Las definiciones de Francisco Covarrubias
Las definiciones de Francisco Covarrubias RECTOR UAI: Las definiciones de Francisco Covarrubias ANALISTA POLÍTICO Y COLUMNISTA, ESTE ACADÉMICO DE VOCACIÓN COMENTA CÓMO INFLUYÓ SU FAMILIA EN SU PENSAMIENTO, RECUERDA SUS POLÉMICAS, OPINA SOBRE JARA Y MATTHEI, Y ENTREABRE ALGO DE MUNDO PRIVADO. POR María Cristina Jurado. FOTO: Héctor Flores. "P ettinati". El WhatsApp de la periodista Stellamaris Porzio --su madre-llegaba todos los domingos a las diez y tres minutos de la noche.
El actual rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, columnista de El Mercurio, excomentarista de radio y expanelista político de "Tolerancia Cero", recuerda que, a continuación de leer ese imperativo "Péinate" en italiano, se pasaba la mano nerviosamente por el pelo para no verse desordenado en pantalla. Francisco José Covarrubias Porzio esboza una sonrisa al recordar. Y es que, con su madre, quien alguna vez cumplió roles periodísticos en Paula y Qué Pasa, habla solo en italiano desde su infancia. Es su lengua materna y creció escuchándola de sus abuelos inmigrantes. Pero no solo el idioma les legó Italia a los tres hermanos Covarrubias Porzio: él es el menor, tiene una hermana diseñadora y un hermano abogado. --A mí me gusta cocinar comida italiana, me encanta. Cocino casi todos los días italiano, pero también cosas chilenas. Hago risotto, me queda muy bien el saltimbocca alla romana; me gusta hacer fricassée, cazuela. Y a mis niños les gustan las escalopas, así es que hago escalopas. A mi hijo chico le gusta la cocina, él me ayuda; las dos grandes son buenas para hacer postres. En mi casa somos bien tarderos: comemos todos juntos, tipo nueve y media, con mi hija mayor de 17, mi otra hija de 14 y el más chico de 11. Homologa la cocina a su escritura: --Me relaja, me gusta mezclar. Cocinar es como escribir una columna. Uno va poniéndole ingredientes de distintos lados, abre el cajón de los aliños y le va echando cosas. Y a veces a uno se le pasa la mano, igual que con las columnas. O le echa demasiada sal, o queda desabrida. Lo encuentro como un ejercicio de composición.
Cuando me preguntan cómo se escriben las columnas, digo que es como guardar cosas en la despensa para después sacarlas de a una: de repente uno recurre a una frase que alguien dijo o a un recuerdo o una anécdota. Y a veces uno le pone mucho y a veces uno le pone poco, la cocina es parecida. Me gusta poder citar a Platón y a Carlos Caszely en la misma columna, es mucho más entretenido. Si no, son una frivolidad o un ladrillo, y es una lata. Su madre, quien le legó el amor por el periodismo --Covarrubias trabajó en "El Mercurio", en la ANP y fue director del Diario Financiero-les abrió un mundo multicultural a él y a sus hermanos.
Francisco fue un niño precoz en sus intereses. --Si bien estudié Ingeniería Comercial inicialmente, siempre el mundo de la política y de la prensa me gustó. --¿ Cuánto le influyó su familia en su pensamiento? --Mi familia nuclear y la más extendida es una familia con muchas inquietudes intelectuales. Mi papá es empresario, ingeniero, y mi abuelo, Álvaro Covarrubias, fue subsecretario de Eduardo Frei padre. ¡Muy democratacristiano! Por el lado paterno, era una raíz muy democratacristiana. Tanto a nivel nuclear como de los primos, siempre se habló de política y de actualidad. Eran muy comunes las discusiones donde había que recurrir, en la mitad de la comida, a la Enciclopedia para saber cuál era el rey que había decretado en Inglaterra determinada cosa. Con la historiadora María del Carmen Aninat se casó en junio de 2005, a los 30 años. Dice que se entienden muy bien. Ella ya hacía gestión académica en la UAI cuando él llegó, preguntó si habría conflicto de intereses y le dijeron que no. Ahí siguen los dos: él completó 25 años en su carrera de profesor, y de ese cuarto de siglo, quince han sido en la Universidad Adolfo Ibáñez. --Mi matrimonio es de mi vida privada. Voy a cumplir 20 años de casado, y muy feliz. Ella trabaja en la universidad, así es que nos encontramos