EDITORIAL: Crisis de violencia escolar
EDITORIAL: Crisis de violencia escolar La vioIena 9sGolar no son soUo p9I9as o h9ohos extremos, Tambén induy9 e buying, la excIusón y as tensiones dauias en la sala de dases, ¿Por qué asas r9alidades cas rio apareci n las noticias? Cada semana aparecen nuevos titulares sobre violencia violencia escolar: peas grabadas en patos de colegos, estudiantes apuñaados, profesores atacados.
Estos hechas hechas son rnals y gravas, pw a pr9gunla inGórrioda es ¿ estamos fr9nle a una Griss que crece sin fr9no o fr9nle a una cob&tura que amp&a soUo una parte de probkma? Las cifras llaman a atencón, Si d pñm& trirriestr9 trirriestr9 de 2025, a Superlitend&icia d9 EduGaón rngistró 2.501 denuncias vkicu[adas a convN9ncia esGolar, un 14,2% más que en d misrrio p9riodo d91 año ant&ior. El tema preocupa, y con razón.
Pw a forma en qu s cu9nla asta r9alidad ti&i ekctos concrEtos n cómo a soEdad enflnde y fflltr9nla la viol9nca Escolar, Nuestras investigaGiones (Fonidcyt 1231667) rriustran que gran parte d a cobertura mdiática se conicentra en hechos espctacularns p&as masivas, ataques con armas, casos on desifillaces trágcos. En canibo, el bullying persistent9, la exGlusión o as mcroagrns mcroagrns ons rara vez alcanzan espacio n la agenda iníormatWa, aun cuando dañan da a día a convivenca esGolar. Este recorte tn9 consecuencias. Cuando a violencia violencia se prnsenla como producto inevitable d91 narcotráfico, narcotráfico, a pandemia o a del]ncuffl1cia, as comundads educatvas aparecen como vícfimas pasvas, nGapas nGapas d9 respond9r. El riesgo es qu as políticas púb[ Gas sigan esa lógca, centradas n mayor control y sanción, mlntras s mnivisibilizan estratglas d prnvifilción, prnvifilción, formación socloemocional o trabajo comunitario. comunitario. El lenuaj9 también importa. Hablar de mnores» mnores» o «adoUesc9n1es n vz de «estudhantEs» instala a imag9n d9 jóvenes pegrosos y r9fu9rza un enfoque sanGlonador. D se modo, los 9studiants pasan d ser parte de la soluGión a s& rntratados como 91 probl9ma. probl9ma. Lo qu casi nuna apare en los titu lares son las 9xp&encias positivas: escuelas qu desarrollan nid nid acióni, proyectos de partGpacón estudanitil o programas programas soGio9rrloGionals con r9sultados concretos. Mostrar estas iniGiativas no significa maquillar la reaidad, reaidad, sino ampliar la mirada. La violencia escolar no es solo lo que llega a la portada: es también lo que ocurre todos los das en las aulas. Abur espacio a sa div9rsidad d9 xp9riffl1cias pu9de enriquecer & dbat y ayudar a dis9ñar respuestas respuestas mas ustas y 9fectivas. La invitación es clara: si part9 de la prensa ha Gontuibuido a instalar la violencia sGolar como crisis p&man9nte, también pud9 contribuir a mostrar qu hay caminos disffiitos. La pregunta es si queramos seguir amffl1tando inicament 91 miedo, o si starrios dispuestos a abrir paso a r9latos que visibiliG9n a corresponisabilidad corresponisabilidad y la GonstruGción de Gonvivencia democrática democrática, Crisis de violencia escolar.