Este pensar protege al pensador de la hostilidad del mundo, lo cobija, especialmente especialmente en tiempos de oscuridad, y le da cierta compañía y cierto consuelo.
De más estás decir que la propia Arendt ejerció este pensar independiente y fue como Lessing: nunca se acomodó a las escuelas y las ideas preconcebidas y quiso siempre pensar y juzgar por sí misma, usando incluso la risa y la ira.
Las más grandes polémicas públicas que tuvo la autora se pueden vincular a este ejercicio de pensamiento libre, en primera persona y que no dejó de tener costos siendo a veces bastante incomprendida: una paria consciente, figura que Arendt utilizó para hablar de algunos pensadores judíos y del propio Lessing. Este pensar independiente, independiente, aunque no es estrictamente político, en momentos emergencia, como los del totalitarismo, puede prevenir catástrofes. La amistad El otro posible refugio ante la oscuridad de los tiempos, que también atraviesa la obra y la vida de esta autora imprescindible del siglo xx, es la amistad.
En el mismo texto ya citado acerca de Lessing, Arendt nos advierte que estamos acostumbrados a ver la amistad como un asunto de la intimidad, versión moderna del asunto que nos hace olvidar el antiguo significado político de la philia griega y especialmente aristotélica6.
Esta amistad no habla de un vínculo público que tiene un significado político, especialmente ligado al discurso, a la posibilidad de hablar y discrepar de otros en igualdad de palabra (isegoría). En este sentido, nos advierte la autora, las cosas (solo se tornan humanas cuando podemos discutirlas con nuestros semejantes». Incluso, «humanizamos aquello que está sucediendo en el mundo y en nosotros mismos con el mero hecho de hablar sobre ello y mientras lo hacemos aprendemos a ser humanos». De nuevo: discurso y esfera pública como espacio de una peculiar versión de amistad política clásica que se revincula aquí al idealismo alemán y una filantropía con la noción de humanidad, «esa humanidad que no está ejemplificada en la fraternidad sino en la amistad; esa amistad no es íntimamente personal, sino que hace demandas políticas y preserva la referencia al mundo». Los tiempos de crisis y de oscuridad vuelven a traer el concepto y la experiencia olvidada de una amistad cívica, también como un espacio de protección y cobijo de la experiencia humana y del mundo, que nos iluminen aun en el peligro. ;1] De esta manera, acción concertada, pensamientoy amistad cívica son actividades actividades que nos permiten pensar en cómo resistir y combatir el aguacero de los tiempos.
De tal manera, se puede afirmar, como hace nuestra autora, que «aun en los tiempos más oscuros tenemos el derecho a esperar cierta iluminación, y dicha iluminación puede provenir menos de las teorías y conceptos que de la luz incierta, titilante y a menudo débil que algunos hombres y mujeres reflejarán reflejarán en sus trabajos y vidas bajo cualquier circunstancia y sobre la época que les tocó vivir en la tierra»”. M 6 De la Huerta y López, zoi8, op. dl., p29.7 Arendt, H., 1994, Op. rif., p. 457.8 Arendt, H., ¿ Qyieopolftico?(trad. caat. 8_Sala), Barcelona: Paidós, Paidós, p66 9 ¡ bid. ,p. 6z. lo Arendi, H. ,TheHamoo condition. universityofchicagolress, 998p9 1, Arendt, H., 1994, Op. rif., p. 44.12 Arendt, H., 1998, O. rif. 13 Arendt, H., Hombres en tiempoo de oscaridad (trad. caat. c. Ferrari), Ferrari), Gedisa, 1992, p19.14 ¡ bid. ,p. 17.15 ¡ bid. ,p.zo. i6 Ibid., p32.17 Ibid., p-3518 Ibid., p-3519 Ibid., pi,..