en lo académico, compartimos la lectura, la inquietud intelectual. Pero yo prefiero no hablar de mi señora ni de mi vida. Un serio accidente, que sufrió el 12 de julio del año pasado, revela el carácter y la relación que este rector tiene con la vida: jamás pierde la compostura. --Yo juego squash. Ahora he podido jugar poco, pero antes jugaba dos veces a la semana. También trotaba, pero ahora tampoco puedo. Y es que tuve un accidente en moto aquí, llegando a la universidad. Ahí está el casco, lo guardé. *** Más allá de la docencia, Covarrubias tiene vocación por lo público. En sus análisis políticos se le escucha como un hombre de centroderecha, pero él se autodefine, esencialmente, como un liberal. El liberalismo, que descubrió cuando estudiaba en la Universidad Católica, y de la mano de su mentor, el filósofo Óscar Godoy, es su motor intelectual. --La palabra liberalismo está muy usada, como la palabra democracia. Lo que me atrae del concepto liberal es la sensación de tener respuestas provisionales. Una cierta desconfianza en el Estado, un cierto pragmatismo y no creer en la utopía fácilmente. Es la relevancia de derechos individuales, de proyectos de vidas personales, la capacidad para cumplir sus propios caminos, sus sueños. Cuando el liberalismo se transforma en religión, como tratan de hacer los libertarios, deja de ser liberalismo. En diciembre de 2023, el Presidente Gabriel Boric tildó a Covarrubias de "columnista menor". --Él fue a inaugurar la remodelación de una plaza en Renca, que era una cosa muy menor. Y él reclamó que ¡ cómo no estaban los medios transmitiendo en directo! Y yo dije en mi columna: ¿ cómo.
Las definiciones de Francisco Covarrubias 1 1 1W / / 1 // Ç\ ¡ / / 1 * k 1 11 1 1 A.. Las definiciones de Francisco Covarrubias van a transmitir los medios en directo la remodelación de un balancín y la instalación de tres petunias? Obviamente es falso lo que dijo el Presidente, que a mí no me interesa que haya plazas para la gente. Eso es absurdo. Pero ahí tienes un recurso de que, bueno, en vez de decir el Presidente y su plaza, le decís, oye, eran tres petunias las que puso... --Muy irónico. Usa bien la ironía usted... --Sí, la ironía de repente a uno le sirve. --¿ Y qué le pasó a usted con ser llamado un columnista menor?, ¿le dio risa, rabia? --Me reí nomás. Como decía Allamand, que la política es sin llorar, ser columnista también es sin llorar. Lo tomé como anécdota, hasta hoy amigos míos me llaman y me dicen, ¿cómo está el columnista menor? Nos reímos. Pero yo le tengo estima al Presidente. No creo que haya hecho un buen gobierno, pero creo que es una persona con buenas intenciones, y eso ya es harto para un político; no es lo que más abunda en su sector. Este es un gobierno que va a pasar, pero está muy lejos de los Petro, para qué decir de los Maduro, de las Cristinas Fernández.
Dice que a Boric le falta madurar: --Si él no resuelve sus contradicciones y un día se siente un líder que lo único que quiere es derrumbar al capitalismo y al otro día dice... entonces se transforma en un personaje poco creíble. Con el agravante de que es el Presidente de la República. Yo le puedo perdonar eso a un alumno cuando está madurando, a medida que va creciendo, pero cuando es el Presidente de la República, tengo menos piedad. El rector comenta que no todo ha sido aplausos en su vida. --Aprendí que los medios, sobre todo la televisión, te hacen una figura muy reconocible. Y eso, en especial para el estallido social, no era tan agradable. Me tocó varias veces gente un poquito agresiva, caminando por la calle con mis niños. En Punta Arenas me insultaron, yo venía con mi hijo. Y en las redes sociales, en un cierto mundo de izquierda y en un cierto mundo republicano, yo les generaba mucha animadversión. Fue un período difícil, pero uno tiene que aprender a convivir. Después de "Tolerancia Cero", había un montón de tuits diciendo los mayores insultos. No me importaba mucho, salvo cuando era algo personal. --¿ Y cuánto le afectaban esas cosas? --Yo creo que no me afectaban tanto.
Uno tiene que tratar de mantener la calma, porque --yo les decía a mis niños-siempre hay alguien grabando y cualquier reacción tuya después la sacan de contexto. (... ) Pero el mundo del análisis político lo encuentro muy entretenido. Si tuviera que elegir cuál me gusta más, no podría, porque me gustan todas. Si hoy echo de menos algo, es la radio, mucho más que la televisión, después de nueve años con Pirincho Navarrete, Iván Valenzuela, y un tiempo también con Quique Mujica. Pero ahora se me hace incompatible por tiempo. Y tampoco es el rol de un rector andar comentando tan seguido, hay que guardar un poquito más de distancia. Yo tuve controversias con la ministra Orellana, con la ministra Vallejo.
Fueron a título personal, pero igual uno puede de alguna manera afectar a la institución, entonces preferí guardarme. *** Covarrubias reflexiona sobre Jeannette Jara: --Es evidente que tiene un gran carisma, pero no es suficiente para ganar una elección y menos para gobernar un país. El hecho de ser comunista no me parece trivial. El comunismo no lidera gobiernos democráticos y el marxismo leninismo es incompatible con una democracia liberal.
Es una paradoja que el Partido Comunista tenga el protagonismo que tiene en la política chilena, cuando en el mundo occidental --donde existe-solo representa posiciones museológicas sin apoyo electoral. --¿ Evelyn Matthei y José Antonio Kast son candidatos débiles o fuertes frente a Jara? --Fuertes.
Hay que tener en cuenta que en 21 de las últimas 24 elecciones en Latinoamérica ha cambiado el gobierno a la oposición y que ambos encarnan la demanda de orden y progreso que mayoritariamente tienen hoy los chilenos. Me parece que tienen la primera opción, sin lugar a duda, en estas elecciones. En especial Matthei, que tiene una vocación más de centro y más liberal.
Pese a que perdió estos seis meses, queda tiempo en los meses que vienen. --Usted es liberal, pero se le percibe como un analista de derecha. ¿Le ve futuro a la derecha? --Me considero una persona de centro liberal. He tenido discusiones, sobre todo en lo valórico, respecto a temas que son de la derecha y me han significado un costo. La gran controversia fue cuando nació Chile Vamos, porque existía esa concepción de que dentro de Chile Vamos solo pueden estar personas que consideren que la vida nace y termina de manera natural. Escribí una columna bien influyente: "Margaret Thatcher no podría estar en Chile Vamos". Porque era una contradicción.
Generó gran controversia, porque el ícono de la derecha chilena siempre fue Margaret Thatcher, pero resulta que Margaret Thatcher no cabía en la definición que se daba Chile Vamos. ¿Por qué? Porque ella votó en favor del aborto. A meses de la elección presidencial, dice: --Creo que los famosos 30 años solo fueron un paréntesis en la historia de Chile. Nunca fue así antes y, probablemente, nunca más va a ser así. La historia de Chile y la del mundo ha sido una historia de polarización, de enfrentamiento, de guerras.
Y entre los años 90 y el 2010, lo que tuvimos fue un mundo con ausencia de guerra, con una sensación que daba lo mismo quien gobernara; que gobernaran Tony Blair, Aznar, Lagos, Berlusconi, daba lo mismo, más o menos gobernaban igual. Y, en términos locales, teníamos una oposición constructiva, una oposición política que buscaba acuerdos. Pero ese fue un mundo que se acabó. Y la polarización que hoy vemos, la demagogia que hoy vemos de nuevo, desde un punto de vista realista, se parece un poco a la historia de Chile. Reflexiona en voz alta: --No me gusta, pero lo peor sería añorar un mundo que se fue y que no va a volver. Entonces, ¿estoy preocupado? Obvio que estoy preocupado. La polarización es súper preocupante, pero lamentablemente es lo más parecido a la realidad.
Y es que en Chile siempre hubo polarización, demagogia y derecha e izquierda bien separadas. (... ) Y después, había caído el Muro de Berlín, la izquierda se izquierdizó y con la derecha pasó lo mismo. Y ese es el fenómeno de hoy: tenemos derechas duras que hablan de las `derechitas cobardes' y consideran que cualquier diálogo es claudicación y que la moderación es una estupidez.
Uno no puede renunciar frente a un escenario como ese, a poner en valor la moderación y los acuerdos, pero hoy no hay tierra fértil para eso. n "He tenido discusiones, sobre todo en lo valórico, respecto a temas que son de la derecha y me han significado un costo"..